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Al Real Madrid, el equipo que jamás ha perdido en un Mundial de Clubes en el que tiene el récord con cuatro títulos, solo le vale ganar en la final ante el ambicioso Al Hilal, el sábado (19h00 GMT) en Rabat, en un duelo en el que recupera a Karim Benzema.
‘Invictus’, puede responder el Real Madrid cuando le preguntan por el torneo que tomó el testigo de la Copa Intercontinental a comienzos del siglo XXI.
Nueve triunfos consecutivos y 13 partidos sin perder es el récord que presenta el gigante blanco: Compitió en la edición experimental del año 2000, donde fue tercero con dos empates y dos victorias, y a continuación ocho triunfos para ganar las ediciones de 2014, 2016, 2017 y 2018, más el logrado en semifinales ante el Al Ahly (4-1).
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“Este es un partido en el que hay mucho que perder y poco que ganar”, dijo su técnico Carlo Ancelotti sobre la goleada engañosa ante el Al Ahly, en una definición que se puede extrapolar a la final.
Tras el subcampeón africano, turno para el vigente rey de Asia, con la moral por las nubes tras haberse impuesto al Flamengo de las estrellas (3-2).
Dirigido por el argentino Ramón Díaz, Al-Hilal es un grupo de alto nivel, con hasta 12 mundialistas con Arabia Saudita, el único equipo que derrotó a la campeona Argentina (2-1) en Catar 2022.
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Entre ellos, Salem Al-Dawsari, autor del tanto que sentenció a la Albiceleste y que volvió a dar volteretas aéreas ante el Flamengo tras marcarle un doblete de penalti.
Ambas jugadas habían sido sancionadas por entradas al argentino Luciano Vietto, un olvidado del fútbol europeo que renació a lo grande en la semifinal de Tánger. Culminó su exhibición con un golazo.
Aunque no tuvo presencia en el marcador, el colombiano Gustavo Cuéllar fue uno de los más destacados de su equipo. El pivote organizó las salidas de su equipo y acompañó en la marca de los atacantes rivales. “Vamos a competirles y tratar de quedar campeones del mundo”, comentó el volante sobre el duelo contra Real Madrid.
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“El Madrid es un tremendo equipo, acostumbrado a jugar estos partidos. Es uno de los mejores clubes del mundo y será un partido durísimo”, señaló con respeto el atacante de 29 años.
Carlo Ancelotti, que tuvo hasta ocho bajas en semifinales, recupera al Balón de Oro Benzema y al brasileño Eder Militao, que se habían quedado en la capital española recuperándose de sus lesiones.
También contará con Dani Carvajal y Marco Asensio, presentes en el banquillo en semifinales, pero indisponibles al tener fiebre y una sobrecarga respectivamente.
“Llegamos al momento decisivo de la temporada, creo que los jugadores están creciendo tras un enero difícil que nos ha costado lesionados y puntos. La final del Mundial es muy bonita, nos puede servir de impulso para lo que viene”, dijo Ancelotti este viernes en rueda de prensa.
Lunin ofreció garantías
Tras unas semanas complicadas, el campeón europeo evidenció en semifinales que no está en su mejor momento, ofreciendo al Al Ahly un puñado de buenas opciones para marcar.
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La buena noticia, el arquero suplente, el ucraniano Andriy Lunin, que cubre en Marruecos la baja de Thibaut Courtois y demostró estar preparado para las grandes citas.
Si en defensa el Real Madrid mostró sus grietas, mejor le fue en ataque, donde Vinicius, Fede Valverde y Rodrygo se reencontraron con el gol.
Su próximo objetivo será un Al Hilal que busca convertirse en el primer club no europeo ni sudamericano en ganar el Mundialito.
“Tenemos que estar concentrados y no cometer errores. Vamos a intentar no dar espacio y apretar al Real Madrid en todos los sectores. Esperando que el ataque que tenemos, que es importante, pueda convertir un gol”, dijo Díaz este viernes sobre la receta para dar el gran golpe.
Víctima de su leyenda, al Real Madrid, con cuatro títulos en el contador más tres Intercontinentales, solo le sirve levantar de nuevo el trofeo.
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