El Clásico, una rivalidad que nunca decepciona
Real Madrid se impuso con contundencia (4-1) al Barcelona en Arabia Saudita en una jornada llena de goles. Partido redondo para los merengues.
Daniel Bello
No importa el contexto ni la historia, los clásicos siempre toca salir a ganarlos. Eso lo entendió muy bien Vinícius Júnior, que inspirado comandó la victoria de Real Madrid sobre Barcelona (4-1) en la final de Supercopa de España, disputada este domingo en Riad (Arabia Saudita).Tres goles suyos, más otro de Rodrygo Goes, dejaron en nada el descuento de Robert Lewandowski. Fue un repaso táctico de Carlo Ancelotti sobre Xavi Hernández.
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No importa el contexto ni la historia, los clásicos siempre toca salir a ganarlos. Eso lo entendió muy bien Vinícius Júnior, que inspirado comandó la victoria de Real Madrid sobre Barcelona (4-1) en la final de Supercopa de España, disputada este domingo en Riad (Arabia Saudita).Tres goles suyos, más otro de Rodrygo Goes, dejaron en nada el descuento de Robert Lewandowski. Fue un repaso táctico de Carlo Ancelotti sobre Xavi Hernández.
Pocas rivalidades prenden tantos televisores como la que protagonizan merengues y blaugranas. Siempre que los dos equipos más grandes de España se enfrentan sueltan chispas. Con su victoria de ayer, los madridistas lograron no solo su primer título de la temporada, sino también reflejar las realidades de ambos equipos. Mientras los blancos se mantienen como uno de los mejores oncenos del mundo, los catalanes sufren por su irregularidad.
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Varios goles y un baile del brasileño Vinícius son las postales que deja la edición número 255 del Clásico. Los merengues completaron 104 victorias, para 99 de los barceloneses y 52 empates.
Un partido siempre especial
Pocas rivalidades se comparan a esta. Podemos hablar del Superclásico de Argentina (Boca vs. River), el Derby della Madonnina (Milan vs. Inter) o el Derbi del Noroeste de Inglaterra (Manchester United vs. Liverpool), todos de gran prestigio y muchos títulos entre sus dos mitades.
Quizá la época dorada de El Clásico fue a principios de la década de 2010, cuando ambos clubes tenían no solo a los mejores jugadores del mundo —y posiblemente de la historia—, sino también a dos de las mentes más brillantes en sus banquillos.
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Se trata, por supuesto, de Lionel Messi, que estaba bajo las órdenes de Pep Guardiola y compartía equipo con Andrés Iniesta, Xavi Hernández y Sergio Busquets, el mediocampo de la selección española campeona del mundo en Sudáfrica 2010.
Los merengues, con José Mourinho como timonel, tenían al infalible Cristiano Ronaldo como referente y lo acompañaban un joven Karim Benzema, resguardados en el fondo por Sergio Ramos en la zaga e Iker Casillas en la portería. Luego llegó la época de los tridentes que marcaron historia. Mientras los catalanes tenían la MSN (Messi, Luis Suárez y Neymar), los madridistas tuvieron la BBC (Bale, Benzema y Cristiano). Todos ganaron de todo.
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Con las partidas de Leo y Ronaldo, otros han asumido el liderazgo en sus respectivos clubes. Los madridistas cuentan con la experiencia de Toni Kroos y Luka Modric —este último en el ocaso de su carrera—. A ellos se suman el gran presente y la buena proyección no solo de Vinícius Júnior, sino de Jude Bellingham, que son de los mejores jugadores del planeta en la actualidad. Carlo Ancelotti, estratega merengue, sigue demostrando que está vigente y no se cansa de levantar copas.
Los culés, ya no tan fieles a su cantera como antes, dependen de los destellos de Robert Lewandowski y de que su mediocampo de lujo, con Pedri, Frenkie de Jong e Ilkay Gundogan, esté inspirado. Pese a ganar La Liga EA Sports la temporada pasada, el estilo de Xavi Hernández no ha podido devolverle al Barcelona la magia que conoció cuando este todavía vestía de camiseta blaugrana.