El día que Bobby Charlton y Bobby Moore fueron acusados de un robo en Bogotá
Aquella tarde de mayo de 1970, el capitán de la selección de Inglaterra, Bobby Moore, y su compañero, Bobby Charlton, se convirtieron en sospechosos de un misterio que aún resuena hasta el día de hoy.
Valentina Fajardo
La historia del “Brazalete de Bogotá” es digna de considerarse un relato escrito por la mismísima Agatha Christie. Todo empieza con la selección de Inglaterra que estaba preparándose para el Mundial de México 1970 y, a modo de calentamiento para la cita orbital, los 28 jugadores optaron por hacer una pequeña gira por Sudamérica. Para acostumbrarse a las grandes altitudes que experimentarían en México y uno de estos partidos fue en Bogotá.
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La historia del “Brazalete de Bogotá” es digna de considerarse un relato escrito por la mismísima Agatha Christie. Todo empieza con la selección de Inglaterra que estaba preparándose para el Mundial de México 1970 y, a modo de calentamiento para la cita orbital, los 28 jugadores optaron por hacer una pequeña gira por Sudamérica. Para acostumbrarse a las grandes altitudes que experimentarían en México y uno de estos partidos fue en Bogotá.
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El equipo aterrizó en la capital el jueves 18 de mayo y el lugar que habían elegido para hospedarse fue nada más y nada menos que el reconocido Hotel Tequendama. Mientras los jugadores esperaban que sus habitaciones estuvieran preparadas, Bobby Charlton vio un anillo de esmeralda para su esposa y entró en la tienda, seguido por Bobby Moore. No convencidos con el precio ambos decidieron salir de la tienda y regresaron al vestíbulo para reunirse con sus compañeros.
Hasta el momento todo transcurría normalmente, pero de repente hubo una gran conmoción cuando la joven de la joyería salió y empezó a buscar por debajo de las sillas. Todo pasó tan dramáticamente que de haberle puesto un filtro de blanco y negro parecería una película al estilo Casablanca. Los jugadores ingleses, intentando gesticular una que otra palabra en español, entendían muy poco excepto que faltaba algo.
Clara Padilla, que solamente llevaba dos meses trabajando allí, señaló a Moore acusándolo de haberse llevado un brazalete de 18 quilates tachonado con 12 diamantes y 12 esmeraldas antes de salir del local.
Por supuesto, Moore y Charlton primero pensaron que todo esto era una especie de broma. Protestaron su inocencia y se ofrecieron a dejarse registrar sin ningún problema. Pese a ello, llamaron a la policía de Bogotá. En cuestión de minutos fueron rodeados por guardias armados.
Alan Mullery, otro miembro del equipo, recordó muchos años después que “Alf Ramsey [el entrenador de Inglaterra] llegó volando. También le apuntaban con las armas. Ramsey, habló con las autoridades, intentando hacerse cargo de la situación. Geoff Hurst [miembro del equipo] creía que esto era alguna conspiración extranjera para afectar a la selección”.
Los dos jugadores fueron interrogados brevemente y emitieron una declaración oficial. Esto pareció resolver el asunto, recibiendo disculpas por las molestias. El equipo no dijo nada del incidente a nadie y mucho menos a algún medio. Ni siquiera la prensa inglesa se molestó en informar del incidente a sus redacciones de Londres esa noche. Tanto para los jugadores como para los periodistas estaban en marcha asuntos más importantes.
Su lealtad mutua se mantuvo. Se sugirió mediante un acuerdo de caballeros que los periodistas deportivos británicos que viajaban acordaron no mencionar el asunto. El sábado 20 de mayo se llevó a cabo el partido contra Colombia. Inglaterra ganó 4-0, tanto Moore como Charlton estaban en el equipo.
Y... ¿Quién se la llevó realmente?
En realidad el destino del brazalete sigue y, probablemente, seguirá siento un misterio. Sin embargo, la prensa británica afirmó que se trataba de un complot latinoamericano contra el capitán inglés. Documentos publicados por el Ministerio de Asuntos Exteriores en 2002, dan una posible pista de lo que fue de esta joya.
Los archivos proporcionan evidencia que respaldaría una sugerencia de que el verdadero ladrón fue un tercer hombre no identificado, posiblemente otro miembro de la selección, que también estaba en la joyería del hotel con Bobby Moore y Bobby Charlton cuando el brazalete desapareció.
En estos también se revelaron unas respuestas de los jugadores al momento de ser interrogados por las autoridades colombianas. “Había bastantes miembros del equipo de fútbol inglés en el vestíbulo del hotel. Cuando Charlton y yo entramos en la joyería, era posible que otros miembros del equipo estuvieran en la puerta de la tienda. No sé el nombre de ningún tercero presente y no puedo confirmar nada con respecto a una tercera persona”, dijo Moore.
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Por su parte, Charlton fue un poco más preciso respecto al momento en el que la visita a la joyería terminó en un escándalo en que jamás pensó que se vería envuelto. “Vi un anillo exhibido dentro de la tienda, no tenía precio, así que decidimos entrar y ver cuánto costaba. La joven sacó el anillo del gabinete y nos lo trajo. Lo había sacado después de abrir una puerta de cristal. Hablamos del precio, o mejor dicho lo arreglamos, y descubrimos que era demasiado caro, así que nos fuimos. Llevábamos cinco minutos como máximo en la tienda. Ciertamente, no vi una pulsera con diamantes y esmeraldas incrustados, ya que un artículo tan llamativo nos habría despertado cierto interés”.
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