El engaño de Suárez y la magnitud que tomó por la relevancia de la hazaña
Barcelona logró una histórica remontada, entre otras cosas, por el memorable gol de Sergi Roberto y un penal que no fue, producto de una práctica que se ha vuelto común en el fútbol: hacer que el juez vea lo que no está pasando.
Redacción Deportes / @DeportesEE
La remontada del Fútbol Club Barcelona fue histórica, memorable, emocionante. Antes de la noche catalana de este miércoles, pocos creían que los de Luis Enrique podían revertir el 4-0 en contra del partido de ida de los octavos de final, que le propinó el París Saint Germain en la capital francesa.
Fue precisamente en entrenador blaugrana el que expresó públicamente su fe, además de anunciar que al final de la temporada dejaría de ser el entrenador del Barça. El delantero Luis Suárez también creyó en la hazaña y fue precisamente él uno de los señalados tras el emotivo juego del miércoles. (¿Luis Enrique, el mejor entrenador de la historia del Barça?)
El uruguayo, señalado tras protagonizar uno de los dos penaltis sancionados en el Camp Nou por el árbitro alemán Deniz Aytekin. Lo del charrúa ha sido calificado de “engaño”, de “robo”. Esta última palabra, la utilizada por muchos para calificar el encuentro que quedará eternamente en la memoria futbolera. (Los mayores fracasos del fútbol francés)
Y es que antes del penal de Suárez, la polémica se encendió con el de Neymar. El brasilero ingresaba al área rival en el minuto 48 de partido (cuando el marcador iba 2-0) y tropezó con el belga Thomas Meunier, quien venía cayendo y contó con la mala fortuna de encontrarse con las piernas del “11” blaugrana. Para unos, clara infracción; para otros, una ayuda más que recibía Barcelona. Messi se encargó de cambiar la falta por gol. (Vea también: Motta golpeó a un aficionado con su coche en la llegada del París SG)
Posteriormente anotó Cavani, compañero de Suárez en la selección uruguaya. El 3-1 parecía que sentenciaba la serie a favor de los dirigidos por Unai Emery. El equipo culé debía marcar tres tantos más para clasificar a los cuartos de la Uefa Champions League. Un cobro magistral de tiro libre de Neymar, al 88’ de juego, abrió una mínima esperanza. (Un milagro en el Camp Nou)
Dos minutos más tarde, el hecho que desató las suspicacias, las sospechas, la polémica, debido a la importancia del compromiso, porque equivocaciones arbitrales semejantes hay en casi todos los partidos del más hermoso de los deportes. Luis Alberto Suárez Díaz, de 30 años, sintió un leve contacto de Marquinhos, se tiró y la mano del juez volvió a señalar el punto blanco. Esta vez fue Neymar quien anotó, antes de poner la asistencia para el gol de Sergi Roberto que sentenció la hazaña. (Las emotivas imágenes que dejó la remontada de Barcelona)
La celebración en la ciudad Condal, apoteósica, mientras los mensajes de indignación ante la actuación del colegiado transitaban por la red y las discusiones entre “barcelonistas” y “anti-blaugranas” crecían a la velocidad que evolucionaban los contenidos periodísticos para retratar la magnitud del acontecimiento. ("En París estábamos jodidos pero este equipo creía": Sergi Roberto)
El tremendo delantero uruguayo es recordado por su mordisco a Chiellini en el Mundial de Brasil 2014. Ahora, además de ese acto que le generó una enorme sanción de Fifa, será recordado por el penal de este miércoles, que sumado al de Neymar, han hecho que la remontada que aumentó el amor de muchos por la pelota, para otros sea motivo de indignación, odio y rechazo.
Es deplorable la acción de Suárez de querer engañar al árbitro, así como lo es el pedir una tarjeta para un rival, cuando en tiempos de antaño eso era considerado cobardía. Sin embargo, es algo que hace Cristiano Ronaldo en el Real Madrid, que sucede con jugadores del Bayern Múnich, de Juventus y de casi todos los equipos del planeta. Infortunadamente el querer sacar ventaja haciéndole creer al juez cosas que no son, se ha vuelto una práctica habitual en el entorno balompié. No debería pasar, pero pasa, y toma más relevancia cuando hay un 6-1 de por medio.
La remontada del Fútbol Club Barcelona fue histórica, memorable, emocionante. Antes de la noche catalana de este miércoles, pocos creían que los de Luis Enrique podían revertir el 4-0 en contra del partido de ida de los octavos de final, que le propinó el París Saint Germain en la capital francesa.
Fue precisamente en entrenador blaugrana el que expresó públicamente su fe, además de anunciar que al final de la temporada dejaría de ser el entrenador del Barça. El delantero Luis Suárez también creyó en la hazaña y fue precisamente él uno de los señalados tras el emotivo juego del miércoles. (¿Luis Enrique, el mejor entrenador de la historia del Barça?)
El uruguayo, señalado tras protagonizar uno de los dos penaltis sancionados en el Camp Nou por el árbitro alemán Deniz Aytekin. Lo del charrúa ha sido calificado de “engaño”, de “robo”. Esta última palabra, la utilizada por muchos para calificar el encuentro que quedará eternamente en la memoria futbolera. (Los mayores fracasos del fútbol francés)
Y es que antes del penal de Suárez, la polémica se encendió con el de Neymar. El brasilero ingresaba al área rival en el minuto 48 de partido (cuando el marcador iba 2-0) y tropezó con el belga Thomas Meunier, quien venía cayendo y contó con la mala fortuna de encontrarse con las piernas del “11” blaugrana. Para unos, clara infracción; para otros, una ayuda más que recibía Barcelona. Messi se encargó de cambiar la falta por gol. (Vea también: Motta golpeó a un aficionado con su coche en la llegada del París SG)
Posteriormente anotó Cavani, compañero de Suárez en la selección uruguaya. El 3-1 parecía que sentenciaba la serie a favor de los dirigidos por Unai Emery. El equipo culé debía marcar tres tantos más para clasificar a los cuartos de la Uefa Champions League. Un cobro magistral de tiro libre de Neymar, al 88’ de juego, abrió una mínima esperanza. (Un milagro en el Camp Nou)
Dos minutos más tarde, el hecho que desató las suspicacias, las sospechas, la polémica, debido a la importancia del compromiso, porque equivocaciones arbitrales semejantes hay en casi todos los partidos del más hermoso de los deportes. Luis Alberto Suárez Díaz, de 30 años, sintió un leve contacto de Marquinhos, se tiró y la mano del juez volvió a señalar el punto blanco. Esta vez fue Neymar quien anotó, antes de poner la asistencia para el gol de Sergi Roberto que sentenció la hazaña. (Las emotivas imágenes que dejó la remontada de Barcelona)
La celebración en la ciudad Condal, apoteósica, mientras los mensajes de indignación ante la actuación del colegiado transitaban por la red y las discusiones entre “barcelonistas” y “anti-blaugranas” crecían a la velocidad que evolucionaban los contenidos periodísticos para retratar la magnitud del acontecimiento. ("En París estábamos jodidos pero este equipo creía": Sergi Roberto)
El tremendo delantero uruguayo es recordado por su mordisco a Chiellini en el Mundial de Brasil 2014. Ahora, además de ese acto que le generó una enorme sanción de Fifa, será recordado por el penal de este miércoles, que sumado al de Neymar, han hecho que la remontada que aumentó el amor de muchos por la pelota, para otros sea motivo de indignación, odio y rechazo.
Es deplorable la acción de Suárez de querer engañar al árbitro, así como lo es el pedir una tarjeta para un rival, cuando en tiempos de antaño eso era considerado cobardía. Sin embargo, es algo que hace Cristiano Ronaldo en el Real Madrid, que sucede con jugadores del Bayern Múnich, de Juventus y de casi todos los equipos del planeta. Infortunadamente el querer sacar ventaja haciéndole creer al juez cosas que no son, se ha vuelto una práctica habitual en el entorno balompié. No debería pasar, pero pasa, y toma más relevancia cuando hay un 6-1 de por medio.