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Antes de los años 90, pocas alegrías ofreció el fútbol colombiano. La historia en blanco y negro destacaba el empate a cuatro contra la Unión Soviética en el desierto de Arica, en Chile 1962. Fue un marcador de mérito porque, faltando 22 minutos, la selección perdía 1-4. Y el arquero rival era el mejor del siglo XX: Lev Yashin. Además, el segundo tanto, el de Marco Coll, fue un gol olímpico. El primero y único de los mundiales... o eso creíamos.
Hace unos años un blog de fútbol cubano recogía información de L’Auto (precursor de L’Equipe), y del periódico cubano Noticias de Hoy. Haciendo referencia al partido que Rumania y Cuba empataron a tres por la primera ronda del Mundial de Francia en 1938, el primero decía que “en un corner Magriñá acierta el tiro y el balón pasa la línea blanca”. El segundo citaba al atacante cubano Juan Tunas diciendo que la jugada que más emoción le había causado era “el gol anotado por Magriñá producto de un corner directo sin intervención de nadie”.
La historia del fútbol, particularmente la de los mundiales, está llena de historias a medias, tal que valía la pena explorar la validez de dichas fuentes. ¿Por qué no creerle a Tunas? Porque, hasta que revisé ese blog cubano, jamás lo había oído nombrar. Si me dicen que se parece a Helenio Herrera o a Bela Guttman, no diría que es mentiroso, pero sí que su expresión puede exagerar la verdad.
Con el fin de corroborar la historia, decidí investigar fuentes alternativas, además de las dos citadas por el medio cubano. El resultado de la investigación, incluyendo extractos de varios medios que asistieron a ese partido, lo detallé en www.golyfutbol.com. Aquí resumo mis conclusiones.
La nota de L’Auto es verídica, y efectivamente dice lo que dice. Pero no necesariamente es concluyente. El periódico cubano Noticias de Hoy no está, o no lo encontré, digitalizado, razón por la cual no pude confirmar la afirmación de Tunas.
Incluyendo L’Auto encontré hasta siete medios de comunicación que reportan en detalle el partido, más un sinnúmero que reportan el resultado. Me llamó la atención que un buen número de reportes, incluyendo de corresponsales que asistieron al partido, no mencionan nada de un gol directo desde el tiro de esquina. Los parámetros hoy, por supuesto, son diferentes a los de ayer, pero ese gol que impresionó a Tunas parece que impactó menos a los demás.
Hay tres notas que construyen el camino hacia un gol olímpico. La Croix dice que en “un corner de Magriñá les dio la ventaja”. L’Ouest-Éclair informa que del corner sale “un golpe soberbio” y el arquero “bloquea el balón detrás de la línea de meta”. Aún puede haber dudas, pero Le Petit Parisien reporta que en un “corner pateado directamente, Magriñá había marcado”. La evidencia sugiere que el de Coll fue el segundo gol olímpico de los mundiales.