El museo de los mundiales está en Moscú
En el Hyundai Motorstudio, en la capital de Rusia, la FIFA instaló una exposición con la historia de todas las Copas del Mundo, desde 1930 hasta 2018.
Luis Guillermo Montenegro - Enviado especial a Rusia
La calle New Arbat de Moscú tiene 2,8 kilómetros de extensión y está ubicada en el sector central de la capital rusa. Hay hoteles de lujo, restaurantes de comida internacional y el Hyundai Motorstudio, un lugar de exposiciones en el que está instalado el Museo de los Mundiales de Fútbol de la FIFA. La estación del metro más cercana es la Arbatskaya, que hace parte de la línea azul. Si se quiere llegar hasta aquí desde la Plaza Roja, es necesario caminar 25 minutos entre uno de los barrios más tradicionales de esta ciudad. (Vea aquí nuestro especial del Mundial de Rusia 2018)
Desde afuera se ve una gigantesca vitrina de 50 metros de ancho por 20 de alto, con una calcomanía que cubre toda el área y en la que está ilustrado el fixture del Mundial de Rusia 2018, con la bandera de los países participantes, y en el cual se van actualizando los resultados diariamente. En el techo externo de la fachada hay una esfera que está pintada como un balón de fútbol clásico, el cual gira las 24 horas.
La entrada a este lugar es gratis. En los primeros días solo podían ingresar hinchas que portaran alguna prenda de las selecciones participantes en la Copa del Mundo 2018. Sin embargo, con el paso del tiempo, esta regla se ha modificado y a estas alturas del Mundial no hay requisitos. Hay que superar un estricto filtro de seguridad, en el que revisan los dispositivos electrónicos y se debe pasar por un detector de metales. (Lea: Jorge Luis Pinto y su análisis de Rusia 2018)
Cuando se está adentro, lo primero que se ve a la derecha es un corredor de 10 metros, en el que, en una pared, están exhibidas las 32 camisetas del primer uniforme de los participantes en la Copa. Justo al frente de eso están expuestos los balones con los que se han disputado todos los juegos de Rusia 2018. Está la pelota marcada con los rivales que se enfrentaron y la fecha del partido, dentro de una bóveda de cristal. Abajo, una placa de color negro en la que se da el resultado y quiénes fueron los anotadores.
Antes de llegar al segundo piso, es protagonista una pantalla led, en forma circular, en la que se proyectan imágenes de los diferentes Mundiales, como goles, cánticos de los hinchas o fragmentos de entrevistas con estrellas del fútbol. A un costado están colgados los 21 modelos de los balones que han sido los oficiales de la Copa del Mundo, desde 1930, en cuero café, cosido a mano y con forma imperfecta, hasta el Telestar, diseñado por la marca alemana Adidas para este Mundial. Cada pelota tiene un aviso que explica en qué año se usó y cómo se llamó. Al otro costado están los 21 afiches oficiales. (Puede leer: "Creo que Croacia jugará la final": El "Patrón" Bermúdez)
Cuando se llega al segundo piso, lo primero que se encuentra de frente es una réplica del que fue el trofeo para el ganador, desde 1930 hasta 1970, la Copa Jules Rimet, ganada por Brasil tras consagrarse tricampeón. Un trofeo que fue robado, dañado y ahora ha sido replicado para ser expuesta en el Museo de la Fifa, en Zúrich, Suiza. “Hemos hecho un gran esfuerzo para traer la copa acá a Moscú. Es la primera vez que lo hacemos y la idea es que este sea el punto de partida para llevarla a otros países sedes ”, le dijo a El Espectador, Andreas Alf, uno de los encargados de este lugar.
La parte de arriba de la Copa es una réplica, mientras que la base, que es de color azul oscuro, es la original del trofeo que se llamó Jules Rimelt desde 1946, en homenaje al entonces presidente de la Fifa. A la derecha del trofeo hay un pasillo, de 20 metros de largo, en el que están exhibidas piezas emblemáticas de las diferentes citas orbitales. Por ejemplo, la camiseta de Brasil en 1930, el saco de presentación de 1962 firmado por los jugadores, los guantes del arquero Tafarell con los que ganó el Mundial de Estados Unidos 1994 y los guayos de Iker Casillas, en 2010, los cuales tienen todavía tierra. Hay zapatos de juego de taches de madera y cuero grueso. En general, un recorrido por la historia del fútbol y por los momentos más emblemáticos de las Copas del Mundo, que también son reproducidos en pequeñas pantallas que tienen audífonos con narraciones inéditas. (Lea: Messi, Cristiano y Neymar, los tres grandes soldados caídos de Rusia 2018)
Por último, este pequeño recorrido por la historia del balompié, en Moscú, cierra con una tienda en la que se pueden comprar alimentos y regalos únicos, como réplicas del actual trofeo de la Copa del Mundo, en un tamaño menor al real, y todos los artículos comerciales de Rusia 2018.
“El fútbol es un fenómeno que inspira a las personas de todos los rincones del mundo. Cada aficionado atesora en el recuerdo sus propios momentos más emotivos de la historia del Mundial. Nos sentimos muy orgullosos y honrados de poder celebrar el patrimonio del fútbol y la historia de la Copa Mundial, llevando el Museo a Moscú para exhibir algunos de los objetos más fascinantes del deporte rey”, destacó el director de este Museo en Zúrich y quien está a cargo de que todo siga saliendo como estaba planeado. Cada día llegan a este lugar entre 25 mil y 30 mil visitantes. Los que más han acudido, aparte de los rusos, han sido los hinchas colombianos. (Lea: Las costumbres uruguayas del jugador francés Antoine Griezmann)
La calle New Arbat de Moscú tiene 2,8 kilómetros de extensión y está ubicada en el sector central de la capital rusa. Hay hoteles de lujo, restaurantes de comida internacional y el Hyundai Motorstudio, un lugar de exposiciones en el que está instalado el Museo de los Mundiales de Fútbol de la FIFA. La estación del metro más cercana es la Arbatskaya, que hace parte de la línea azul. Si se quiere llegar hasta aquí desde la Plaza Roja, es necesario caminar 25 minutos entre uno de los barrios más tradicionales de esta ciudad. (Vea aquí nuestro especial del Mundial de Rusia 2018)
Desde afuera se ve una gigantesca vitrina de 50 metros de ancho por 20 de alto, con una calcomanía que cubre toda el área y en la que está ilustrado el fixture del Mundial de Rusia 2018, con la bandera de los países participantes, y en el cual se van actualizando los resultados diariamente. En el techo externo de la fachada hay una esfera que está pintada como un balón de fútbol clásico, el cual gira las 24 horas.
La entrada a este lugar es gratis. En los primeros días solo podían ingresar hinchas que portaran alguna prenda de las selecciones participantes en la Copa del Mundo 2018. Sin embargo, con el paso del tiempo, esta regla se ha modificado y a estas alturas del Mundial no hay requisitos. Hay que superar un estricto filtro de seguridad, en el que revisan los dispositivos electrónicos y se debe pasar por un detector de metales. (Lea: Jorge Luis Pinto y su análisis de Rusia 2018)
Cuando se está adentro, lo primero que se ve a la derecha es un corredor de 10 metros, en el que, en una pared, están exhibidas las 32 camisetas del primer uniforme de los participantes en la Copa. Justo al frente de eso están expuestos los balones con los que se han disputado todos los juegos de Rusia 2018. Está la pelota marcada con los rivales que se enfrentaron y la fecha del partido, dentro de una bóveda de cristal. Abajo, una placa de color negro en la que se da el resultado y quiénes fueron los anotadores.
Antes de llegar al segundo piso, es protagonista una pantalla led, en forma circular, en la que se proyectan imágenes de los diferentes Mundiales, como goles, cánticos de los hinchas o fragmentos de entrevistas con estrellas del fútbol. A un costado están colgados los 21 modelos de los balones que han sido los oficiales de la Copa del Mundo, desde 1930, en cuero café, cosido a mano y con forma imperfecta, hasta el Telestar, diseñado por la marca alemana Adidas para este Mundial. Cada pelota tiene un aviso que explica en qué año se usó y cómo se llamó. Al otro costado están los 21 afiches oficiales. (Puede leer: "Creo que Croacia jugará la final": El "Patrón" Bermúdez)
Cuando se llega al segundo piso, lo primero que se encuentra de frente es una réplica del que fue el trofeo para el ganador, desde 1930 hasta 1970, la Copa Jules Rimet, ganada por Brasil tras consagrarse tricampeón. Un trofeo que fue robado, dañado y ahora ha sido replicado para ser expuesta en el Museo de la Fifa, en Zúrich, Suiza. “Hemos hecho un gran esfuerzo para traer la copa acá a Moscú. Es la primera vez que lo hacemos y la idea es que este sea el punto de partida para llevarla a otros países sedes ”, le dijo a El Espectador, Andreas Alf, uno de los encargados de este lugar.
La parte de arriba de la Copa es una réplica, mientras que la base, que es de color azul oscuro, es la original del trofeo que se llamó Jules Rimelt desde 1946, en homenaje al entonces presidente de la Fifa. A la derecha del trofeo hay un pasillo, de 20 metros de largo, en el que están exhibidas piezas emblemáticas de las diferentes citas orbitales. Por ejemplo, la camiseta de Brasil en 1930, el saco de presentación de 1962 firmado por los jugadores, los guantes del arquero Tafarell con los que ganó el Mundial de Estados Unidos 1994 y los guayos de Iker Casillas, en 2010, los cuales tienen todavía tierra. Hay zapatos de juego de taches de madera y cuero grueso. En general, un recorrido por la historia del fútbol y por los momentos más emblemáticos de las Copas del Mundo, que también son reproducidos en pequeñas pantallas que tienen audífonos con narraciones inéditas. (Lea: Messi, Cristiano y Neymar, los tres grandes soldados caídos de Rusia 2018)
Por último, este pequeño recorrido por la historia del balompié, en Moscú, cierra con una tienda en la que se pueden comprar alimentos y regalos únicos, como réplicas del actual trofeo de la Copa del Mundo, en un tamaño menor al real, y todos los artículos comerciales de Rusia 2018.
“El fútbol es un fenómeno que inspira a las personas de todos los rincones del mundo. Cada aficionado atesora en el recuerdo sus propios momentos más emotivos de la historia del Mundial. Nos sentimos muy orgullosos y honrados de poder celebrar el patrimonio del fútbol y la historia de la Copa Mundial, llevando el Museo a Moscú para exhibir algunos de los objetos más fascinantes del deporte rey”, destacó el director de este Museo en Zúrich y quien está a cargo de que todo siga saliendo como estaba planeado. Cada día llegan a este lugar entre 25 mil y 30 mil visitantes. Los que más han acudido, aparte de los rusos, han sido los hinchas colombianos. (Lea: Las costumbres uruguayas del jugador francés Antoine Griezmann)