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Adoptar la tecnología en el fútbol es un debate que tiene adeptos y opositores. Los puristas basan su argumento en que esta práctica puede dañar el espectáculo, “lo más perfecto del juego es la imperfección del mismo”, dicen constantemente. Mientras que el sector que apoya esta implementación se centra en que esto ayuda para que el juego sea más limpio y no se presenten goles en fuera de juego ni penales fantasmas, como ha ocurrido en muchas ocasiones. Lejos se está de llegar a un acuerdo.
La adoptación de la tecnología está para ayudar al árbitro y no para generar polémica. Y esto último fue lo que ocurrió en el partido entre Chile y Camerún en la Copa Confederaciones. Un pase de Arturo Vidal a Eduardo Vargas, quien a primera vista estaba en línea con el defensor. El delantero sólo frente al arquero Fabrice Ondoa definió de buena manera y anotó lo que parecía el primero de la noche rusa.
En la repetición ofrecida por la Fifa, la decisión dejó dudas inicialmente. Muchos tenían puntos de vista diferente sobre la misma imagen congelada. Unos asintieron, otros se quedaron con la duda de la invalidación del gol. Y es que a simple vista el pie de Vargas parece estar en la misma línea del último defensor de Camerún. Solo fue hasta el segundo tiempo, que apareció una imagen con líneas que quedó clara la decisión del central.