Italia lo logró: después de 53 años volvió a ganar la Eurocopa
El equipo dirigido por Roberto Mancini derrotó a Inglaterra en los penaltis y festejo en un Wembley atónito.
En el fútbol puede que exista una ley de atracción: entre más lo quieras, más cerca estás de obtenerlo. Pero, claro, en el medio debe existir un trabajo y un proceso. Pero si se parte de este punto, las cosas suceden. Este domingo, Italia, la Italia que hace cinco años estaba tan perdida, derrotó a Inglaterra en Wembley y se quedó con el título de la Eurocopa.
El equipo de Roberto Mancini, tan alejado a esa idea de defender y contragolpear, tocó la pelota, buscó las maneras de cerrar todo en el tiempo regular y demostrar que este cambio de fondo no deja a un lado la tradición de una buena zaga, sino que la potencia con hombres en el mediocampo con visión, y arriba delanteros talentosísimos.
A pesar de irse abajo en el marcador con el gol prematuro de Luke Shaw (1:57 de juego, el tanto más rápido en una final de la Euro), Italia fue laboriosa para encontrar la igualdad. Y los papeles se cambiaron: Inglaterra se encerró y pareció una selección italiana de antes, y la Azzurri fue toque, inteligencia, ganas, empuje.
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Y tuvo premio con el tanto de Leonardo Bonucci en un tiro de esquina y luego de un cabezazo de Lorenzo Insigne que terminó en el palo. El defensor la empujó y puso a festejar a los siete mil italianos en las tribunas. Sí, siete mil de los 60 mil que estuvieron en el estadio más emblemático para los ingleses.
El partido mantuvo la tendencia con Italia atacando e Inglaterra, tímida como no se le había visto en todo el torneo, aguantando.
El tiempo extra tampoco fue suficiente para definir al campeón de la Euro y fue necesario ir a los penaltis. Y Gianluigi Donnarumma, el arquero de 22 años, que debutó como profesional antes de tener licencia para conducir, atajó dos cobros, el más importante a Bukayo Saka.
El portero, que tiene todo arreglado para llegar a PSG, no festejó a la espera de la verificación del VAR y cuando tuvo el OK se fundió en un abrazo con sus compañeros.
Italia volvió a ser el mejor del continente luego de 53 años, tanto tiempo para una selección acostumbrada a ganar Mundiales en periplos más cortos.
Premio a Mancini por su trabajo y por saber encaminar a una generación que desde ya es favorita para el Mundial de Catar el próximo año. Por supuesto habrá que clasificar primero.
Tristeza para los ingleses que todo el día soñaron con el trofeo, desde el saludo de la Reina Isabel II, hasta los aviones volando por Londres con el mensaje de it’s coming home.
Pues no, el fútbol no volverá a casa, por ahora, y las nuevas generaciones británicas tendrán que seguir escuchando la historia del día en el que Su Majestad le entregó la copa del Mundo a Bobby Moore un 30 de julio. De eso ya ha pasado más de medio siglo.
El dato: Italia llegó a 34 partidos sin conocer la derrota.
En el fútbol puede que exista una ley de atracción: entre más lo quieras, más cerca estás de obtenerlo. Pero, claro, en el medio debe existir un trabajo y un proceso. Pero si se parte de este punto, las cosas suceden. Este domingo, Italia, la Italia que hace cinco años estaba tan perdida, derrotó a Inglaterra en Wembley y se quedó con el título de la Eurocopa.
El equipo de Roberto Mancini, tan alejado a esa idea de defender y contragolpear, tocó la pelota, buscó las maneras de cerrar todo en el tiempo regular y demostrar que este cambio de fondo no deja a un lado la tradición de una buena zaga, sino que la potencia con hombres en el mediocampo con visión, y arriba delanteros talentosísimos.
A pesar de irse abajo en el marcador con el gol prematuro de Luke Shaw (1:57 de juego, el tanto más rápido en una final de la Euro), Italia fue laboriosa para encontrar la igualdad. Y los papeles se cambiaron: Inglaterra se encerró y pareció una selección italiana de antes, y la Azzurri fue toque, inteligencia, ganas, empuje.
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Y tuvo premio con el tanto de Leonardo Bonucci en un tiro de esquina y luego de un cabezazo de Lorenzo Insigne que terminó en el palo. El defensor la empujó y puso a festejar a los siete mil italianos en las tribunas. Sí, siete mil de los 60 mil que estuvieron en el estadio más emblemático para los ingleses.
El partido mantuvo la tendencia con Italia atacando e Inglaterra, tímida como no se le había visto en todo el torneo, aguantando.
El tiempo extra tampoco fue suficiente para definir al campeón de la Euro y fue necesario ir a los penaltis. Y Gianluigi Donnarumma, el arquero de 22 años, que debutó como profesional antes de tener licencia para conducir, atajó dos cobros, el más importante a Bukayo Saka.
El portero, que tiene todo arreglado para llegar a PSG, no festejó a la espera de la verificación del VAR y cuando tuvo el OK se fundió en un abrazo con sus compañeros.
Italia volvió a ser el mejor del continente luego de 53 años, tanto tiempo para una selección acostumbrada a ganar Mundiales en periplos más cortos.
Premio a Mancini por su trabajo y por saber encaminar a una generación que desde ya es favorita para el Mundial de Catar el próximo año. Por supuesto habrá que clasificar primero.
Tristeza para los ingleses que todo el día soñaron con el trofeo, desde el saludo de la Reina Isabel II, hasta los aviones volando por Londres con el mensaje de it’s coming home.
Pues no, el fútbol no volverá a casa, por ahora, y las nuevas generaciones británicas tendrán que seguir escuchando la historia del día en el que Su Majestad le entregó la copa del Mundo a Bobby Moore un 30 de julio. De eso ya ha pasado más de medio siglo.
El dato: Italia llegó a 34 partidos sin conocer la derrota.