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Erling Haaland es probablemente el jugador insignia del Manchester City, el más determinante y peligroso de su plantilla. En este punto, su doble condición, tranquila y depredadora, no asombran a nadie. Con su postura impasible, sus pasos largos y seguros, su braceo en cámara lenta, su pisada segura y sus múltiples goles ha logrado apaciguar las dudas sobre su talento, si existieron realmente.
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En 2022, Haaland llegó al City como una promesa, como una luz de esperanza, pues los impresionantes números de Pep Guardiola al mando del equipo parecían estar vacíos sin la añorada Champions League y Haaland llegó con ese único objetivo. Pasados los meses, el noruego ganó la escurridiza orejona con los ciudadanos, en su primera temporada, se convirtió en el primer jugador en marcar 25 goles en 20 partidos de la competencia y en la Premier League marcó tres hat-tricks en sus primeros ocho partidos
Esto desdibujó por completo el récord anterior que ostentaba la leyenda inglesa, Michael Owen, habiéndolo logrado él en 48 interminables partidos de liga: la diferencia era descomunal. Todos estos lujosos honores le bastaron para, este viernes, recibir el premio a mejor jugador de fútbol en los Golden Soccer Awards, pero antes que él este mérito lo recibió Radamel Falcao García, en 2012.
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El Tigre jugaba en 2011 para el FC Porto. Había llegado de Argentina con una estadística goleadora peculiar y con un instinto inapelable. Y cumplió con todas las predicciones; su carácter era irascible, disputaba cada pelota con ferocidad y marcaba goles, muchos. El camino de Radamel para ganar el galardón empezó en mayo, con aquel gol que marcó en la final de la Europa League para que el equipo portugués ganase la copa por segunda vez en su historia.
Fredy Guarín hizo una pausa cerca al área rival con un taconazo corto, miró con extraña devoción al punto penal, tan alejado y ajeno, y lanzó un centro violento y cambiante que Falcao remató con la cabeza con un movimiento patentado. Ese año, además de la Europa League, ganó la Primeira Liga, la Supercopa de Portugal y la Copa de Portugal.
Fue un año inmaculado para el goleador colombiano, que terminó fichado por el Atlético de Madrid y por el Diego el Cholo Simeone en agosto de ese año; buscando aprovecharse de sus muchos talentos. Deseo que terminó rindiendo frutos de forma casi inmediata.
El Tigre se fue de Porto por lo alto y sigue siendo aún el máximo goleador en competencias europeas del equipo portugués con 22 goles, por encima del mítico Mário Jardel. El Cholo seguramente se había fijado en esa peculiaridad; pues quiso explotarlo desde el primer minuto. Junto al entrenador argentino, Falcao se convirtió en el primer jugador en marcar goles en dos finales consecutivas de la Europa League, siendo además, en su momento, el único jugador en hacerlo en un mismo año.
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La curva que adoptó la pelota en aquel primer gol contra el Atlético de Bilbao al minuto siete fue un desafío absoluto a la física, su grito descontrolado, sus manoteos, sus modismos, el agradecimiento y las miradas incrédulas de su rival viajaron rápidamente a través del mundo, atónito y en trance.
Aun así, el Tigre no estaba contento con su presentación. Era un cuadro a medio terminar, así que con su usual holgura, marcó el segundo al minuto 34, con el partido ya quebradizo y agónico. La campaña que firmó fue impresionante, fue elegido como el mejor jugador de la final, de forma rotunda, y consiguió ser el máximo goleador de la competición con 12 goles, dejando atrás a Klaas-Jan Huntelaar con 10.
Apenas tres meses después, el colombiano salía a Stade Louis II, en Mónaco, con su cara pintoresca y sus nervios ignotos. Los catorce mil espectadores coreaban su nombre con brusquedad e ironía, mezcladas en una simbiosis solo vista en un estadio de fútbol. Unos minutos más tarde, la historia predecible se reproducía con restos de hilaridad. Al minuto seis, abrió el marcador con un disparo famélico que chocaba contra el palo más lejano del arco cubierto por Petr Cech.
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Las gradas se derrumbaron con los saltos de los aficionados, el gol era un escándalo global; y Falcao corría gritando, ahogado, descontrolado, con la cara colorada abrazando a los hinchas del Atlético de Madrid. Luego marcó dos goles más y acabó con la voluntad del Chelsea, que no pudo levantar los brazos tras la contundente paliza.
“Es un orgullo poder recibir esto. También quiero agradecer a mis compañeros del Atlético de Madrid y a los de la selección de Colombia, pues sin ellos esto no sería posible. Y es un placer poder compartir con grandes figuras del fútbol mundial, como Diego Armando Maradona, que es uno de mis referentes máximos. Muchas gracias por todo” dijo un joven y eléctrico Radamel Falcao García, en aquella noche de gala, tras recibir el premio a mejor jugador, por su gol y las alegrías que estas produjeron alrededor del mundo.
Honored #DISC guests Mendes, Maradona, and Falcao at Globe Soccer Awards in #Dubai, December 28. pic.twitter.com/06z8zbWg
— Dubai ISC (@DubaiISC) December 29, 2012
Luego de Falcao, el único jugador colombiano que ha ganado un galardón en los Globe Soccer Awards ha sido James Rodríguez, coronado como jugador revelación en 2014, tras su buena presentación en la Copa del Mundo jugada en Brasil, en el año 2014.
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