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Este martes comenzó en Nueva York un nuevo juicio enmarcado en el escándalo de sobornos conocido como FIFAgate. Esta vez, quienes responden ante la justicia son el mexicano-estadounidense Carlos Martínez y el argentino-estadounidense Hernán López, que trabajaron en la empresa 21st Century Fox y el grupo Full Play, una agencia de marketing deportivo con sede en Buenos Aires (Argentina), y propiedad de los acusados argentinos Hugo y Mariano Jinkis, prófugos de la justicia estadounidense.
De acuerdo con las autoridades, entre 2005 y 2015, “los acusados acordaron pagar, pagaron y facilitaron el pago y la ocultación de sobornos anuales y pago de comisiones ilegales” a funcionarios de la Confederación de fútbol de Sudamérica (Conmebol) a cambio de lucrativos contratos de transmisión de partidos amistosos de la Copa Libertadores y otros eventos futbolísticos, y obtener información privilegiada para hacerse con los derechos de transmisión en Estados Unidos de los partidos de los Mundiales de 2018 y 2022.
Además, este mismo martes Televisa llegó a un acuerdo por una demanda, instaurada por un grupo de accionistas, en el que se acusaba a una de sus filiales de sobornar a funcionarios de la FIFA para asegurar los derechos de los partidos de las copas mundiales de 2018, 2022, 2026 y 2030.
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En pocas palabras, ¿qué es el FIFAgate?
El escándalo conocido como ‘FIFAgate’ destapado por Estados Unidos en mayo de 2015 dejó al descubierto una trama de sobornos millonarios pagados por empresas de marketing deportivo a dirigentes del fútbol latinoamericano a cambio de derechos en las retransmisiones televisivas y promoción de torneos.
La fiscalía estadounidense ha acusado a 45 personas y a varias empresas deportivas de más de 90 delitos y de pagar o aceptar más de US$200 millones en sobornos.
De ellos, 27 se declararon culpables -cuatro han muerto-, y media docena han sido sentenciados.
Asimismo, cuatro empresas se declararon culpables, otras dos alcanzaron acuerdos de procesamiento diferido y otras dos pagaron multas.
La adjudicación de las sedes de los Mundiales de 2018 (Rusia) y 2022 (Catar) estuvo marcada por la corrupción, según la justicia estadounidense.
¿Sobornos para qué?
Un poco para todo, pero, si hemos de ponerlo por categorías, la más representativa serían los derechos de transmisión de partidos oficiales, un negocio billonario y la vía por la que llegan la mayoría de los ingresos de la FIFA: para el año pasado, estos representaron US$4.600 de los US$6.400 millones que llegaron a las arcas de la organización.
Otra de las categorías notables en el escándalo fueron las votaciones para la elección de las sedes de los mundiales de Qatar y Rusia, en las que, de acuerdo con el Departamento de Justicia de EE.UU. hubo pagos para favorecer a estos dos países.
¿Quienes han estado involucrados en el escándalo?
Buena parte de la plana mayor de la FIFA ha estado vinculada al escándalo y los procesos penales por sobornos, fraude y lavado de dinero, entre otros cargos.
Algunos de los principales nombres vinculados a este fenómeno de corrupción mundial han sido:
-Joseph Blatter, icónico expresidente de la organización, quien fue separado del cargo tras 18 años en él.
-Michel Platini, también icónico exdirectivo de la UEFA, quien fue suspendido de sus funciones (así como otras 35 personas de la autoridad del fútbol europeo).
-Ricardo Teixeira, quien fue presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) entre 1989 y 2012. En 2017 fue inhabilitado tras ser condenado por sobornos.
-Nicolás Leoz, el hombre fuerte de la Conmebol entre 1986 y 2013 (murió en 2019) fue declarado culpable de recibir sobornos para otorgar derechos de televisión.
-Jack Warner, miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA y vicepresidente de la organización. Debe ser extraditado a Estados Unidos para afrontar cargos por supuesto soborno (habría otorgado su voto a favor de realizar el Mundial de Rusia).
¿Y Colombia?
En el país, una de las principales consecuencias del FIFAgate fue la renuncia de Luis Bedoya, el otrora poderoso dirigente de la Federación Colombiana de Fútbol, quien perdió su cargo, su respeto púbico y sus millonarias propiedades.
Bedoya se convirtió en informante del FBI, después de haber salido en secreto con rumbo a EE.UU. Al exdirigente de la FIFA se le acusó de recibir, junto con otras figuras de la organización, unos US$150 millones en sobornos para otorgar derechos de transmisión de la Copa América.
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