Roma y Sevilla, en una batalla por la corona de la Europa League
La Roma de José Mourinho se enfrentará este miércoles a Sevilla, seis veces campeón del torneo, en Budapest. Aquí los detalles.
Roma y Sevilla se enfrentan este miércoles en el Puskas Arena de Budapest por el título de la Europa League. El ganador del duelo, que está pactado para las 2:00 p. m. con transmisión de Espn, contará además con un pase directo para la próxima Champions League.
Este partido no solo significa una final continental para ambos clubes, sino que también esperan salvar la temporada. Tanto Sevilla como Roma no tuvieron los mejores resultados en sus respectivas ligas, al punto de tener muy pocas oportunidades de jugar a nivel de Europa en la próxima temporada.
Sevilla, el rey de la Europa League
El equipo andaluz pretende seguir con el idilio que mantiene con esta competición, que ya ha conquistado en seis ocasiones en el siglo XXI (2006, 2007, 2014, 2015, 2016 y 2020). Sevilla quiere su séptima corona en la Europa League y saldrán a la cancha con la intención de conseguirla, luego de vencer a Manchester United en cuartos de final y a Juventus en semifinales.
A la sombra de los gigantes del fútbol español, Sevilla FC no ha logrado consolidarse como una alternativa en la liga nacional, con un solo título en 1946. Por lo tanto, luego del primer título europeo en 2006, los dirigentes de este club español hicieron a la Europa League una prioridad.
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“Fue en ese momento en el que todo cambió para el club. Antes, era un club de la zona media de la Liga, cuya única ambición era acabar por encima del Betis (el gran rival de la ciudad) en la clasificación. Pero en 2006, Monchi (director deportivo, en aquel entonces) cambia de estrategia y empieza a fichar a jugadores europeos con una buena formación, como Enzo Maresca, Frédéric Kanouté, Ivica Dragutinovic, yo... Y logramos algo que, en aquella época, parecía inimaginable para un club como este”, aseguró Julien Escudé, director deportivo de Sevilla.
Tras el doblete europeo 2006-2007, el club tuvo notoriedad europea y a partir de ese momento se apropió de la competición. Sin embargo, en Sevilla, una ciudad con una fuerte pasión hacia su club, admiten que el objetivo no es la Europa League, sino jugar la Champions League y mejorar económicamente.
La llegada al banco andaluz del veterano José Luis Mendilibar (más cercano a lidiar con los descensos que a luchar por títulos) fue clave en la resurrección del club, tras el mal arranque de la temporada con Julen Lopetegui y Jorge Sampaoli al mando y que, por suerte de Sevilla, abandonaron el barco.
Con solo dos derrotas en los 15 partidos que ha dirigido a Sevilla, Mendilibar ha impuesto orden y sencillez en el juego y ha recuperado la mejor versión de jugadores que estaban llamados a liderar el proyecto, como Lucas Ocampos o Iván Rakitic.
Pese a su larga experiencia, Mendilibar tendrá en Budapest la ocasión de conquistar el primer trofeo de su carrera. Hasta ahora, lo que más se acerca es el campeonato de Segunda División con el Real Valladolid en 2007. Sin embargo, Sevilla tendrá una baja sensible: la ausencia del argentino Marcos Acuña en el carril izquierdo después de su expulsión en la prórroga contra Juventus.
Roma confía en ‘Mou’
Si Sevilla mantiene un idilio con la Europa League, la historia de la Roma con las competiciones europeas era de odio hasta la pasada temporada con la llegada del portugués José Mourinho, quien llevó al club a la conquista de la Conference League, su primer título continental.
Una victoria en Budapest podría colocar a Roma en el mapa del fútbol europeo y permitiría a Mourinho ser el primer entrenador en ganar esta competición con tres equipos diferentes, después de hacerlo con Oporto en 2003 y Manchester United en 2017.
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Sin embargo, Roma no podrá contar al 100% con el argentino Paulo Dybala. El entrenador portugués confirmó que “está para jugar 20 o 30 minutos” contra Sevilla. El volante argentino arrastra problemas en un tobillo desde hace un mes.
Roma, de todos modos, saldrá bajo el mando de ‘Mou’ y la intención de conquistar otro título europeo para soñar, además, con participar en la Champions League.
El duelo de entrenadores
Ambos han superado la sesentena, pero José Mourinho y José Luis Mendilibar representan las dos caras del fútbol: mientras el portugués ha entrenado siempre a equipos grandes y tiene una carrera llena de éxitos, el vasco casi siempre dirigió equipos modestos y su palmarés está vacío antes de la final de la Europa League.
Ningún aficionado al fútbol desconoce la trayectoria de Mourinho. Desde que se dio a conocer como técnico del Oporto (2002-2004), al que llevó a ganar dos ligas portuguesas y dos trofeos europeos (la Champions en 2004 y la Europa League un año antes), ha dirigido a algunos de los mejores clubes del continente (Chelsea en dos etapas, Inter, Real Madrid, Manchester United y ahora Roma).
Antes, apenas fue conocido en Barcelona como traductor de Bobby Robson (1996-1997) y después como adjunto de Louis van Gaal (1997-2000).
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Por el contrario, y salvo una breve etapa en el Athletic (13 partidos en la temporada 2005), Mendilibar desarrolló toda su carrera en equipos modestos de la primera y la segunda división del fútbol español (Osasuna, Real Valladolid, Levante, Alavés y Eibar entre otros).
Con fama de humilde y trabajador, al técnico vasco le llegó su gran oportunidad esta temporada cuando a finales de marzo fichó por un Sevilla que, tras unos años de pelear en Europa y por títulos, temía un descenso a segunda división.
En poco más de tres meses, Mendilibar no solo salvó al club de Sevilla del descenso, sino que clasificó al Sevilla para una nueva final de la Europa League, luego de eliminar a dos gigantes europeos como Manchester United (en cuartos) y Juventus (en semifinales).
“La gente no se esperaba esto cuando llegamos aquí”, admitió Mendilibar tras eliminar en la prórroga a la Juventus. El técnico vasco tuvo incluso que reivindicarse al poco de llegar por las dudas que generó su fichaje.
Para Mourinho será una final europea más, mientras que para Mendilibar será ‘LA’ final. Sin dudas, será una gran final digna para el nivel de la competición y que plantea escenarios positivos tanto para el fútbol español e italiano, sobre todo para este último, que también tiene uno de sus equipos en la final de la Champions League. Estilos, tácticas e historias distintas pero con un único objetivo: ganar en un duelo apasionante.
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Roma y Sevilla se enfrentan este miércoles en el Puskas Arena de Budapest por el título de la Europa League. El ganador del duelo, que está pactado para las 2:00 p. m. con transmisión de Espn, contará además con un pase directo para la próxima Champions League.
Este partido no solo significa una final continental para ambos clubes, sino que también esperan salvar la temporada. Tanto Sevilla como Roma no tuvieron los mejores resultados en sus respectivas ligas, al punto de tener muy pocas oportunidades de jugar a nivel de Europa en la próxima temporada.
Sevilla, el rey de la Europa League
El equipo andaluz pretende seguir con el idilio que mantiene con esta competición, que ya ha conquistado en seis ocasiones en el siglo XXI (2006, 2007, 2014, 2015, 2016 y 2020). Sevilla quiere su séptima corona en la Europa League y saldrán a la cancha con la intención de conseguirla, luego de vencer a Manchester United en cuartos de final y a Juventus en semifinales.
A la sombra de los gigantes del fútbol español, Sevilla FC no ha logrado consolidarse como una alternativa en la liga nacional, con un solo título en 1946. Por lo tanto, luego del primer título europeo en 2006, los dirigentes de este club español hicieron a la Europa League una prioridad.
Más deportes: Sebastián Villa espera veredicto y dio sus últimas palabras en juicio: “soy inocente”
“Fue en ese momento en el que todo cambió para el club. Antes, era un club de la zona media de la Liga, cuya única ambición era acabar por encima del Betis (el gran rival de la ciudad) en la clasificación. Pero en 2006, Monchi (director deportivo, en aquel entonces) cambia de estrategia y empieza a fichar a jugadores europeos con una buena formación, como Enzo Maresca, Frédéric Kanouté, Ivica Dragutinovic, yo... Y logramos algo que, en aquella época, parecía inimaginable para un club como este”, aseguró Julien Escudé, director deportivo de Sevilla.
Tras el doblete europeo 2006-2007, el club tuvo notoriedad europea y a partir de ese momento se apropió de la competición. Sin embargo, en Sevilla, una ciudad con una fuerte pasión hacia su club, admiten que el objetivo no es la Europa League, sino jugar la Champions League y mejorar económicamente.
La llegada al banco andaluz del veterano José Luis Mendilibar (más cercano a lidiar con los descensos que a luchar por títulos) fue clave en la resurrección del club, tras el mal arranque de la temporada con Julen Lopetegui y Jorge Sampaoli al mando y que, por suerte de Sevilla, abandonaron el barco.
Con solo dos derrotas en los 15 partidos que ha dirigido a Sevilla, Mendilibar ha impuesto orden y sencillez en el juego y ha recuperado la mejor versión de jugadores que estaban llamados a liderar el proyecto, como Lucas Ocampos o Iván Rakitic.
Pese a su larga experiencia, Mendilibar tendrá en Budapest la ocasión de conquistar el primer trofeo de su carrera. Hasta ahora, lo que más se acerca es el campeonato de Segunda División con el Real Valladolid en 2007. Sin embargo, Sevilla tendrá una baja sensible: la ausencia del argentino Marcos Acuña en el carril izquierdo después de su expulsión en la prórroga contra Juventus.
Roma confía en ‘Mou’
Si Sevilla mantiene un idilio con la Europa League, la historia de la Roma con las competiciones europeas era de odio hasta la pasada temporada con la llegada del portugués José Mourinho, quien llevó al club a la conquista de la Conference League, su primer título continental.
Una victoria en Budapest podría colocar a Roma en el mapa del fútbol europeo y permitiría a Mourinho ser el primer entrenador en ganar esta competición con tres equipos diferentes, después de hacerlo con Oporto en 2003 y Manchester United en 2017.
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Sin embargo, Roma no podrá contar al 100% con el argentino Paulo Dybala. El entrenador portugués confirmó que “está para jugar 20 o 30 minutos” contra Sevilla. El volante argentino arrastra problemas en un tobillo desde hace un mes.
Roma, de todos modos, saldrá bajo el mando de ‘Mou’ y la intención de conquistar otro título europeo para soñar, además, con participar en la Champions League.
El duelo de entrenadores
Ambos han superado la sesentena, pero José Mourinho y José Luis Mendilibar representan las dos caras del fútbol: mientras el portugués ha entrenado siempre a equipos grandes y tiene una carrera llena de éxitos, el vasco casi siempre dirigió equipos modestos y su palmarés está vacío antes de la final de la Europa League.
Ningún aficionado al fútbol desconoce la trayectoria de Mourinho. Desde que se dio a conocer como técnico del Oporto (2002-2004), al que llevó a ganar dos ligas portuguesas y dos trofeos europeos (la Champions en 2004 y la Europa League un año antes), ha dirigido a algunos de los mejores clubes del continente (Chelsea en dos etapas, Inter, Real Madrid, Manchester United y ahora Roma).
Antes, apenas fue conocido en Barcelona como traductor de Bobby Robson (1996-1997) y después como adjunto de Louis van Gaal (1997-2000).
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Por el contrario, y salvo una breve etapa en el Athletic (13 partidos en la temporada 2005), Mendilibar desarrolló toda su carrera en equipos modestos de la primera y la segunda división del fútbol español (Osasuna, Real Valladolid, Levante, Alavés y Eibar entre otros).
Con fama de humilde y trabajador, al técnico vasco le llegó su gran oportunidad esta temporada cuando a finales de marzo fichó por un Sevilla que, tras unos años de pelear en Europa y por títulos, temía un descenso a segunda división.
En poco más de tres meses, Mendilibar no solo salvó al club de Sevilla del descenso, sino que clasificó al Sevilla para una nueva final de la Europa League, luego de eliminar a dos gigantes europeos como Manchester United (en cuartos) y Juventus (en semifinales).
“La gente no se esperaba esto cuando llegamos aquí”, admitió Mendilibar tras eliminar en la prórroga a la Juventus. El técnico vasco tuvo incluso que reivindicarse al poco de llegar por las dudas que generó su fichaje.
Para Mourinho será una final europea más, mientras que para Mendilibar será ‘LA’ final. Sin dudas, será una gran final digna para el nivel de la competición y que plantea escenarios positivos tanto para el fútbol español e italiano, sobre todo para este último, que también tiene uno de sus equipos en la final de la Champions League. Estilos, tácticas e historias distintas pero con un único objetivo: ganar en un duelo apasionante.
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