Guerra en el fútbol europeo: los clubes grandes confirman el nacimiento de la Superliga
Real Madrid y otros 11 equipos grandes del continente promueven la iniciativa.
El fútbol europeo se acerca a la implosión: 12 grandes clubes anunciaron la creación de una Superliga, competición privada destinada a hacerle contrapeso a la Champions League, lo que constituye una declaración de guerra a la que la UEFA prometió responder con duras medidas contra esas instituciones y sus jugadores.
“Los clubes europeos más importantes anuncian haber cerrado un acuerdo para la creación de una nueva competición, The Super League, gobernada por sus clubes fundadores. AC Milan, Arsenal, Atlético Madrid, Chelsea, FC Barcelona, Inter Milán, Juventus, Liverpool, Manchester City, Manchester United, Real Madrid y Tottenham se han unido como clubes fundadores”, se puede leer en el comunicado.
Le puede interesar: La UEFA anunció que expulsará a los equipos que apoyen una Superliga
Según una fuente cercana, otros gigantes como Bayern Múnich y París Saint-Germain fueron contactados, pero los dos finalistas de la Champions 2020 no se sumaron y la UEFA agradeció públicamente a la lealtad.
Se trata de un terremoto sin precedentes en casi 70 años de competiciones europeas. El fantasma de un cisma sobrevoló la UEFA en varias ocasiones, pero hasta ahora no se había dado un paso tan firme en este sentido.
“La temporada inaugural comenzará tan pronto como sea posible”, añade el texto, sin fijar un calendario preciso.
Este proyecto, explican sus promotores, está destinado a generar recursos suplementarios para toda la pirámide del fútbol.
“Como contrapartida por su compromiso, los clubes fundadores recibirán un pago en una vez del orden de 3.500 millones de euros (4.190 millones de dólares), destinado únicamente a inversiones en infraestructuras y a compensar el impacto de la crisis del COVID-19”, añade el comunicado.
Si esa cifra se confirma se trataría de ingresos muy superiores a los que los clubes obtienen de la UEFA por el conjunto de sus competiciones de clubes (Liga de Campeones, Europa League, Supercopa de Europa), que generaron 3.200 millones de euros (3.880 millones de dólares) en ingresos televisivos en la campaña 2018-2019, antes de que la pandemia afectara gravemente al mercado europeo de los derechos deportivos.
El primer presidente de The Super League es el español Florentino Pérez, presidente del Real Madrid.
“Vamos a ayudar al fútbol en todos los niveles, para llevarle a ocupar el lugar que merece. El fútbol es el único deporte global. Nuestra responsabilidad como grandes clubes es satisfacer las expectativas de los aficionados”, dijo Pérez, citado en el comunicado.
Liga casi cerrada
El deporte rey en Europa ve así su futuro convulsionado, ya que la Superliga entra en oposición con la filosofía actual de redistribución de los recursos televisivos entre la Champions y las ligas nacionales. Los clubes que promueven la nueva competición aspiran a un sistema de liga casi cerrada, comparable a los campeonatos norteamericanos de básquetbol (NBA) y de football americano (NFL).
Según sus promotores, la Superliga funcionaría con un formato de una temporada regular con 20 equipos, 15 de ellos llamados clubes fundadores, clasificados de oficio cada año, y otros cinco disfrutando de invitaciones a través de un sistema basado en su rendimiento en la temporada anterior.
Le puede interesar: Los tentáculos de Florentino Pérez
Al término de esa primera fase, que empezaría en agosto, habría unos playoffs al final de la temporada, hasta mayo, para decidir al campeón.
Los partidos se disputarían en principio en mitad de la semana, entrando en competencia directa con las fechas reservadas para la Liga de Campeones, pero no con las ligas nacionales, tradicionalmente organizadas los fines de semana.
Amenaza de expulsión
Ahora queda por saber qué respuesta dará la UEFA, muy vehemente contra el proyecto de secesión, y la FIFA.
La instancia europea, en un comunicado firmado también por varios campeonatos nacionales de su continente, amenazó el domingo a todo club disidente con la exclusión de las competiciones nacionales e internacionales, advirtiendo además que los jugadores de esos clubes no podrían jugar con sus respectivas selecciones nacionales.
Queda por saber si esa amenaza se ajusta al Derecho europeo de la competencia, lo que hace presagiar una eventual batalla jurídica.
En un comunicado poco después del anuncio del lanzamiento de la Superliga, la FIFA quiso expresar su desaprobación a una liga separatista europea cerrada.
El lanzamiento de esta “Super League” llega cuando la UEFA tiene convocado para este lunes su Comité Ejecutivo destinado en principio a oficializar la reforma de la Champions League para la etapa que debe comenzar en 2024.
A lo largo del domingo, tras las especulaciones sobre un anuncio inminente sobre esta Superliga, las reacciones se sucedieron, entre ellos incluso dirigentes políticos como el gobierno francés o el primer ministro británico, Boris Johnson, que se mostraron en contra de esa nueva competición.
El fútbol europeo se acerca a la implosión: 12 grandes clubes anunciaron la creación de una Superliga, competición privada destinada a hacerle contrapeso a la Champions League, lo que constituye una declaración de guerra a la que la UEFA prometió responder con duras medidas contra esas instituciones y sus jugadores.
“Los clubes europeos más importantes anuncian haber cerrado un acuerdo para la creación de una nueva competición, The Super League, gobernada por sus clubes fundadores. AC Milan, Arsenal, Atlético Madrid, Chelsea, FC Barcelona, Inter Milán, Juventus, Liverpool, Manchester City, Manchester United, Real Madrid y Tottenham se han unido como clubes fundadores”, se puede leer en el comunicado.
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Según una fuente cercana, otros gigantes como Bayern Múnich y París Saint-Germain fueron contactados, pero los dos finalistas de la Champions 2020 no se sumaron y la UEFA agradeció públicamente a la lealtad.
Se trata de un terremoto sin precedentes en casi 70 años de competiciones europeas. El fantasma de un cisma sobrevoló la UEFA en varias ocasiones, pero hasta ahora no se había dado un paso tan firme en este sentido.
“La temporada inaugural comenzará tan pronto como sea posible”, añade el texto, sin fijar un calendario preciso.
Este proyecto, explican sus promotores, está destinado a generar recursos suplementarios para toda la pirámide del fútbol.
“Como contrapartida por su compromiso, los clubes fundadores recibirán un pago en una vez del orden de 3.500 millones de euros (4.190 millones de dólares), destinado únicamente a inversiones en infraestructuras y a compensar el impacto de la crisis del COVID-19”, añade el comunicado.
Si esa cifra se confirma se trataría de ingresos muy superiores a los que los clubes obtienen de la UEFA por el conjunto de sus competiciones de clubes (Liga de Campeones, Europa League, Supercopa de Europa), que generaron 3.200 millones de euros (3.880 millones de dólares) en ingresos televisivos en la campaña 2018-2019, antes de que la pandemia afectara gravemente al mercado europeo de los derechos deportivos.
El primer presidente de The Super League es el español Florentino Pérez, presidente del Real Madrid.
“Vamos a ayudar al fútbol en todos los niveles, para llevarle a ocupar el lugar que merece. El fútbol es el único deporte global. Nuestra responsabilidad como grandes clubes es satisfacer las expectativas de los aficionados”, dijo Pérez, citado en el comunicado.
Liga casi cerrada
El deporte rey en Europa ve así su futuro convulsionado, ya que la Superliga entra en oposición con la filosofía actual de redistribución de los recursos televisivos entre la Champions y las ligas nacionales. Los clubes que promueven la nueva competición aspiran a un sistema de liga casi cerrada, comparable a los campeonatos norteamericanos de básquetbol (NBA) y de football americano (NFL).
Según sus promotores, la Superliga funcionaría con un formato de una temporada regular con 20 equipos, 15 de ellos llamados clubes fundadores, clasificados de oficio cada año, y otros cinco disfrutando de invitaciones a través de un sistema basado en su rendimiento en la temporada anterior.
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Al término de esa primera fase, que empezaría en agosto, habría unos playoffs al final de la temporada, hasta mayo, para decidir al campeón.
Los partidos se disputarían en principio en mitad de la semana, entrando en competencia directa con las fechas reservadas para la Liga de Campeones, pero no con las ligas nacionales, tradicionalmente organizadas los fines de semana.
Amenaza de expulsión
Ahora queda por saber qué respuesta dará la UEFA, muy vehemente contra el proyecto de secesión, y la FIFA.
La instancia europea, en un comunicado firmado también por varios campeonatos nacionales de su continente, amenazó el domingo a todo club disidente con la exclusión de las competiciones nacionales e internacionales, advirtiendo además que los jugadores de esos clubes no podrían jugar con sus respectivas selecciones nacionales.
Queda por saber si esa amenaza se ajusta al Derecho europeo de la competencia, lo que hace presagiar una eventual batalla jurídica.
En un comunicado poco después del anuncio del lanzamiento de la Superliga, la FIFA quiso expresar su desaprobación a una liga separatista europea cerrada.
El lanzamiento de esta “Super League” llega cuando la UEFA tiene convocado para este lunes su Comité Ejecutivo destinado en principio a oficializar la reforma de la Champions League para la etapa que debe comenzar en 2024.
A lo largo del domingo, tras las especulaciones sobre un anuncio inminente sobre esta Superliga, las reacciones se sucedieron, entre ellos incluso dirigentes políticos como el gobierno francés o el primer ministro británico, Boris Johnson, que se mostraron en contra de esa nueva competición.