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Hace exactamente 38 años River Plate ganó su primera Copa Libertadores

El 29 de octubre de 1986 el equipo argentino venció al América de Cali en el Estadio Monumental de Buenos Aires y se consagró campeón continental.

Juan Diego Forero Vélez
29 de octubre de 2024 - 10:09 p. m.
En 1986, River Plate venció 1-0 al América de Cali con gol de Juan Gilberto Funes y levó su primera Copa Libertadores en Buenos Aires.
En 1986, River Plate venció 1-0 al América de Cali con gol de Juan Gilberto Funes y levó su primera Copa Libertadores en Buenos Aires.
Foto: River Plate
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Es fácil dejarse engañar por el paso del tiempo y olvidar el camino recorrido por los clubes. Los grandes equipos no siempre lo fueron y los poderosos no nacieron siendo tan ruidosos desde la vacuidad. Al principio no había casi diferencias, todos los clubes nacieron de una idea, de un sueño inarticulado y de un apasionado grupo de amigos o socios que se atrevieron a actuar en contra de lo establecido.

River Plate, por ejemplo, nació en el barrio de La Boca en 1901, fruto de la unión entre dos equipos rivales que gozaban de una tierna amistad distorsionada solo por los enfrentamientos que tenían en el campo de fútbol. Santa Rosa y La Rosales dejaron de existir y dieron paso al Club Atlético River Plate, sin pensar, ni siquiera de forma remota, que un día ese matrimonio terminaría convirtiéndose en uno de los equipos más grandes de Argentina y del continente americano.

Sin embargo, River tuvo que atravesar muchos duelos para poder sentarse con los mejores equipos del planeta, tuvo que levantarse de las cenizas y sacudirse la tierra áspera, más de una vez, para poder caminar erguido entre los Dioses del fútbol, para no quedarse rezagado ni olvidado.

Es difícil saber cuando un equipo es grande y muy fácil dejarse engañar por los títulos y los emblemas, por un partido bueno o una temporada decente; hay muchas premisas y muchos factores que influyen, pero, uno tal vez unánime, es el de haberse consagrado campeón del continente, cosa que El Millonario logró, por primera vez en 1986 cuando venció al América de Cali en Argentina, frente a su afición.

El ambiente fue inigualable. Las papeletas blancas revolotearon por el aire como si hubieran estado vivas. Cada asiento estaba ocupado por una o hasta dos personas. El Estadio Monumental estaba repleto, ni un alma podría haberse colado; ni el aire podía circular del todo, bien a través de los cuerpos sudados de los hinchas de River.

La fiesta fue total e indiscriminada desde el inicio, desde antes incluso que sonara el silbato, aun con la lluvia atronadora cayendo sin tregua sobre las cabezas desnudas de los espectadores que llegaron temprano a animar a su equipo.

El partido de ida se jugó en el Estadio Olímpico Pascual Guerrero, en Cali. Los colombianos cedieron con demasiada tozudez el balón y terminaron perdiendo el partido dos goles a uno y los argentinos, conscientes del daño ocasionado, llegaron a su casa con los ojos inyectados en sangre.

Ricardo Gareca dio una última instrucción a sus compañeros antes de iniciar el partido, parado en el medio campo, y luego le pasó la pelota a Roberto Cabañas casi sin mirarlo. Cabañas recibió la pelota y se deshizo de ella con energía, así sin pensarlo, y el tiempo empezó a correr; un poco más tarde de lo planeado, gracias al clima hostil.

El césped se fundió en algunas zonas con las papeletas blancas que tiraron desde las gradas los presentes, tanto, que en algunas partes se volvió imposible jugar, pero eso no cambió en nada los planes de River Plate, que desde el principio agarró las riendas del juego y atacó a los Diablos con líneas muy adelantadas y muchos disparos lejanos. No paró de llover y, al minuto 52, Ricardo Gareca fue expulsado junto a Alejandro Montenegro luego de una jugada en la que El Tigre ni siquiera tuvo participación.

El tiempo se fue agotando hasta el punto en el que los Diablos empezaron a jugar de forma errática y convulsiva, debido al apuro que el marcador les generaba, y gracias a eso, al minuto 68, tras una buena acción individual, Juan Gilberto Funes marcó el gol que rompió la paridad y, al mismo tiempo, el corazón ansioso de los jugadores del América de Cali, que no lograron reaccionar ante aquel golpe mortal. Y River se llevó a casa su primera Copa Libertadores, y empezó a prepararse para convertirse en un gigante.

Luego de eso, El Millonario ganó otras tres Libertadores, y ese mismo año conquistó la Copa Intercontinental que lo proclamó mejor equipo del mundo, al menos, sobre la pizarra. Este martes tratará de remontar el 3-0 que sufrió en la ida de la semifinal contra Atlético Mineiro en condición de visitante.

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Por Juan Diego Forero Vélez

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