Izquierdo pide pista en la selección

El colombiano lleva 33 goles en dos temporadas y media con el Brujas. Afirma que sueña con recibir el llamado de Pékerman, salir nuevamente campeón y llegar a un club grande del viejo continente.

Juan Camilo Romero Gómez / Twitter: @juankromerog
15 de marzo de 2017 - 04:57 a. m.
José Heriberto, con el premio como Mejor Jugador de la liga belga en 2016. / Club Brujas
José Heriberto, con el premio como Mejor Jugador de la liga belga en 2016. / Club Brujas
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“Felicitaciones, vas a un gran club, te deseo lo mejor”, fue el mensaje que llegó en agosto de 2014 al celular de José Heriberto Izquierdo Mena. Con 22 años de edad, el entonces futbolista de Once Caldas había firmado contrato con el Brujas de Bélgica. Le escribía felicitándolo Carlos Bacca, quien un año atrás dejaba esa misma institución por 7 millones de euros para recalar en el Sevilla y convertirse en uno de los mejores delanteros del Viejo Continente.

“Son esas cosas que te llenan de motivación. Él me escribió al día siguiente que se confirmó mi venta al Brujas. Y yo casi me muero. Pasar de ser un desconocido a que Carlos Bacca te escriba al celular”, le dice desde Bélgica a El Espectador un emocionado Izquierdo, quien al recordar todo ese proceso, se llena de orgullo, satisfacción y deseos de seguir por el camino del éxito.

José Heriberto, un hombre de familia, desde pequeño se destacó en el equipo del colegio Calasanz de Pereira y en la selección Risaralda. A los 15 años fue convocado por Eduardo Lara para el combinado colombiano sub-17, pero para poder ir, debió tocar las puertas del Deportivo Pereira, ya que debía pertenecer a un club de fútbol.

En el equipo de su ciudad duró cuatro años, hasta que Santiago Escobar lo llevo al Once Caldas. Le dio duro, pues nunca antes se había separado de su familia. Pero le sirvió para madurar y consolidarse en el balompié nacional. Su papás, José Heriberto Izquierdo Restrepo y Jovita del Carmen Mena, siempre han estado ahí para lo que él necesite. “Lo que pasa es que yo soy hijo de papi y mami. Yo era el niño mimado de la casa”, reconoce con una carcajada el que fuera elegido como el mejor jugador de la liga belga en 2016.

¿Cuál ha sido el papel de su familia en su carrera?

El que más me apoyaba era mi papá, que me acompañaba a todos lados. La que era más reacia siempre fue mi mamá. A ella no le gustaba mucho el fútbol, para ella era más importante el estudio. Nunca ha ido a verme jugar. Le da miedo que me lesionen.

¿Toda la familia es hincha del Pereira?

Para ser sincero, mi familia nunca ha sido aficionada a algún equipo. Les gustaba el fútbol, pero siempre existía ese temor a asistir a un estadio por la violencia. Yo pisé un estadio la primera vez cuando me tocó ir a entrenar con el Pereira. Ya cuando debuté con 16 años en el 2010, bajo las órdenes del profesor Óscar H. Quintabani, comenzó la afición y el cariño hacia el Pereira.

¿Qué significó su paso por el Once?

Fue importante en mi carrera, porque era pasar de la B a la A. Era la oportunidad de darme a conocer a nivel nacional. Ahí me mentalicé en demostrar todo mi potencial. Me fue muy bien, porque de Manizales a Pereira son 45 minutos en carro y cada vez que tenía día libre me iba para la casa.

¿Realmente estuvo cerca de ir a River Plate?

Había llegado una opción de ese club por el 50 % de mi pase, pero en ese momento no hubo ningún acuerdo. Después, Brujas hizo una oferta irrechazable.

¿Sintió la presión por estar cubriendo el gran hueco que dejó Bacca?

Claro que se siente, porque en el momento en que yo llegué, todo el mundo me hablaba de Bacca. Él siempre será un ídolo para esta institución. Pero todo esto lo manejé. Hice una muy buena amistad con Carlos, me ayudó mucho. Ahora, con lo que se ha demostrado, creo que he cumplido con dejar las puertas abiertas para que contraten a otros colombianos. Es el caso de Helibelton Palacios y Germán Mera.

No creo que haya un niño en Bélgica que se llame Bacca, como sí hay uno con el nombre Izquierdo…

Exacto, ya dejamos huella (risas). Lo conocí, fue algo muy loco. Uno nunca se imagina eso. Además, que es mi apellido, ni siquiera mi nombre. Son cosas que sólo pasan por el fútbol.

¿Así de apasionados son los belgas?

Sí, les encanta el deporte. Desde que me gané el premio a mejor jugador de la liga de 2016 todo el mundo me reconoce. Esa Bota de Oro para ellos es muy importante.

¿2016 fue el mejor año de su carrera?

Hasta ahora sí. Falta es el llamado a la selección.

¿Ha estado cerca ese llamado?

No sé. Eso no depende de mí. Yo me dedico a jugar, a ser importante para el equipo en el que esté y mantener buen nivel. Pero nunca se han comunicado conmigo.

¿Cuáles son sus objetivos?

La meta es conseguir el doblete con Brujas y seguir marcando historia. A largo plazo estar en la selección y llegar a un club grande de Europa. El año pasado hubo dos ofertas: Hamburgo y Sevilla, pero no me dejaron ir.

@juankromerog

Por Juan Camilo Romero Gómez / Twitter: @juankromerog

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