James Rodríguez y Rafa Benítez van a ritmos diferentes
El técnico del Madrid lleva semanas insistiendo en que al colombiano, el futbolista más desequilibrante de la plantilla, le falta trabajo para ponerse a punto.
Eleonora Giovio, El País
El lenguaje verbal dice que entre Rafa Benítez y James todo va de maravilla y que el primero no tiene “ningún problema” con el segundo. El lenguaje futbolístico dice que el colombiano no está cumpliendo con lo que le pide el entrenador. El lenguaje corporal dice que no hay armonía entre ambos y que James ha perdido la sonrisa. Incluso el lunes, en la gala de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) en la que fue premiado como mejor centrocampista de la temporada pasada, James, un tipo normalmente muy risueño, estaba muy serio.
“James tiene mi respaldo y mi plena confianza, siempre insisto en que tenemos que analizar que esto es el Real Madrid, un equipo en el que la competitividad tiene que ser una máxima. A partir de ahí, yo estoy encantado cuando los futbolistas lo hacen bien, juegan bien y meten muchos goles, sea James, Cristiano, sea Benzema, Bale, Isco o Jesé”, dijo ayer Benítez en la sala de prensa de Valdebebas en la que le preguntaron hasta en cinco ocasiones por el colombiano.
James (que empezó la Liga siendo suplente en el campo del Sporting) recibió el alta médica a finales de octubre y regresó a una convocatoria el 2 de noviembre (Madrid-PSG en el Bernabéu). Desde entonces el Madrid ha disputado cinco encuentros y él no ha jugado entero ni uno (sí lo hizo con su selección).
Vio desde el banquillo el partido contra el PSG, fue suplente en Sevilla (jugó la última media hora y marcó el gol del 3-2) y titular en el clásico hasta el minuto 55 (fue el primer cambio de Benítez). Tampoco jugó contra el Shakthar y volvió a ser el primer sustituido en el campo del Eibar el pasado domingo (minuto 64). Cuando Cristiano vio que el cuarto árbitro levantaba el cartel con el dorsal número 10, se acercó a James, le dijo algo al oído e intentó darle mimos. Lo mismo hizo Casilla cuando se le sentó al lado en el banquillo. Cabizbajo, el colombiano no respondió al saludo de Benítez que le acarició el cuello.
"Usted dice que no hay ningún problema con James pero el lenguaje no verbal del colombiano no dice lo mismo”, le hicieron notar a Benítez ayer. “En los análisis que se hacen nos olvidamos de que es un futbolista que ha estado 55 días lesionado... Entonces, no hay ningún problema. Es un excelente jugador y cuanto más se entrene y juegue más cerca estará del mejor James que todos conocemos y queremos ver”, contestó el técnico.
¿Quiere decir que físicamente no está en su mejor momento ahora mismo?, le insistieron. “Ya he contestado a cuatro preguntas y no voy a darle más vueltas. Ya he hablado con James, lo que quiero es ver al mejor James cada domingo o cada miércoles metiendo muchos goles y estaré encantado si es así”, respondió el técnico intentando zanjar el tema en la víspera del duelo de Copa contra el Cádiz. “Según la portada de Marca, James está harto”, le dijeron al entrenador preguntándole qué opinaba al respecto. “No lo he leído. James es un excelente jugador, un muy buen futbolista y lo que quiero es que los muy buenos futbolistas jueguen muy bien todos los partidos”, aseguró.
No es la primera vez que el técnico da a entender que el colombiano no está jugando al ritmo que le exige. James se lesionó con su selección a principios de septiembre, sufrió una rotura muscular en el muslo, y recayó antes del derbi en el Calderón (4 de octubre). No volvió a entrar en una convocatoria hasta un mes después. Le mimó el Madrid, que pretendía que su selección hiciera lo mismo y no le llamara para los partidos de mediados de noviembre.
Antes del partido contra el Sevilla, James fue galardonado por la revista GQ y en una charla con los medios dijo que él llevaba dos semanas listo para jugar. A Benítez le molestó la declaración. En Sevilla el colombiano fue suplente. Jugó la última media hora e, igual que pasó en El Molinón en el primer partido de Liga, le dio dinamismo al Madrid. En el Pizjuán marcó el gol del 3-2 en el minuto 92, demasiado tarde para la remontada.
¿No estaba James para jugar más de media hora?, le preguntaron a Benítez en el campo del Sevilla. “Creo que habéis visto lo que es James, un gran jugador con calidad en los metros finales. Todavía le falta bastante trabajo y bastante tiempo para coger el ritmo que todos sabemos que puede tener”, contestó el técnico madrileño. De eso han pasado tres semanas y James sigue jugando a un ritmo diferente del que pretende Benítez.
El técnico, que ha dejado fuera de la lista para el partido de esta noche contra el Cádiz a Cristiano, Bale, Benzema, Kroos, Modric y Keylor Navas, sí ha incluido a James. El colombiano, a diferencia de los demás, no necesita descanso. Sino recuperar la sonrisa y las buenas sensaciones.
El lenguaje verbal dice que entre Rafa Benítez y James todo va de maravilla y que el primero no tiene “ningún problema” con el segundo. El lenguaje futbolístico dice que el colombiano no está cumpliendo con lo que le pide el entrenador. El lenguaje corporal dice que no hay armonía entre ambos y que James ha perdido la sonrisa. Incluso el lunes, en la gala de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) en la que fue premiado como mejor centrocampista de la temporada pasada, James, un tipo normalmente muy risueño, estaba muy serio.
“James tiene mi respaldo y mi plena confianza, siempre insisto en que tenemos que analizar que esto es el Real Madrid, un equipo en el que la competitividad tiene que ser una máxima. A partir de ahí, yo estoy encantado cuando los futbolistas lo hacen bien, juegan bien y meten muchos goles, sea James, Cristiano, sea Benzema, Bale, Isco o Jesé”, dijo ayer Benítez en la sala de prensa de Valdebebas en la que le preguntaron hasta en cinco ocasiones por el colombiano.
James (que empezó la Liga siendo suplente en el campo del Sporting) recibió el alta médica a finales de octubre y regresó a una convocatoria el 2 de noviembre (Madrid-PSG en el Bernabéu). Desde entonces el Madrid ha disputado cinco encuentros y él no ha jugado entero ni uno (sí lo hizo con su selección).
Vio desde el banquillo el partido contra el PSG, fue suplente en Sevilla (jugó la última media hora y marcó el gol del 3-2) y titular en el clásico hasta el minuto 55 (fue el primer cambio de Benítez). Tampoco jugó contra el Shakthar y volvió a ser el primer sustituido en el campo del Eibar el pasado domingo (minuto 64). Cuando Cristiano vio que el cuarto árbitro levantaba el cartel con el dorsal número 10, se acercó a James, le dijo algo al oído e intentó darle mimos. Lo mismo hizo Casilla cuando se le sentó al lado en el banquillo. Cabizbajo, el colombiano no respondió al saludo de Benítez que le acarició el cuello.
"Usted dice que no hay ningún problema con James pero el lenguaje no verbal del colombiano no dice lo mismo”, le hicieron notar a Benítez ayer. “En los análisis que se hacen nos olvidamos de que es un futbolista que ha estado 55 días lesionado... Entonces, no hay ningún problema. Es un excelente jugador y cuanto más se entrene y juegue más cerca estará del mejor James que todos conocemos y queremos ver”, contestó el técnico.
¿Quiere decir que físicamente no está en su mejor momento ahora mismo?, le insistieron. “Ya he contestado a cuatro preguntas y no voy a darle más vueltas. Ya he hablado con James, lo que quiero es ver al mejor James cada domingo o cada miércoles metiendo muchos goles y estaré encantado si es así”, respondió el técnico intentando zanjar el tema en la víspera del duelo de Copa contra el Cádiz. “Según la portada de Marca, James está harto”, le dijeron al entrenador preguntándole qué opinaba al respecto. “No lo he leído. James es un excelente jugador, un muy buen futbolista y lo que quiero es que los muy buenos futbolistas jueguen muy bien todos los partidos”, aseguró.
No es la primera vez que el técnico da a entender que el colombiano no está jugando al ritmo que le exige. James se lesionó con su selección a principios de septiembre, sufrió una rotura muscular en el muslo, y recayó antes del derbi en el Calderón (4 de octubre). No volvió a entrar en una convocatoria hasta un mes después. Le mimó el Madrid, que pretendía que su selección hiciera lo mismo y no le llamara para los partidos de mediados de noviembre.
Antes del partido contra el Sevilla, James fue galardonado por la revista GQ y en una charla con los medios dijo que él llevaba dos semanas listo para jugar. A Benítez le molestó la declaración. En Sevilla el colombiano fue suplente. Jugó la última media hora e, igual que pasó en El Molinón en el primer partido de Liga, le dio dinamismo al Madrid. En el Pizjuán marcó el gol del 3-2 en el minuto 92, demasiado tarde para la remontada.
¿No estaba James para jugar más de media hora?, le preguntaron a Benítez en el campo del Sevilla. “Creo que habéis visto lo que es James, un gran jugador con calidad en los metros finales. Todavía le falta bastante trabajo y bastante tiempo para coger el ritmo que todos sabemos que puede tener”, contestó el técnico madrileño. De eso han pasado tres semanas y James sigue jugando a un ritmo diferente del que pretende Benítez.
El técnico, que ha dejado fuera de la lista para el partido de esta noche contra el Cádiz a Cristiano, Bale, Benzema, Kroos, Modric y Keylor Navas, sí ha incluido a James. El colombiano, a diferencia de los demás, no necesita descanso. Sino recuperar la sonrisa y las buenas sensaciones.