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Flamengo recibirá este domingo al São Paulo para el partido de ida de la final de la Copa do Brasil, en la que ambos equipos apuestan para salvar una temporada en la que han estado perseguidos por la irregularidad y los sinsabores.
El “Fla”, dirigido por el entrenador argentino Jorge Sampaoli, tenía como principal objetivo este año la Copa Libertadores, de la que se despidió prematuramente en octavos de final, eliminado por el Olimpia paraguayo.
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El São Paulo del técnico Dorival Júnior aspiraba a conquistar la Copa Sudamericana, pero quedó en la cuneta de los cuartos de final, en los que cayó frente al LDU ecuatoriano.
En el Campeonato Brasileño, la irregularidad ha sido también una constante en dos equipos llenos de jugadores de renombre.
Camisa maravilhosa! 😍#VamosSãoPaulo 🇾🇪 pic.twitter.com/LK0oD30bFE
— São Paulo FC (@SaoPauloFC) September 17, 2023
Tras las primeras 22 jornadas, el Flamengo ocupa la quinta posición, con 39 puntos, y el São Paulo está en la décimo tercera casilla con 28. Ambos muy lejos del Botafogo, que lidera en solitario con 51 puntos a falta de 16 fechas.
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Casi nada para el Flamengo, que tiene en su plantilla a jugadores de la talla de los uruguayos Giorgian De Arrascaeta y Guillermo Varela, o los brasileños Gabriel Barbosa “Gabigol”, Bruno Henrique, Everton Cebolinha, David Luiz, Pedro y Everton Ribeiro.
También poco para el São Paulo, que para la Sudamericana hizo una fuerte inversión y se reforzó con el colombiano James Rodrigues y los brasileños Lucas Moura y Alexandre Pato, y que ya contaba con figuras como el ecuatoriano Robert Arboleda y el argentino Jonathan Calleri.
La Copa do Brasil se presenta así como la tabla de salvación para ambos equipos, que se jugarán, además del título, la plaza para la Libertadores de 2024 que el torneo reserva para el campeón.
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La ida de la final será en el estadio Maracaná, de Río de Janeiro, el fortín del Flamengo, frente a unos 60.000 espectadores.
El partido de vuelta se disputará el domingo 24 de septiembre en el estadio Morumbí, la casa del São Paulo, donde se definirá cuál de estos de los grandes equipos del fútbol brasileño, en tiempos de vacas flacas, alza una Copa do Brasil que, para cualquiera de ellos, será poco más que un premio consuelo.
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