James Rodríguez (izq.), recién llegado a Sao Paulo. Neymar (der.), presentado en Al Hilal.
Foto: Archivo Particular
Para empezar, hay una verdad, certera como un puño, y es que nadie puede vivir la vida de los demás. Es común juzgar las decisiones de las grandes estrellas del espectáculo, futbolistas, cantantes, actores, etc., como si fueran determinaciones propias. Se vuelven proyecciones de nuestras propias vidas. Sin embargo, son personificaciones, al fin y al cabo, de nuestros sueños, caídas, triunfos y frustraciones. Aspiraciones irreales de la vida de otros.