James y Neymar: las dos estrellas de una generación que aspiraban a mucho más
Ambos, de la camada de 2011, fueron en su momento grandes promesas de la élite del fútbol. Y aunque triunfaron, pudieron llegar mucho más lejos. Hoy, los dos están, todavía jóvenes, por fuera de la élite.
Fernando Camilo Garzón
Para empezar, hay una verdad, certera como un puño, y es que nadie puede vivir la vida de los demás. Es común juzgar las decisiones de las grandes estrellas del espectáculo, futbolistas, cantantes, actores, etc., como si fueran determinaciones propias. Se vuelven proyecciones de nuestras propias vidas. Sin embargo, son personificaciones, al fin y al cabo, de nuestros sueños, caídas, triunfos y frustraciones. Aspiraciones irreales de la vida de otros.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Para empezar, hay una verdad, certera como un puño, y es que nadie puede vivir la vida de los demás. Es común juzgar las decisiones de las grandes estrellas del espectáculo, futbolistas, cantantes, actores, etc., como si fueran determinaciones propias. Se vuelven proyecciones de nuestras propias vidas. Sin embargo, son personificaciones, al fin y al cabo, de nuestros sueños, caídas, triunfos y frustraciones. Aspiraciones irreales de la vida de otros.
Este martes, en una noticia que ya era cantada desde el fin de semana, se hizo oficial que Neymar, la gran estrella de toda una generación, se marcha al fútbol de Arabia Saudita. Será nuevo jugador de Al Hilal, el club que viene de perder la final del Campeonato de Clubes Árabes contra el Al Nassr de Cristiano Ronaldo.
Mire: Oficial: Neymar es nuevo jugador de Al Hilal de Arabia Saudita
Su despedida de la élite, del fútbol europeo, despertó el lamento de hinchas del fútbol en todo el planeta. Miles de internautas acongojados, que le reclaman al crack brasileño su sorpresiva decisión de marcharse a un fútbol de segundo nivel. Se fue demasiado pronto, dicen, a una liga que no está a la altura de su talento. Y lo más grave, le sacan en cara, por preferir el dinero. Sobre todo con su juventud, con los años que todavía le quedaban por delante. “Neymar fue el príncipe que nunca se convirtió en rey”, se lee en las redes sociales.
Hace un par de años, Neymar ya lo había advertido. Confesó, meses antes del Mundial de Catar 2022, que se sentía cansado y que sus años en la élite estaban contados. El peso de ser la gran estrella que todos siempre esperaron lo superó. Y, además, en un llamado a prestar atención a la salud mental de los deportistas, dijo que ese torneo, el de 2022, sería su última Copa del Mundo.
No era descabellado entonces asumir que el brasileño también saldría pronto de Europa, que su prioridad en el fútbol no era la grandeza y que, bien que mal, los logros que él consideraba importantes, ya los había conseguido, como la Champions League que alcanzó con Barcelona junto a Lionel Messi y Luis Suárez.
También: Neymar, entre los millones, las lesiones y la búsqueda de protagonismo
Es natural, por supuesto, pensar en lo que pudo ser. Y no es errado tampoco hablar del potencial que Neymar llegó a mostrar un día. Un jugador con una capacidad técnica espectacular en una época del fútbol en la que los jugadores de su clase han dejado de existir.
Acá, en Colombia, es normal pensar en James Rodríguez como el símil perfecto a lo que fue Neymar. No solo porque los dos son de la misma generación, o porque en 2011, al mismo tiempo, ambos aparecieron en el panorama mundial. También, porque sus carreras, de una u otra manera, transitaron caminos similares. Y entre las ausencias de lo que pudieron haber sido, sus logros y hasta su palmarés, sus trayectorias fueron casi un espejo.
Es más, a los dos se les recriminó siempre lo mismo: ese centavo para el peso que les faltó para convertirse en leyendas. ¿Por temas extradeportivos? ¿Por excesos o falta de cuidado? ¿Por falta de ambición? ¿Por las lesiones? Solo lo saben ellos.
Mire: ¿Cuánto dinero ganará Neymar por jugar en el Al Hilal?
Tal vez es demasiada coincidencia, pero el año en el que James Rodríguez se fue de Europa, sin tener en cuenta su paso por Catar, y terminó en Brasil, es la misma época en la que Neymar llegó a Arabia. Es cierto que la carrera de James Rodríguez desde hace años viene en picada, pero no deja de ser curioso que el ocaso de ambos llegó al mismo tiempo. Con años todavía por delante y una consagración que nunca terminaremos de ver.
Habría que regresar en el tiempo a ese 2011, cuando Colombia fue sede del Mundial sub-20. Neymar no vino al torneo, era tan bueno que Brasil lo llamó a la Copa América a jugar con los mayores. De esa Copa se destacaron otros nombres, tal vez con mejor carrera que los dos mencionados, como Mohamed Salah y Antoine Griezmann. Sin embargo, las dos grandes estrellas de esa generación eran James Rodríguez y Neymar.
Lo demostraron tres años después, en el Mundial de 2014, cuando los dos descollaron y se instalaron de verdad en la élite, más allá de la decepción mayúscula de Brasil contra Alemania. James recaló en el Real Madrid y Neymar, que ya había llegado antes, se afianzó en Barcelona. Sobre todo, el brasileño era el supuesto sucesor de Messi y Cristiano Ronaldo. El próximo mejor jugador del mundo.
Pero la luz de ambos llegó hasta ahí. James con una caída más estrepitosa, pero Neymar con una más sonada. Sobre todo porque dejó Barcelona cuando estaba en la cima del mundo, escapando de la sombra de Messi en PSG. Y allá, en París, nunca fue feliz. Y nunca logró la grandeza a la que estaba destinado.
Tal vez, y es respetable, ninguno de los dos lo quiso. No se deben juzgar ni sus decisiones ni su destino. Pero sí se puede añorar la esperanza que un día hicieron florecer. De alguna manera, los vimos irse más rápido de lo que los vimos llegar. A lo mejor, ahí está el lamento, por el talento que tenían y la consagración que nunca pudo ser.
🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador