Johan Neeskens, el alma de la ‘Naranja Mecánica’
Parte fundamental de la selección de Países Bajos que hizo historia en los 70, el mediocampista fue uno de los volantes más destacados del siglo XX.
Este lunes se fue Johan Neeskens. A sus 73 años, murió una leyenda del fútbol que dejó tras de sí un legado poco conocido por muchos. A los miembros de aquella “Naranja Mecánica”, la temida selección holandesa de los años 70, alguna vez la llamaron el equipo de “Los olvidados”, porque su generación cambió el balompié para siempre, pero la ausencia de títulos condenó a la mayoría al olvido. Se reconoce, por supuesto, a su gran líder, Johan Cruyff. Sin embargo, detrás del legendario 14 hubo otros, como Neeskens, que hicieron posible aquel equipo de ensueño.
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Este lunes se fue Johan Neeskens. A sus 73 años, murió una leyenda del fútbol que dejó tras de sí un legado poco conocido por muchos. A los miembros de aquella “Naranja Mecánica”, la temida selección holandesa de los años 70, alguna vez la llamaron el equipo de “Los olvidados”, porque su generación cambió el balompié para siempre, pero la ausencia de títulos condenó a la mayoría al olvido. Se reconoce, por supuesto, a su gran líder, Johan Cruyff. Sin embargo, detrás del legendario 14 hubo otros, como Neeskens, que hicieron posible aquel equipo de ensueño.
La Federación Neerlandesa de Fútbol fue la primera en confirmar su muerte, calificándolo como una “leyenda del fútbol neerlandés e internacional”. Equipos como el FC Barcelona y el Ajax, en los que Neeskens brilló a lo largo de su carrera, también rindieron homenaje. “Lamentamos profundamente la muerte de Johan Neeskens. Una leyenda azulgrana que estará siempre en nuestro recuerdo. Descanse en paz”, publicó el equipo español en sus redes sociales, mientras que los neerlandeses expresaron: “Nos entristece profundamente la noticia del fallecimiento de Johan Neeskens. Nuestros pensamientos están con su familia en estos momentos. Descansa en paz, leyenda del Ajax”.
El motor de la “Naranja Mecánica”
Johan Neeskens fue mucho más que un futbolista destacado, fue el alma de un equipo que cambió la historia del fútbol. Era parte fundamental de la mítica selección neerlandesa que alcanzó las finales de las Copas del Mundo en 1974 y 1978. La huella profunda de ese equipo, que jamás se llevó una corona, estuvo en el estilo de juego. El conocido “fútbol total”, que fue revolucionario, y en el que el volante desempeñó un papel central en su funcionamiento. “El primero que introdujo este juego fue Rinus Michels, luego lo siguió Cruyff como entrenador. Él construyó el juego que el Barcelona estuvo jugando y Guardiola aprendió mucho de él, de su forma de ver y pensar el fútbol. Michels es el gran inspirador de todo”, le dijo Neeskens a El Espectador cuando pasó por Bogotá hace un par de años.
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“Nosotros siempre jugábamos a tener el balón. Si lo tenemos, el contrario no puede hacernos daño. Y teníamos jugadores para aguantarlo. Esa era una parte de la filosofía, cancha grande. Los tiempos cambian, tenemos épocas diferentes, pero el fútbol no se puede comparar ni en los 70, 90 o en 2010, cada dos o tres años las cosas cambian y hay menos espacio. Cada vez será más difícil tener a un jugador que marque muchísimo la diferencia, va a ser más el equipo, el conjunto, que es el número uno”, explicó la filosofía, el mítico volante, en esa misma entrevista.
Neeskens encarnó como pocos la versatilidad que exigía ese estilo de juego. Aunque comenzó su carrera como lateral derecho, fue Michels, que lo tuvo primero en Ajax y después en la selección, el que lo movió al centro del campo. Ahí floreció. En su nuevo rol, el volante se destacó por su capacidad incansable para cubrir grandes distancias, moverse de área a área y participar tanto en la construcción de juego como en la defensa. Su intensidad y energía en el campo lo convirtieron en un mediocampista único, un todoterreno que podía recuperar balones con la misma facilidad con la que se unía al ataque. Esa habilidad para transitar entre la defensa y el ataque lo hizo fundamental para la estructura táctica del fútbol total, en la que la presión era la piedra angular del modelo de juego.
El Mundial de 1974 fue el punto culminante de su carrera internacional, cuando, junto a Cruyff, fue una de las figuras más emblemáticas de ese equipo neerlandés que maravilló al mundo. El equipo avanzó hasta la final del torneo, pero la poderosa selección de Alemania Occidental le sacó el título. En aquella final, Neeskens fue el encargado de abrir el marcador, anotando un gol de penalti en los primeros minutos del partido. Sin embargo, a pesar de ese inicio prometedor, los neerlandeses cayeron 2-1 ante los alemanes. La derrota nunca borró el principal legado de esa generación: su juego, caracterizado por la presión constante, el control del balón y la movilidad de los jugadores, que se convirtió en un modelo a seguir en todo el mundo.
Cuatro años después, el oriundo de Heemstede, en los Países Bajos, volvió a ser pieza clave en el 78. Sin Johan Cruyff, quien se negó a participar, tuvo a Neeskens al frente. Nuevamente en la final, esta vez contra Argentina, el resultado no fue distinto, con un resultado en contra de 3-1.
En el corazón de Ajax y Barcelona
Johan Neeskens también tuvo una destacada carrera a nivel de clubes, especialmente con Ajax y Barcelona. En el equipo de Ámsterdam formó parte de un equipo legendario que ganó tres Copas de Europa consecutivas, entre 1971 y 1973. Dirigido por Michels, practicaba el mismo estilo que hizo famosa a la selección neerlandesa. Desde entonces el mediocampista fue una figura clave en esos años dorados.
En 1974, Neeskens fue fichado por Barcelona y ahí se reunió con su compañero de toda la vida, Johan Cruyff. En el club catalán continuó desplegando su incansable estilo de juego, ayudando al equipo a ganar títulos y manteniendo su reputación como uno de los mejores mediocampistas del mundo. Aunque su paso por Barcelona no estuvo acompañado por el mismo éxito internacional que tuvo en Ajax, el neerlandés dejó una huella imborrable en el club. Hoy es considerado leyenda.
En la década de 1980, Neeskens decidió emprender una nueva aventura en la liga de fútbol de Estados Unidos, donde jugó para los New York Cosmos, un equipo que se convirtió en refugio para varias estrellas del fútbol europeo y que se hizo esencialmente famoso cuando allá aterrizó Pelé. Aunque su carrera en América no alcanzó los mismos niveles de éxito que en Europa, el volante alcanzó a volver al Viejo Continente para ir al poco tiempo de nuevo a Norteamérica. Su carrera la terminó en Suiza, jugando para el Zug 94 en 1991.
Los últimos años de la leyenda
Como entrenador se desempeñó años después como asistente de Guus Hiddink en Australia, pero su mayor logro en el banquillo fue como acompañante de Frank Rijkaard en el inolvidable Barcelona de 2006. Después, y antes de que llegara Pep Guardiola, Johan Neeskens abandonó el cuadro catalán, la última gran figuración de su carrera.
Su fallecimiento sorprendió al mundo del fútbol, pero su legado como una de las piezas claves del equipo que cambió para siempre la manera de entender el juego permanecerá para siempre en la memoria de quienes tuvieron la fortuna de verlo jugar. Neeskens, con su inquebrantable compromiso y su excepcional capacidad física, seguirá siendo recordado como el alma de uno de los equipos más grandes de la historia del fútbol.
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