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Acosado por las críticas y a las puertas de una moción de censura, el presidente del Barcelona, Josep Maria Bartomeu, presentó este martes su dimisión, agrandando la crisis institucional en el club azulgrana.
“Comparezco para comunicar mi dimisión y la del resto de la junta directiva”, afirmó el presidente en una comparecencia, en la que añadió que “es una decision meditada, serena, consultada y acordada por todos los compañeros”.
Apenas 24 horas después de asegurar que “no hay motivos para dimitir”, Bartomeu renunció al cargo, poniendo fin a a seis años de presidencia, a la que llegó sucediendo a Sandro Rosell, que dimitió debido al caso Neymar
Bartomeu renuncia al cargo antes de someterse al voto de censura, que ha acabado precipitando su dimisión por los desacuerdos sobre la fecha y la forma de llevarlo a cabo.
El voto debería llevarse a cabo el 1 y 2 de noviembre en el Camp Nou, por lo que la junta considera que no se dan las condiciones sanitarias adecuadas en una situación de pandemia.
“No podemos ni queremos ponernos en la tesitura de tener que optar entre la protección de la salud y el ejercicio del voto y por eso tomamos la decisión de no convocar el voto y dimitir inmediatamente de nuestras funciones”, afirmó Bartomeu en rueda de prensa.
Tras la salida de Bartomeu y su directiva, se hará cargo del club una gestora, que deberá convocar elecciones en un plazo máximo de tres meses.
Con su marcha, Bartomeu pone fin a una situación de crisis larvada, que dura desde enero pasado con la derrota en la final de la Supercopa de España y la destitución del técnico, Ernesto Valverde, con las que empezó un lento declive que culminaría con la dura eliminación ante el Bayern de Múnich en Liga de Campones tras perder 8-2 contra el equipo germano.
- ‘Barçagate’ -
Ya en febrero, Bartomeu tuvo que salir a desmentir que fuera el origen de una campaña de desprestigio en las redes sociales hacia las figuras del club, con el objetivo de mejorar la imagen del propio presidente.
En el centro del escándalo, la empresa I3 Ventures, a la que el Barça habría pagado, según la cadena Ser, un millón de euros en seis facturas distintas para evitar pasar por los controles financieros del club.
Todavía sigue en curso una investigación judicial por sospechas de corrupción, puesto que el monto acordado es seis veces superior al precio de mercado.
El escándalo, conocido como ‘Barçagate’ llevó a la dimisión de seis miembros de la directiva, en desacuerdo con la gestión de Bartomeu.
Los problemas no hicieron más que empeorar con la pandemia y el confinamiento, que agrava la precaria situación financiera tras dejar de ingresar 200 millones de euros en la pasada temporada, en un club ya muy endeudado.
El Barça se deshizo durante la pasada ventana de traspasos de varios grandes salarios (Arthur Melo, Ivan Rakitic, Arturo Vidal o Luis Suárez), al tiempo que pidió a los jugadores rebajar su paga para adecuarse a la nueva situación económica.
- La marcha abortada de Messi -
Pero el golpe de gracia llegó en agosto cuando la humillante derrota 8-2 ante el Bayern de Múnich, terminó de hundir al Barça y pocos días después el capitán Leo Messi sacudió los cimientos del barcelonismo anunciando su deseo de salir del club.
Bartomeu rechazó esta salida y le instó a quedarse conforme a los términos de su contrato, que finaliza en junio de 2021, lanzando un ultimatum: si Messi dice públicamente que el problema es Bartomeu, entonces dimitirá.
Messi no lo hizo y dio marcha atrás en su deseo, afirmando no querer entrar en un litigio judicial con su club, pero no se mordió la lengua y criticó públicamente a sus dirigentes en la misma entrevista en que anunció que se quedaba.
“Hace tiempo que no hay proyecto ni hay nada, se van haciendo malabares y van tapando agujeros a medida que van pasando las cosas”, afirma.
Bartomeu, reelegido con el 54% de los votos en julio de 2015 tras un triplete Liga-Copa-Champions, no llegará pues al final de su mandato, marcado por numerosos trofeos (4 Ligas, 4 Copas del Rey...), pero también por escándalos como las investigaciones judiciales sobre las condiciones del traspaso de Neymar.
Y lo peor para este empresario de 57 años, será ver al Barça emprender su reconstrucción gracias a las semillas que él mismo sembró con el técnico Ronald Koeman y el joven prodigio Ansu Fati .