Juan Fernando Quintero aspira a la grandeza Sudamericana
El volante espera darle al Racing de Avellaneda de Gustavo Costas el título de la Copa Sudamericana. Johan Carbonero y Róger Martínez son los otros colombianos que jugarán la final.
Fernando Camilo Garzón
La anécdota la cuenta su mamá, Lina Paniagua, quien dice que mucho antes de las jugarretas con sus amigos en las calles del barrio Socorro, en la Comuna 13 de Medellín, Juan Fernando Quintero se enamoró del fútbol cuando empezó a caminar, y una de las primeras cosas que quiso hacer fue patear una pelota.
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La anécdota la cuenta su mamá, Lina Paniagua, quien dice que mucho antes de las jugarretas con sus amigos en las calles del barrio Socorro, en la Comuna 13 de Medellín, Juan Fernando Quintero se enamoró del fútbol cuando empezó a caminar, y una de las primeras cosas que quiso hacer fue patear una pelota.
¡Pupilas dilatadas y el oído bien atento! Creció escuchando historias de su papá, Jaime Enrique, un talentoso 10 que jugaba en las inferiores de Atlético Nacional y que un día, mientras caminaba por su esquina, fue subido por el Ejército colombiano a un camión para llevarlo a prestar servicio militar. Esa fue la última vez que lo vieron con vida. Nunca lo conoció, pero lo amó toda su vida. No recuerda las caricias de sus manos, su sonrisa ni el sonido de su risa, pero en su honor “Juanfer” quiso emularlo desde que tuvo conciencia: ser futbolista como lo fue él, jugar en su nombre.
Muchas veces se ha recordado esta historia, pues en la última década Quintero no ha dejado de sentarse con los mejores en el olimpo suramericano. La cima la consiguió con River Plate, pues en Buenos Aires nunca van a olvidar cómo en Madrid se la clavó en el ángulo a Boca Juniors, en la que para muchos es la final más importante en la historia de la Copa Libertadores.
Para los Millonarios es ídolo, pero ahora también está muy cerca de volverse referente en Racing de Avellaneda, otro gigante de Argentina, con el que peleará hoy frente al Cruzeiro de Brasil por el título de la Copa Sudamericana. Sería la primera copa internacional en 36 años y la segunda más importante en la historia del celeste y blanco, campeón de Libertadores e Intercontinental en 1967.
Quintero, un pibe que se tragó muchas cosas
Al repasar la historia de Quintero se puede entender la fuerza de su convicción. Empezó en el fútbol con la promesa de sacar adelante su casa y a su mamá, quien lo concibió cuando tenía 17 años. Aunque despuntaba en Envigado, la cantera de héroes, fue excluido varias veces de las selecciones juveniles de Colombia por su estatura. Era un pequeño de ambiciones gigantes que logró imponerse, con su zurda, en un fútbol de trenes, cuerpos gigantes y físicos demoledores. En medio de la fuerza impuso su talento.
Recientemente Gustavo Costas, su entrenador —tan recordado en Colombia por su paso por Santa Fe—, se quebró al hablar del 10, el 8 en la Academia, la gran figura que puso a Racing en la final. “‘Juanfer’ es un pibe que se comió muchas cosas, tuvo muchos problemas familiares: la gente no sabe. Son seres humanos, no son robots, tienen problemas como todos. Y él pasó por mucho con su familia. Es un jugador distinto, te da cosas distintas, no te va a correr como Salas, aunque hoy corre más que cuando estaba en River. Pero no lo tengo para que corra, para eso están otros”.
El DT se refería a los últimos meses del antioqueño. De su nuevo idilio en Argentina, mientras su esposa necesitó transfusiones de sangre para seguir viviendo. De su tío, apresado recientemente en Colombia por presunto abuso sexual de menores, mientras Quintero cargaba en sus hombros el peso de su equipo y de su hogar, como le tocó desde que era un niño.
¡Pupilas encharcadas y el peso de la memoria! Esa carga se le vio a Quintero tras su reciente tanto con la selección en Uruguay. Fue un golazo, propio de su talante. Y en la celebración vino el llanto. El cúmulo de la presión, en medio del éxito y la angustia de las últimas semanas. No fue la fecha FIFA del combinado nacional, ni terminó de ser la consagración de ‘Juanfer’, como muchos esperaban, en la tricolor, en su regreso a la titular que le ha sido tan esquiva. El fútbol da revancha, como siempre se la dio, y este sábado con Racing, Juan Fernando Quintero podría volver a hacer historia. A su lado estarán Johan Carbonero y Róger Martínez, más Costas —uno que se siente casi de este terruño—, para intentar conquistar la Copa Sudamericana, la nueva aspiración a la grandeza del jugador que juega en honor de Jaime Enrique Quintero.
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