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El ‘Faraón’ egipcio, con sus siete coronas, y el ‘León’ senegalés, hambriento en busca de su primer título, disputarán la final de la 33ª edición de la Copa de África, el domingo en Yaoundé (Camerún), guiados por los dos mejores jugadores del continente, Mohamed Salah y Sadio Mané.
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Un duelo que servirá de preámbulo para la doble cita en El Cairo y en Dakar en marzo, en un explosivo repechaje por un puesto en el Mundial de Catar-2022.
Egipto es ligeramente favorito para reforzar su reinado en la competición, después de haber dejado en el camino a otros favoritos al término de tres prórrogas y dos desempates a penales: Costa de Marfil (0-0, 5-4 en penales), Marruecos (2-1 en la prórroga) y Camerún (0-0, 3-1 en penales).
Senegal, por su parte, sueña con levantar al fin el trofeo luego de dos finales perdidas, en 2002 y en 2019. Su seleccionador Aliou Cissé perdió las dos, una como jugador y otra como seleccionador.
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El camino de su equipo hasta la final ha sido menos tortuoso (Cabo Verde, Guinea Ecuatorial y Burkina Faso). Pero los dos finalistas presentan un punto en común: comenzaron con mal pie la competición.
Queiroz contra Cissé
Egipto perdió de entrada contra Nigeria (1-0) y después sufrió para derrotar a las modestas Guinea Bisáu y Sudán (1-0 en ambos).
Senegal vivió una fase de grupos discreta con un solo gol en su haber, y de penal en el último segundo, obra de Sadio Mané contra Zimbabue (1-0), y sendos 0-0 contra Guinea y Malaui.
Pero ambas escuadras mejoraron en la fase de eliminación directa, lideradas por sus geniales dorsales 10, compañeros en el Liverpool.
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Además de la elástica ‘Red’, Salah y Mané comparten el doloroso recuerdo de una final perdida de la CAN, el egipcio en 2017 contra Camerún, y el senegalés en 2019 ante Argelia.
Pero si Egipto y Senegal han llegado tan lejos en esta CAN se lo deben también a sus entrenadores, finos tácticos que han puesto su sello en sus respectivos equipos.
El portugués Carlos Queiroz, exentrenador del Real Madrid, acertó en semifinales ante Camerún al dar entrada a su comodín Mahmoud Hassan ‘Trezeguet’.
Aunque Queiroz se perderá la final a ras de césped al haber sido expulsado en semifinales.
¿Cansancio de Egipto?
Mientras Queiroz sólo lleva cinco meses en el cargo, Aliou Cissé lleva seis años moldeando a Senegal, a la que ya había llevado a una final de la CAN.
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El cansancio podría ser una de las claves de la final. Egipto cuenta con un día de recuperación menos y entre las tres prórrogas es como si hubiese disputado un partido más. “Nadie va a pensar en el cansancio”, afirmó Salah este sábado.
“Es una final, nadie va a pensar en el cansancio, sino más bien en hacer feliz al pueblo egipcio. Dormimos bien, comemos bien, nos recuperamos. Estaremos en forma”, aseguró.
Entre ambos finalistas no existe una rivalidad histórica, como puede ser la existente entre los ‘Leones de Teranga’ y los ‘Faraones’ con Camerún, por ejemplo.
Pero esta vez está en juego un título continental, antes de la posibilidad de acudir a un Mundial.