La influencia del dinero en la Champions League
El deporte más popular del mundo también ha sido permeado por la forma en la que se mueve el mercado. El modelo por el que se rige hizo que los grandes fueran más grandes y los pequeños más pequeños.
Daniel Bello
El torneo de clubes más importante del mundo no siempre tuvo el formato que hoy conocemos. Que Real Madrid o algún club inglés levante el trofeo al final de la temporada es cuando menos habitual, mientras que antes, países como Escocia, Serbia o Rumanía no solo llegaban a las finales, sino que las ganaban.
Fiorentina, Reims o Frankfurt, equipos que en la actualidad son animadores en sus respectivas ligas, en los primeros años de la Liga de Campeones estuvieron cerca de levantar la orejona. El presente de esa competición, lejos de mostrar equipos de diversos orígenes, se convirtió en una batalla entre los cuadros con mayor presupuesto.
El fútbol que se jugaba entre los 50 y los 60 es muy distinto al actual. No solo porque se volvió más defensivo, sino porque las empresas cada vez más se iban metiendo en ese mundo. Los patrocinios y salarios multimillonarios, además del crecimiento desigual en las ligas de Europa, acrecentaron las brechas e hicieron que los equipos que disputan la Champions sean casi siempre los mismos.
Le puede interesar: Se baja la bandera en la Champions League: seis datos a tener en cuenta
La ley Bosman, la cantidad de extranjeros por plantilla, la distribución de los cupos dependiendo el país y el cambio de formato crearon una competición que privilegió a los equipos de occidente y puso a los de Europa del Este a pelearse por los cupos sobrantes. Antes solo participaba el campeón de la liga de cada país, ahora eso depende de la liga. Mientras hay países con mínimo tres participantes desde la fase de grupos, hay campeones de ligas modestas que deben labrar su camino a esa instancia desde muy atrás.
Es extraordinario que en los últimos años los principales equipos de Madrid o Barcelona se ausenten en nombre de España. El Liverpool de Klopp y el Chelsea de Tuchel también dicen presente con frecuencia. En Italia, Juventus, Inter y Milan son los representantes habituales. Cada tanto uno de ellos se ausenta, pero es más la excepción que la norma.
Además de los mencionados anteriormente, hay dos equipos que han tomado mucha fuerza gracias a los inversionistas que se adueñaron de ellos. Inversionistas cataríes se apoderaron del PSG, mientras que un grupo multimillonario de Emiratos Árabes Unidos compró al Manchester City. Ambos equipos tuvieron de la noche a la mañana un gran poder adquisitivo y, aunque la Champions les ha sido esquiva, se han vuelto serios candidatos a ganarla.
También puede leer: ¡Empieza la Champions! Los platos fuertes de la primera fecha
La última vez que un equipo fuera de las cinco grandes ligas conquistó la Liga de Campeones fue en la temporada 2003/2004, cuando el Porto de José Mourinho derrotó 3-0 en la final a Mónaco, otra de las sorpresas. La brecha con Europa del este se hizo incluso más grande. Desde que Estrella Roja de Belgrado ganó el torneo en 1991, ningún equipo de esa zona del viejo continente volvió a alcanzar una final.
Inglaterra, la liga más valiosa en la actualidad, tiene equipos con más presupuestos que la suma de varios equipos en otras ligas, no solo de Europa del este, sino que sus vecinos, Escocia, Gales e Irlanda del Norte. Mientras unas competiciones nacionales dan pasos de gigante, otras se están quedando estancadas.
En ese país, Nottingham Forest, equipo recién ascendido y con dos orejonas en su haber, está valuado en casi 250 millones de euros. Incluso el equipo “más barato” de la Premier League supera a varios campeones de sus respectivas ligas que participan en esta edición de Champions. Por ejemplo, el Red Bull Salzburgo de Austria está tasado en 174 millones, Brujas de Bélgica en 153 y Celtic, 107.
Le recomendamos: Farah y Cabal remontaron y avanzaron a los cuartos de final del US Open
Aunque sea un hecho que en los últimos años los equipos grandes de Europa sean los que se disputan el título, si bien son una pequeña proporción, los conjuntos del resto del continente lograron conservar su espacio en la Champions gracias al fallido intento de las élites del balompié en llevar a cabo la Superliga, un formato en el que solo participarían los más grandes.
Aunque la guerra contra la Superliga aún no concluye, los “pequeños” han sabido faltarle el respeto a los de siempre. Por ejemplo, el mismo Real Madrid, que conquistó su decimocuarta Champions en mayo pasado, cayó en fase de grupos como local ante el humilde Sheriff de Moldavia.
Aunque el dinero y el poderío marcan la tendencia a la hora de conseguir resultados, siempre habrá momentos en los que el deporte que más seguidores reúne a lo largo y ancho del planeta no sea más que un encuentro de 11 contra 11.
🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador
El torneo de clubes más importante del mundo no siempre tuvo el formato que hoy conocemos. Que Real Madrid o algún club inglés levante el trofeo al final de la temporada es cuando menos habitual, mientras que antes, países como Escocia, Serbia o Rumanía no solo llegaban a las finales, sino que las ganaban.
Fiorentina, Reims o Frankfurt, equipos que en la actualidad son animadores en sus respectivas ligas, en los primeros años de la Liga de Campeones estuvieron cerca de levantar la orejona. El presente de esa competición, lejos de mostrar equipos de diversos orígenes, se convirtió en una batalla entre los cuadros con mayor presupuesto.
El fútbol que se jugaba entre los 50 y los 60 es muy distinto al actual. No solo porque se volvió más defensivo, sino porque las empresas cada vez más se iban metiendo en ese mundo. Los patrocinios y salarios multimillonarios, además del crecimiento desigual en las ligas de Europa, acrecentaron las brechas e hicieron que los equipos que disputan la Champions sean casi siempre los mismos.
Le puede interesar: Se baja la bandera en la Champions League: seis datos a tener en cuenta
La ley Bosman, la cantidad de extranjeros por plantilla, la distribución de los cupos dependiendo el país y el cambio de formato crearon una competición que privilegió a los equipos de occidente y puso a los de Europa del Este a pelearse por los cupos sobrantes. Antes solo participaba el campeón de la liga de cada país, ahora eso depende de la liga. Mientras hay países con mínimo tres participantes desde la fase de grupos, hay campeones de ligas modestas que deben labrar su camino a esa instancia desde muy atrás.
Es extraordinario que en los últimos años los principales equipos de Madrid o Barcelona se ausenten en nombre de España. El Liverpool de Klopp y el Chelsea de Tuchel también dicen presente con frecuencia. En Italia, Juventus, Inter y Milan son los representantes habituales. Cada tanto uno de ellos se ausenta, pero es más la excepción que la norma.
Además de los mencionados anteriormente, hay dos equipos que han tomado mucha fuerza gracias a los inversionistas que se adueñaron de ellos. Inversionistas cataríes se apoderaron del PSG, mientras que un grupo multimillonario de Emiratos Árabes Unidos compró al Manchester City. Ambos equipos tuvieron de la noche a la mañana un gran poder adquisitivo y, aunque la Champions les ha sido esquiva, se han vuelto serios candidatos a ganarla.
También puede leer: ¡Empieza la Champions! Los platos fuertes de la primera fecha
La última vez que un equipo fuera de las cinco grandes ligas conquistó la Liga de Campeones fue en la temporada 2003/2004, cuando el Porto de José Mourinho derrotó 3-0 en la final a Mónaco, otra de las sorpresas. La brecha con Europa del este se hizo incluso más grande. Desde que Estrella Roja de Belgrado ganó el torneo en 1991, ningún equipo de esa zona del viejo continente volvió a alcanzar una final.
Inglaterra, la liga más valiosa en la actualidad, tiene equipos con más presupuestos que la suma de varios equipos en otras ligas, no solo de Europa del este, sino que sus vecinos, Escocia, Gales e Irlanda del Norte. Mientras unas competiciones nacionales dan pasos de gigante, otras se están quedando estancadas.
En ese país, Nottingham Forest, equipo recién ascendido y con dos orejonas en su haber, está valuado en casi 250 millones de euros. Incluso el equipo “más barato” de la Premier League supera a varios campeones de sus respectivas ligas que participan en esta edición de Champions. Por ejemplo, el Red Bull Salzburgo de Austria está tasado en 174 millones, Brujas de Bélgica en 153 y Celtic, 107.
Le recomendamos: Farah y Cabal remontaron y avanzaron a los cuartos de final del US Open
Aunque sea un hecho que en los últimos años los equipos grandes de Europa sean los que se disputan el título, si bien son una pequeña proporción, los conjuntos del resto del continente lograron conservar su espacio en la Champions gracias al fallido intento de las élites del balompié en llevar a cabo la Superliga, un formato en el que solo participarían los más grandes.
Aunque la guerra contra la Superliga aún no concluye, los “pequeños” han sabido faltarle el respeto a los de siempre. Por ejemplo, el mismo Real Madrid, que conquistó su decimocuarta Champions en mayo pasado, cayó en fase de grupos como local ante el humilde Sheriff de Moldavia.
Aunque el dinero y el poderío marcan la tendencia a la hora de conseguir resultados, siempre habrá momentos en los que el deporte que más seguidores reúne a lo largo y ancho del planeta no sea más que un encuentro de 11 contra 11.
🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador