La Italia de Mancini, a su imagen y semejanza
La Squadra Azzurra conserva su tradicional temperamento y solidez defensiva, pero bajo las ordenes del ex media punta ataca más y mejor. Este domingo obtuvo el título de la Eurocopa.
Roberto Mancini fue uno de los mejores media punta de finales de los años 80 y comienzos de los 90. Era un jugador de gran técnica y visión de juego. Conformó con Gianluca Vialli la dupla ofensiva que lideró a la mejor Sampdoria de la historia, ganadora de cuatro Copas de Italia, una Supercopa, una Serie A y la Recopa de Europa de 1990.
En la selección alternaba con Giuseppe Giannini cuando no estaba el titular en esa naciente posición, Roberto Baggio. Los tres actuaban un poco atrás de los delanteros, en lo que en el calcio se conoce como trequartista, volante con vocación ofensiva y más llegada a posición de gol que el tradicional armador.
Mancini jugó profesionalmente durante veinte años. Debutó en el Bologna y después de trece temporadas en la Samp, pasó por la Lazio, con la que ganó siete títulos. Cerró su carrera con una campaña en el Leicester, de la Premier League.
Y casi de inmediato comenzó su camino como técnico. En realidad siempre fue el entrenador dentro de la cancha, así que no tuvo complicaciones para hacerse cargo del plantel de la Fiorentina, con el que ganó una Copa Italia.
Después estuvo en Lazio, Inter, Manchester City, Galatasaray y Zenit. Levantó doce trofeos más.
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Pero ha sido con la selección italiana con la que ha logrado mayor reconocimiento. Asumió el comando de la Squadra Azzurra que no clasificó al Mundial de Rusia 2018 y se propuso recuperar su estilo y prestigio. Y los resultados saltan a la vista. En tres años ha dirigido 37 partidos, con 28 victorias, siete empates y solo dos derrotas. Con el triunfo 2-1 del viernes ante Bélgica, en los cuartos de final de la Eurocopa, completó 32 juegos sin conocer la derrota, superando el invicto que tenía la Italia de Vittorio Pozzo, bicampeona mundial en 1934 y 1938.
La Azzurri modelo 2021 conserva la tradicional garra y la solidez defensiva de casi todas sus antecesoras. Es una escuadra luchadora, solidaria y con temperamento. Pero, a imagen y semejanza de su entrenador, también tiene un toque de clase y distinción, esa que aportan volantes y delanteros de técnica depurada y desequilibrio, a quienes les gusta tener la pelota, así la dosis de fantasía siga siendo escasa.
En el arco está Gianluigi Donnarumma, digno sucesor de Gianluigi Buffon, pues con apenas 22 años lleva tres como titular del Milan y de la selección, aunque ahora va para el París Saint Germain. La defensa tiene como base a los experimentados Leonardo Bonucci y Giorgio Chiellini. Ante España, el martes, no podrá contar con su mejor hombre en la Euro, Leonardo Spinazzola, quien se rompié el tendón de Aquiles el viernes. En el medio están Marco Verratti y Jorginho; y arriba Lorenzo Insigne y Ciro Immobile. Esa base está rodeada por jóvenes promesas como Manuel Locatelli y Federico Chiesa.
“Nuestra intención era hacer algo verdaderamente distinto. Que la gente disfrutara de una selección que jugase un fútbol atractivo. Es cierto que en el pasado hubo momentos en que Italia contaba con más jugadores de clase mundial y gran talento. Hoy en día no disponemos de estrellas de ese calibre, pero tenemos una nueva generación de excelentes jugadores con jerarquía como para brillar en el panorama internacional”, le dijo Mancini a Fifa.com, al explicar su filosofía.
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Su éxito, sin embargo, dependerá de que levante trofeos. Con Catar 2022 en la mira como su gran objetivo, la Euro 2020 apareció como una oportunidad perfecta para que su proyecto comience a dar frutos tangibles. Y lo logró, pues Italia volvió a ganar el torneo continental luego de 53 años.
*Texto publicado el 4 de julio.
Roberto Mancini fue uno de los mejores media punta de finales de los años 80 y comienzos de los 90. Era un jugador de gran técnica y visión de juego. Conformó con Gianluca Vialli la dupla ofensiva que lideró a la mejor Sampdoria de la historia, ganadora de cuatro Copas de Italia, una Supercopa, una Serie A y la Recopa de Europa de 1990.
En la selección alternaba con Giuseppe Giannini cuando no estaba el titular en esa naciente posición, Roberto Baggio. Los tres actuaban un poco atrás de los delanteros, en lo que en el calcio se conoce como trequartista, volante con vocación ofensiva y más llegada a posición de gol que el tradicional armador.
Mancini jugó profesionalmente durante veinte años. Debutó en el Bologna y después de trece temporadas en la Samp, pasó por la Lazio, con la que ganó siete títulos. Cerró su carrera con una campaña en el Leicester, de la Premier League.
Y casi de inmediato comenzó su camino como técnico. En realidad siempre fue el entrenador dentro de la cancha, así que no tuvo complicaciones para hacerse cargo del plantel de la Fiorentina, con el que ganó una Copa Italia.
Después estuvo en Lazio, Inter, Manchester City, Galatasaray y Zenit. Levantó doce trofeos más.
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Pero ha sido con la selección italiana con la que ha logrado mayor reconocimiento. Asumió el comando de la Squadra Azzurra que no clasificó al Mundial de Rusia 2018 y se propuso recuperar su estilo y prestigio. Y los resultados saltan a la vista. En tres años ha dirigido 37 partidos, con 28 victorias, siete empates y solo dos derrotas. Con el triunfo 2-1 del viernes ante Bélgica, en los cuartos de final de la Eurocopa, completó 32 juegos sin conocer la derrota, superando el invicto que tenía la Italia de Vittorio Pozzo, bicampeona mundial en 1934 y 1938.
La Azzurri modelo 2021 conserva la tradicional garra y la solidez defensiva de casi todas sus antecesoras. Es una escuadra luchadora, solidaria y con temperamento. Pero, a imagen y semejanza de su entrenador, también tiene un toque de clase y distinción, esa que aportan volantes y delanteros de técnica depurada y desequilibrio, a quienes les gusta tener la pelota, así la dosis de fantasía siga siendo escasa.
En el arco está Gianluigi Donnarumma, digno sucesor de Gianluigi Buffon, pues con apenas 22 años lleva tres como titular del Milan y de la selección, aunque ahora va para el París Saint Germain. La defensa tiene como base a los experimentados Leonardo Bonucci y Giorgio Chiellini. Ante España, el martes, no podrá contar con su mejor hombre en la Euro, Leonardo Spinazzola, quien se rompié el tendón de Aquiles el viernes. En el medio están Marco Verratti y Jorginho; y arriba Lorenzo Insigne y Ciro Immobile. Esa base está rodeada por jóvenes promesas como Manuel Locatelli y Federico Chiesa.
“Nuestra intención era hacer algo verdaderamente distinto. Que la gente disfrutara de una selección que jugase un fútbol atractivo. Es cierto que en el pasado hubo momentos en que Italia contaba con más jugadores de clase mundial y gran talento. Hoy en día no disponemos de estrellas de ese calibre, pero tenemos una nueva generación de excelentes jugadores con jerarquía como para brillar en el panorama internacional”, le dijo Mancini a Fifa.com, al explicar su filosofía.
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Su éxito, sin embargo, dependerá de que levante trofeos. Con Catar 2022 en la mira como su gran objetivo, la Euro 2020 apareció como una oportunidad perfecta para que su proyecto comience a dar frutos tangibles. Y lo logró, pues Italia volvió a ganar el torneo continental luego de 53 años.
*Texto publicado el 4 de julio.