La maldición de Bernardo Espinosa

El fútbol es un deporte de amores y odios. Disfrutar los títulos, los goles, las hazañas y los grandes momentos es lo que hace que jugar a la pelota -o ser aficionado de un club- sea un placer para los que viven de cerca esto. Las derrotas y los descensos, especialmente, le dan esa dosis de realidad, que nadie quiere vivir, al juego. El defensor central colombiano ha pasado por momentos más oscuros en su carrera deportiva de los que cualquiera quisiera vivir.

El fútbol es un deporte de amores y odios. Disfrutar los títulos, los goles, las hazañas y los grandes momentos es lo que hace que jugar a la pelota -o ser aficionado de un club- sea un placer para los que viven de cerca esto. Las derrotas y los descensos, especialmente, le dan esa dosis de realidad, que nadie quiere vivir, al juego. El defensor central colombiano ha pasado por momentos más oscuros en su carrera deportiva de los que cualquiera quisiera vivir.

Desde que firmó su primer contrato profesional, en 2008 con el Sevilla Atlético de segunda división (club filial del equipo andaluz de primera división), el caleño de 31 años ha perdido la categoría en cinco oportunidades con mismo número de equipos distintos. En su temporada debut pudo disputar 15 encuentros en la categoría de ascenso de España, pero una lesión lo marginó de gran parte de la temporada y su club cayó a la tercera.

Luego de debutar en Primera División con el Sevilla F.C. en 2010, Espinosa fue cedido al Racing de Santander la temporada siguiente. Con el cuadro verdiblanco disputó 25 partidos y marcó dos goles. Eso no evitó la terrible campaña del equipo, que quedó en la última casilla del certamen y tuvo que jugar en el campeonato de ascenso.

Terminó su préstamo con el Racing y Sevilla decidió enviarlo en diciembre de 2012 al Sporting de Gijón de la segunda división para que siguiera acumulando minutos. En 2013 Espinosa fue comprado por los rojiblancos, equipo en el que permaneció durante tres temporadas y obteniendo el ascenso a LaLiga en la última. Su buena actuación en la zaga del cuadro de Asturias lo llevó a la Premier League de Inglaterra.

(A 20 años del fichaje más polémico: Luis Figo, de Barcelona a Real Madrid)

El Middlesbrough había conseguido en la campaña 2015-2016 el boleto para la élite del fútbol inglés luego de siete temporadas en el ‘Championship’ (torneo de segunda división). En su regreso a la Premier, el ‘Boro’ hizo una inversión de casi 60 millones de euros para mantenerse en la primera división. Entre los planes del equipo inglés entró Bernardo Espinosa, pero el entrenador Aitor Karanka no lo tuvo en consideración. Tan solo disputó 11 encuentros en el tramo final de la temporada y no pudo hacer mucho para el nuevo descenso del equipo.

En 2017 firmó por el Girona, cuadro recién ascendido en España y pensó en Espinosa para su zaga central. En su primer año obtuvo la décima posición con el colombiano como estandarte del onceno, disputando 34 encuentros y soñando con mejorar en la temporada siguiente.

Un arranque prometedor de la campaña 2018-2019 subía las esperanzas de los aficionados del Girona, pero poco a poco el nivel del equipo fue disminuyendo y terminó LaLiga en la casilla 18. El cuarto descenso para el caleño.

En 2019 arribó al Espanyol de Barcelona, un club que no acostumbra a estar muy cerca del descenso y que disputaría la Europa League en esa temporada. Nuevamente, la fortuna de mantener la categoría no acompaño al colombiano y con el cuadro ‘perico’ solo logró dos victorias en toda la temporada.

Estos cinco descensos serían inconsolables en cualquier jugador profesional. Por fortuna para Bernardo Espinosa, él no es el único que tiene esta cifra ni el que más veces ha perdido la categoría.

El portero colombo-argentino Carlos Fernando ‘el Mono’ Navarro Montoya tuvo la misma desgracia de descender en cinco oportunidades. Con Extremadura (96-97), Mérida (97-98) y Tenerife (98-99), en España; y con Nueva Chicago (2007) y Olimpo de Bahía Blanca (2008), en Argentina. El islandés Hermann Hreidarsson sufrió la pérdida de categoría en seis ocasiones en equipos de la Premier League, y el francés Sébastien Bassong comparte esa cifra con clubes de Inglaterra y de su tierra natal.

De igual forma, no todo es culpa de Bernardo Espinosa y su registro negativo con la permanencia. Todos los equipos en los que ha estado tienen plantillas de menor precio que aquellas que obtuvieron el último cupo de salvación. Según datos de la página web Transfermarkt, el Racing de Santander en 2011 tenía un equipo que costaba 56,1 millones de euros y terminó último, mientras que el Granada, que ocupó el puesto 17, ostentaba un grupo de jugadores valorado en 62,6 millones.

En Inglaterra sucedió lo mismo. El Middlesbrough se encontraba valorado en 125,8 millones de euros y logró la decimonovena casilla, a diferencia de los 175,65 del Watford, que se logró salvar por seis puntos del último descendido. En 2019 el Girona contaba con un equipo tazado en 97,25 millones, pero la abismal diferencia con el Celta de Vigo y sus 240,1 millones marcó la historia. Por último, en la presente campaña el Espanyol costaba 116,68 millones y el Celta 127,95 millones.

Más allá de la suerte del colombiano, las dirigencias y los entrenadores que lo han acompañado no han sido los mejores y eso se ve reflejado en los resultados. Las condiciones de Espinosa son muy buenas y para la campaña 2020-201 podría volver a primera división con algún otro equipo que luche por la permanencia.

No se pierda: Las modificaciones para las primeras etapas del Giro de Italia 2020