Las cábalas de Bilardo: Maradona y el beso a la novia
Cuando el entrenador argentino iba saliendo del hotel para el partido contra Brasil, hizo que sus jugadores le dieran un beso a una mujer en su matrimonio.
Redacción Deportiva
Cabaleros o no, a los técnicos argentinos se les conoce por sus mañas, sus formas extrañas de hacer las cosas y por los pequeños detalles que nunca olvidan antes de un partido. Carlos Salvador Bilardo, técnico de la selección Argentina del mundial de 1990 no fue la excepción.
Corría el mes de junio de 1990, en Italia se asomaba el sol que respondía al calor del verano que aumenta las temperaturas de la península itálica en Europa.
En los octavos de final Argentina enfrentaba a un Brasil, que como siempre, era uno de los candidatos a llevarse el trofeo. Mientras el reciente campeón ya ni cerca estaba del nivel mostrado en México. A esto se le sumó que Maradona arribó al torneo perseguido por las lesiones y en el transcurso del mismo, su tobillo estaba magullado. Lo que limitaba ampliamente al, por entonces, mejor jugador del mundo.
Previo al encuentro Bilardo, bajaba primero y detrás el astro, Diego Armando Maradona. Pero el cabalero esta vez cambiaría un poco su rutina. En el lobby del hotel en el que se quedaba la selección albiceleste se festejaba un matrimonio. Los invitados, el novio y la novia bien arreglados, mientras los argentinos, en una pinta deportiva bajaban de sus habitaciones para tomar el bus que los llevaría al Stadio Delle Alpi.
Al ver esta escena, Bilardo tomó a Diego Armando y le dijo que debía besar a la novia. Maradona, sorprendido se intimidó, pero entró en el salón, junto a los 23 argentinos de la selección y uno por uno besaron a la novia.
Según los mitos populares, besar a una novia es de buena suerte, por lo que Bilardo, quien cree en supersticiones, mitos y cábalas, pidió a sus jugadores realizar el acto ante la mirada de todos los asistentes.
En el partido, Brasil dominó todo el encuentro inclusive tuvo varios remates en los palos pero Maradona, inspirado por el beso o simplemente por su habilidad inigualable, tras una una gran jugada dio un pase-gol, que no parecía de ese partido, a Claudio Caniggia para que Argentina con un 1-0 saliera por la puerta grande y clasificara a cuartos de final.
El agua con tranquilizantes contra los brasileños
Años después del encuentro se supo que además de la cabala utilizada por el técnico argentino, Salvador Bilardo, que a los brasialeños les dieron agua con tranquilizantes, recordó años después el ex lateral izquierdo de la selección brasileña: “Bebí y me sentí atontado. Después de un tiempo me encontré a Bilardo en Guatemala y le dije: Desgraciado ¿qué me quisiste hacer?. Y él me contestó: Branco en el fútbol todo vale. Lo asumí con gracia porque le respeto mucho como técnico, pero creo que las reglas tienen un límite".
También Diego Armando Maradona recordaría: "Alguien había echado un Rohypnol a una botella de agua. Estaban todos y venían a tomar agua los buenos de ellos. Yo les decía tomá, tomá Valdito y Branco se la tomó toda. Después tiraba los tiros libres y se caía".
La Fifa nunca investigó este hecho pese a la petición del presidente de la Federación Brasileña de Fútbol.
Cabaleros o no, a los técnicos argentinos se les conoce por sus mañas, sus formas extrañas de hacer las cosas y por los pequeños detalles que nunca olvidan antes de un partido. Carlos Salvador Bilardo, técnico de la selección Argentina del mundial de 1990 no fue la excepción.
Corría el mes de junio de 1990, en Italia se asomaba el sol que respondía al calor del verano que aumenta las temperaturas de la península itálica en Europa.
En los octavos de final Argentina enfrentaba a un Brasil, que como siempre, era uno de los candidatos a llevarse el trofeo. Mientras el reciente campeón ya ni cerca estaba del nivel mostrado en México. A esto se le sumó que Maradona arribó al torneo perseguido por las lesiones y en el transcurso del mismo, su tobillo estaba magullado. Lo que limitaba ampliamente al, por entonces, mejor jugador del mundo.
Previo al encuentro Bilardo, bajaba primero y detrás el astro, Diego Armando Maradona. Pero el cabalero esta vez cambiaría un poco su rutina. En el lobby del hotel en el que se quedaba la selección albiceleste se festejaba un matrimonio. Los invitados, el novio y la novia bien arreglados, mientras los argentinos, en una pinta deportiva bajaban de sus habitaciones para tomar el bus que los llevaría al Stadio Delle Alpi.
Al ver esta escena, Bilardo tomó a Diego Armando y le dijo que debía besar a la novia. Maradona, sorprendido se intimidó, pero entró en el salón, junto a los 23 argentinos de la selección y uno por uno besaron a la novia.
Según los mitos populares, besar a una novia es de buena suerte, por lo que Bilardo, quien cree en supersticiones, mitos y cábalas, pidió a sus jugadores realizar el acto ante la mirada de todos los asistentes.
En el partido, Brasil dominó todo el encuentro inclusive tuvo varios remates en los palos pero Maradona, inspirado por el beso o simplemente por su habilidad inigualable, tras una una gran jugada dio un pase-gol, que no parecía de ese partido, a Claudio Caniggia para que Argentina con un 1-0 saliera por la puerta grande y clasificara a cuartos de final.
El agua con tranquilizantes contra los brasileños
Años después del encuentro se supo que además de la cabala utilizada por el técnico argentino, Salvador Bilardo, que a los brasialeños les dieron agua con tranquilizantes, recordó años después el ex lateral izquierdo de la selección brasileña: “Bebí y me sentí atontado. Después de un tiempo me encontré a Bilardo en Guatemala y le dije: Desgraciado ¿qué me quisiste hacer?. Y él me contestó: Branco en el fútbol todo vale. Lo asumí con gracia porque le respeto mucho como técnico, pero creo que las reglas tienen un límite".
También Diego Armando Maradona recordaría: "Alguien había echado un Rohypnol a una botella de agua. Estaban todos y venían a tomar agua los buenos de ellos. Yo les decía tomá, tomá Valdito y Branco se la tomó toda. Después tiraba los tiros libres y se caía".
La Fifa nunca investigó este hecho pese a la petición del presidente de la Federación Brasileña de Fútbol.