Las claves del milagro: Costa de Marfil y la Copa Africana más dramática
Clasificando gracias a un azar de resultados y con un técnico improvisado y sin experiencia, los marfileños se consagraron campeones tras vencer a Nigeria en la final.
Daniel Bello
Para ser campeón no toca ganar todos los partidos sino los necesarios y un fiel reflejo ha sido la Copa Africana de Naciones que tuvo lugar en el último mes, en la que Costa de Marfil, al anfitrión, se consagró campeón en un contexto cuando menos inédito.
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Para ser campeón no toca ganar todos los partidos sino los necesarios y un fiel reflejo ha sido la Copa Africana de Naciones que tuvo lugar en el último mes, en la que Costa de Marfil, al anfitrión, se consagró campeón en un contexto cuando menos inédito.
En la previa, parecía que al tratarse del dueño de casa, eran junto a Senegal y Marruecos uno de los candidatos. Sin embargo, su victoria se vio lejana en varios apartes del certamen, tanto así que resulta increíble la forma en la que consiguieron su tercer título continental.
Costa de Marfil contó con una nómina con rodaje europeo. En la defensa Serge Aurier (Nottingham Forest), Odilon Koussounou (Bayer) y Evan Ndicka (Roma); en el mediocampo tuvo a Franck Kessié (exjugador de Milán y Barcelona) y Jean Seri. En el ataque tuvo a Simon Adingra (Brighton) y Sebastien Haller (Dortmund).
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La historia en el certamen continental arrancó el pasado 13 de enero, cuando los marfileños se impusieron 2-0 sobre Guinea-Bisáu. Debut ideal para los locales a los que el marcador se quedó corto. En la segunda jornada se enfrentaron a Nigeria, otro de los pesos pesados, que los derrotó por la mínima diferencia (1-0) con un disparo de penalti de William Troost-Ekong, reconocido como el mejor jugador del torneo.
Hora de sufrir
Costa de Marfil llegó a la tercera fecha de la fase de grupos con la necesidad de conseguir un buen resultado. El empate parecía suficiente. Su rival era Guinea Ecuatorial, que pese a tener una nómina más modesta, era el líder de la zona. Ese partido fue uno de los días más decepcionantes en la historia del fútbol marfileño. Cayeron 4-0.
Indignados, algunos de los aficionados de Los Elefantes, nombre que recibe el combinado nacional de los locales, abandonaron el estadio a falta de 15 minutos para el pitazo final. Se reportaron actos vandálicos, como la quema de algunos vehículos, y la federación local despidió al francés Jean-Louis Gasset, el técnico de su selección nacional. Parecía que todo iba a derivar en un papelón histórico, con el local eliminado en fase de grupos, pero por un azar del destino avanzaron de ronda.
La razón fue que otro de los equipos llamados a ser protagonista, Ghana, también tuvo una primera ronda para el olvido. Tras cosechar una derrota y un empate en sus dos primeras salidas, los Black Stars vencían 2-0 a Mozambique, resultado que los metía entre los 16 mejores, pero dos goles en tiempo de adición derivaron en un empate que permitió a los marfileños, que ya se sentían afuera, tener un lugar en los octavos de final.
La selección de Ghana no fue la única de las favoritas que se despidió temprano, pues Argelia y Túnez también dijeron adiós tras quedar de últimas en sus respectivas zonas en medio de campañas desastrosas. Fue una copa de sorpresas de principio a fin. Los planteles de esos equipos fueron acosados por sus aficionados molestos, algunos incluso agredieron a integrantes del plantel.
Emerse Faé, el héroe inesperado
Sin técnico por el despido de Gasset, Costa de Marfil buscó a Hervé Renard, entrenador de la selección femenina de Francia. El estratega francés ya los dirigió en el pasado, concretamente en 2015, cuando ganaron la Copa Africana por segunda vez en su historia. También se le conoce porque con Arabia Saudita logró vencer a Argentina en el Mundial de Catar 2022.
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Pese al buen recuerdo que dejó Renard en suelo marfileño, la Federación Francesa de Fútbol no lo quiso liberar, por lo que en tiempo récord los anfitriones de la Copa Africana debían buscar un seleccionador que asumiera las riendas para enfrentar a Senegal, el entonces vigente campeón del certamen continental.
Al no conseguir a nadie, tarea complicada en tan poco tiempo, Emerse Faé, uno de los asistentes de Gasset, quien nunca antes había estado al mando de un equipo profesional, se convirtió en el timonel. Contrario a lo que se esperaba, Costa de Marfil se mostró muy sólida contra Senegal, que contaba con grandes figuras como Sadio Mané, Kalidou Koulibaly y Edouard Mendy.
Fue un duelo parejo en el que los senegaleses se pusieron en ventaja con un gol tempranero de Habib Diallo. Gracias a un penalti que el VAR notó y el árbitro ignoró en primera instancia, Franck Kessié anotó el 1-1 a escasos segundos del final del tiempo regular.
Costa de Marfil y la virtud de remontar
En la prórroga no pasó mayor cosa y en la tanda de penaltis los marfileños fueron infalibles a diferencia del senegalés Moussa Niakhaté, que estrelló su balón contra el poste. Ese fue el detalle que definió la suerte en contra de los campeones defensores de la Copa Africana de Naciones.
En cuartos de final el rival fue Mali, que arrancó el partido como una tromba. Odilon Koussounou, de los elefantes, tuvo una mala tarde, pues cometió un penal y se fue expulsado en la primera parte. Para su fortuna, su portero Yahia Fofana contuvo el remate de Adama Noss Traoré.
En la segunda mitad Nene Dorgeles, de ascendencia marfileña, pero de la selección maliense, anotó el 1-0. Al minuto 90, el joven Simon Adingra tuvo la fortuna de que una serie de rebotes lo dejaran en posición de definir y no perdonó a la hora de equilibrar el marcador.
Parecía que ese duelo se iba también a los penaltis, pero un remate de media distancia de Séko Fofana, al que Oumar Diakité le atravesó el pie. El ligero desvío bastó para remontar el partido. El atacante del Reims francés olvidó que tenía amarilla y celebró quitándose la camiseta, por lo que fue expulsado. Los marfileños defendieron con nueve jugadores los últimos minutos y se metieron en las semifinales.
En las semifinales, contra la República Democrática del Congo, hubo menos emociones y dramatismo. Un solitario gol de Sebastián Haller fue suficiente para que los dueños de casa avanzaran.
De ese partido vale la pena recordar la protesta que hicieron los jugadores congoleses, con una mano en forma de pistola apuntando a sus cuellos y otra tapándose la boca, para exigir que la violencia en el país pare, sobre todo en la región de Sake, donde ocurrió un ataque terrorista días antes.
Sébastien Haller y lo lindo del fútbol
Nigeria, quien había sido rival de los marfileños en la segunda fecha de la fase de grupos, llegó invicta a la final y se puso en ventaja en una acción de balón parado cortesía del autor del mismo gol con el que las Súper Águilas se impusieron a Los Elefantes, Troost-Ekong.
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En la segunda mitad los dueños de casa adelantaron sus líneas y se lanzaron con toda por el empate. El portero nigeriano Stanley Nwabili tuvo protagonismo y protegió el cero en su arco hasta que Kessié encontró la manera de depositar la pelota en el fondo de la red.
Ese gol le dio un segundo aire a Costa de Marfil, que quería que la Copa se quedara en casa. Los marfileños jugaban con la presión de su público y los ídolos en la tribuna, como Didier Drogba y Salomon Kalou. Allí fue cuando el héroe de la final apareció.
Sébastien Haller no solo fue el autor del gol que le permitió a los marfileños meterse en la final, sino que marcó el del título este domingo. El goleador de Los Elefantes tuvo una participación de menos a más y protagonizó uno de los momentos más emotivos del certamen continental.
Cuando Haller fichó por el Borussia Dortmund, en julio de 2022, se enteró de que sufría de cáncer testicular. Estuvo ocho meses en tratamiento hasta controlar el problema y sumar sus primeros minutos con el cuadro alemán. También regresó a la selección y en sus guayos tenía escrito Fuck Cancer.
Tras un pase de Adingra, Haller marcó un gol que ratificó el triunfo marfileño en Abiyán. Fue una copa atípica, en la que un equipo que se vio eliminado en varios apartes de la competición, con técnico interino y goleador emotivo, agrandó su palmarés.
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