¡Le roman est fini! Así fue la carrera de Kylian Mbappé en el PSG
El futbolista francés se cansó de romper récords en la Ligue 1 y dejó París como una leyenda. Jugará a partir de la próxima temporada en el Real Madrid.
Juan Diego Forero Vélez
Se acabó la novela; se esfumó el humo, la discordia y la apatía. Por fin terminaron las noticias falsas que tanto perjudicaron a Kylian Mbappé el último año; y los rumores que nublaron su juego, su imagen, su compromiso y que pusieron en vilo su lealtad y su voluntad.
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Se acabó la novela; se esfumó el humo, la discordia y la apatía. Por fin terminaron las noticias falsas que tanto perjudicaron a Kylian Mbappé el último año; y los rumores que nublaron su juego, su imagen, su compromiso y que pusieron en vilo su lealtad y su voluntad.
Todo terminó cuando su firma quedó estampada junto a la de Florentino Pérez. Todo quedó perdonado; menos la furia y el sentimiento de pérdida y traición que corrompió a Nasser Al-Khelaifi y al Paris Saint-Germain tras su partida. Todo quedó borrado, menos sus títulos y sus goles, que serán difíciles de olvidar para los ultras y para los rivales.
“Un hombre feliz tiene más probabilidades de jugar mejor que uno infeliz”, dijo Kyian Mbappé en su primera rueda de prensa como jugador merengue, en la concentración de la selección de Francia; con una sonrisa gigante en el rostro, con los ojos achinados y los hombros caídos. Y lo dijo porque su último año con el PSG no fue el soñado, porque se sintió atacado y apartado del grupo por las altas esferas del club, porque su despedida no fue la esperada.
Para cualquier otro jugador habría sido un éxito, pero no para él. Su paso por el PSG fue glorioso y estuvo lleno de títulos, pero el Paris Saint-Germain solo tiene ojos para una copa. Solo la UEFA Champions League les quita el sueño y los mantiene en estado de frenesí. Una Ligue 1 más o una Copa de Francia más no los emociona; las desprecian con despotismo y unanimidad.
Mbappé dejó París siendo el máximo goleador histórico del PSG en la Champions con 42 goles. Sepultó los 30 goles de Edinson Cavani, los 22 de Neymar, los 20 de Zlatan Ibrahimovic y los 14 de Ángel Di María. Dejó el club tras haber disputado siete veces el torneo y alcanzar cuatro veces los octavos de final, dos veces las semifinales y tras haber perdido una final contra el Bayern Múnich en 2020, dolorosa e irreparable.
Dejó el club sin haber alzado la copa y sin haber cumplido el sueño máximo de los fanáticos; tras un par de actuaciones dudosas frente al Barcelona y el Borussia Dortmund en su última participación, y algunos partidos cuestionables más. Dejó al Paris Saint-Germain con una promesa olvidada y lo dejó por el Real Madrid, quizá el único equipo con más sed de Champions que el PSG.
El objetivo de Kylian no cambia, solo los colores y el emblema. Kylian hizo muchas cosas buenas en el Paris Saint Germain. Alcanzó a entrar, por ejemplo, en la lista de los 10 jugadores con más partidos disputados para el club. Defendió los colores del equipo 308 veces en competencias oficiales, quedando detrás tan solo de leyendas como Thiago Silva, Marco Verratti o Marquinhos, que es el que lidera la lista con 439 cotejos disputados.
Kylian llegó a París con 18 años, descubriendo aún su papel en la cancha, conociendo su velocidad, sus remates y sincronizando sus regates vertiginosos con sus ideas; y aun así le alcanzó para dejar al club un poco mejor de cómo lo encontró, con 14 trofeos y 96 asistencias más, el tercero con mayor número, luego de Di María y Safet Susic.
Pese a todo, su paso por el Paris Saint Germain fue bueno. Anotó 256 goles, lo que dejó en ridículo las marcas alcanzadas en el pasado por los viejos ídolos; Zlatan, Cavani, Neymar, Ronaldino o Pauleta; todos sucumbieron a su velocidad y a su letal olfato goleador. Kylian se va y destroza con ello muchos corazones parisinos, igual que destrozó casi todos los récords del equipo.
Logró ser el máximo goleador de la Ligue 1 cinco veces consecutivas, estuvo en el equipo ideal otras cinco veces, y fue elegido jugador del mes en 7 ocasiones, en 7 temporadas disputadas. “Los siete años en París han sido mágicos”, dijo su madre y representante, Fayza Lamari, sin importar el trato final, sin importar las caras largas. Kyllian dio todo por su equipo, luchó y corrió más que cualquier otro jugador que haya vestido la camiseta antes que él; y su historia quedará por siempre encadenada.
“No puedo decir que no fui feliz, pero hubo algunas cosas y personas que me hicieron sentir infeliz (...) El PSG me dijo violentamente a la cara que no jugaría esta temporada. Luis Enrique y Luis Campos me salvaron. Esa es la verdad”, dijo Kylian Mbappe con calma. El final fue turbulento. Los directivos esperaban que el jugador se quedara y siguiera luchando por el sueño mutuo, que siguiera engrosando sus números ya impresionantes, pero el sueño de Kylian fue expresado con sinceridad en muchas ocasiones a su círculo cercano, a la prensa y al club.
No fue una absoluta sorpresa, más bien un final que quisieron evitar con gestos déspotas y halagos sueltos. El PSG se negó a dejarlo ir; rechazó varias ofertas estrafalarias del Real Madrid y luego se enojó con él cuando finalmente acabó yéndose gratis. Sus goles jamás serán olvidados, son demasiados.
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