Liverpool y una semana de terror: quedó sin Europa League y se complicó en la Premier
Tras el 3-0 de la ida, el equipo de Luis Díaz no pudo remontar contra Atalanta y quedó eliminado del torneo continental. Como si fuera poco, en Inglaterra perdió el liderato y ahora perseguirá a Manchester City. En solo siete días, la temporada parece irse al traste.
Una noche de terror podría definir la última temporada de Jürgen Klopp en Liverpool. Siete días atrás, antes de su duelo con Atalanta en Anfield por los cuartos de final de la UEFA Europa League, el equipo de Luis Díaz veía con ilusión un futuro prometedor, la posibilidad de dos títulos. Tres, contando la Copa de la Liga que, meses antes, ya ganaron en esta campaña. Hace una semana, en Inglaterra, todos se asombraban ante el último cuadro de Klopp, la pintura definitiva de un artista legendario que devolvió a Liverpool a los primeros planos y que, hace rato, ya había anunciado su fatal adiós.
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Una noche de terror podría definir la última temporada de Jürgen Klopp en Liverpool. Siete días atrás, antes de su duelo con Atalanta en Anfield por los cuartos de final de la UEFA Europa League, el equipo de Luis Díaz veía con ilusión un futuro prometedor, la posibilidad de dos títulos. Tres, contando la Copa de la Liga que, meses antes, ya ganaron en esta campaña. Hace una semana, en Inglaterra, todos se asombraban ante el último cuadro de Klopp, la pintura definitiva de un artista legendario que devolvió a Liverpool a los primeros planos y que, hace rato, ya había anunciado su fatal adiós.
Sin embargo, y de repente, la despedida gloriosa del entrenador alemán, que prometía ser por todo lo alto, repentinamente cambió de tono. En solo una semana, el trabajo de todo el año se vino abajo. Aquella noche en Anfield, con un Liverpool desconocido, fue demasiado grotesca. El 3-0 que le propinó el cuadro italiano pesó demasiado en el equipo red, que después de pelearlo todo, repentinamente, podría quedarse con las manos vacías.
Este jueves se confirmó la debacle, pues la goleada en Inglaterra no pudo ser remontada, en la vuelta de los cuartos de final, por el club de Lucho Díaz. Un bache muy fuerte. Tan potente que tuvo repercusión en la Premier League que, hasta el último fin de semana, lideraba el club de la tierra de The Beatles.
Complicado en la Premier League
Fiable, certero, aguerrido, frenético y avasallador, Liverpool se olvidó de sus principales cualidades en cuestión de días. Tímido, confuso, errático e insulso, el equipo de los últimos partidos parece otro. Tras el golpe en Europa, el pasado jueves, lo demostró el domingo cuando naufragó, nuevamente en casa, ante uno de los coleros de la liga inglesa, el Crystal Palace de Jefferson Lerma y Daniel Muñoz, un equipo que pelea la permanencia en los últimos puestos de la Premier League.
Grogui, aturdido por la cachetada irreverente del Atalanta del siempre interesante Gian Piero Gasperini, el equipo inglés se despistó en su propia liga, el torneo doméstico más competitivo del mundo, hogar de Manchester City, el equipo más regular de la última década, que para ser vencido necesita un convencimiento tan férreo como el que le planteó Real Madrid el pasado miércoles en la Champions League.
Para derrotar a los de Pep Guardiola no se puede regalar ni un metro. Un punto menos es un puñal. El City, que no perdona y va por su cuarto título de liga de forma consecutiva, no afloja el paso y se relame ante la irregularidad de sus rivales, porque ellos, casi perfectos, desprecian aquello de las derrotas inesperadas.
Y Liverpool, para su propia sorpresa, perdió el liderato contra un Crystal Palace en el papel inofensivo. Una licencia imperdonable en la carrera contra el City, que lo dejó rezagado en la pelea por el título en Inglaterra. Solo son dos puntos de desventaja, pero para recuperarlos Liverpool tendrá que esperar un milagro, como el que no consiguió este jueves en la Europa League, con solo ocho fechas por delante.
Adiós a la Europa League
Los baches en los equipos de Jürgen Klopp son tan inexplicables como habituales. Le pasa a todos los clubes de la élite en el mundo, porque finalmente es el precio de la alta competencia. No obstante, a los conjuntos del alemán se les suele derrumbar el mundo de una forma tan repentina que, sobre todo, despierta angustia.
Ya le había pasado en Borussia Dortmund que, después de su bicampeonato en la Bundesliga y tras una final en la Champions League, en una campaña, la que supuso su adiós, el equipo de la nada pasó a pelear el descenso.
La temporada pasada en Liverpool, después de años de ser un equipo top en Europa, los de Anfield, al mando de Klopp, se acostumbraron tanto a ganar que perdieron la costumbre. Y su repentino mal año, algo inexplicable tras un subcampeonato en la Champions League, los llevó a la Europa League, un torneo en el que, por supuesto, se volvió inmediato favorito. El título era una obligación a la vista de sus hinchas.
Sin embargo, no pasará. Después del 3-0 de la ida, Liverpool no se reencontró fuera de casa. Un 1-0 pálido de los ingleses, con un Luis Díaz discreto en un equipo que olvidó sus mejores formas, significó una nueva eliminación de un grupo al que, en siete días, se le fue el norte.
Ojalá, tan repentina como llegó, la mala hora se vaya rápido para Klopp, el guajiro y sus compañeros. La liga contra el City para muchos parece resignada. Pero el fútbol premia la constancia y si Liverpool reencauza su senda ganadora, algún tropiezo del gran rival celeste beneficiará sus intenciones. Será difícil porque, en sus últimos partidos, no se ve el cómo de la hazaña, la que sería la última gran gesta del director técnico alemán en el cuadro red, el histórico de Anfield que en menos de una semana complicó la última campaña de una de sus mayores leyendas.
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