Los 80 años del rey Pelé
Tres veces campeón del mundo, Edson Arantes do Nascimento es considerado por muchos como el mejor futbolista de todos los tiempos. Su carisma y simpatía le han servido para mantenerse vigente incluso después de su retiro, en 1977.
En el Mundial de Suecia 1958, un jovencito de apenas 17 años sorprendió a los amantes del fútbol al llevar a la selección brasileña a la conquista de su primer título.
Desde entonces no ha pasado un día en el que no se hable de él en algún rincón del planeta. Su nombre es Edson Arantes do Nascimento, pero es más conocido como Pelé.
Nació el 23 de octubre de 1940 en la pequeña localidad de Tres Corazones, estado de Minas Gerais. Comenzó a jugar fútbol en las polvorientas calles de su barrio, hasta las que llegó Valdemar de Brito, un exjugador profesional alertado por los rumores de que había un niño que jugaba mejor que Leonidas y Ademir, los goleadores de los Mundiales de 1938 y 1950, respectivamente.
Fue él quien lo llevó al equipo infantil del Club Atlético de Baurú y luego al Santos de São Paulo, en donde hizo una exitosa carrera.
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Pelé no había cumplido 18 años cuando marcó dos espectaculares goles en la final de Suecia 1958. Fue la gran figura del triunfo 5-2, por encima de las otras estrellas del equipo, Garrincha y Vavá.
Estuvo en el plantel que logró el bicampeonato en Chile 1962, pero por una lesión solo pudo jugar los primeros dos partidos, ante México y Checoslovaquia. En 1966 sufrió los rigores de la ruda marca contra Bulgaria, Hungría y Portugal. Pelé no brilló y Brasil quedó eliminada en la primera ronda.
Pero tuvo su revancha cuatro años después, en México, cuando la canarinha ganó su tercer Mundial y se quedó para siempre con la Copa Jules Rimet.
En ese torneo, ya veterano, con 30 años y mucha experiencia, fue el jefe de orquesta del que es considerado uno de los mejores equipos de la historia. Con el número 10 en la espalda, ese que desde entonces llevan generalmente los más talentosos de cada plantel, se encargó de que la verdeamarilla no dejara dudas de su superioridad. Al punto que el triunfo 4-1 ante Italia en la final reflejó la inmensa capacidad de Pelé y compañía.
Aunque los éxitos con la selección lo hicieron famoso en todos los rincones del mundo, con el Santos también brilló. Ganó dos Copas Libertadores de América y dos Intercontinentales, además de seis campeonatos de Brasil y dos decenas de títulos regionales.
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Su última temporada como futbolista activo, la de 1977, la disputó con el Cosmos de Nueva York, de la Liga de Estados Unidos.
Los estadígrafos coinciden en que anotó 1.284 goles en 1.351 partidos, aunque muchos de esos fueron amistosos y de exhibición.
Pero aun después de su retiro Pelé siguió siendo un ícono del deporte y un excelente “vehículo” publicitario, comparable solamente con lo que han sido Michael Jordan y Tiger Woods para la industria. Firmó millonarios contratos con empresas multinacionales y fue, tal vez, uno de los primeros influenciadores en el ámbito del deporte.
Tanto, que cuatro décadas después de dejar las canchas sigue vigente. Su nombre aparece cada vez que se hacen listas de mejores goles, asistencias y jugadas. Está en el Olimpo del fútbol al lado de una exclusiva lista que incluye a Alfredo Di Stéfano, Franz Beckenbauer, Johan Cruyff, Diego Armando Maradona, Ronaldinho, Zinedine Zidane, Cristiano Ronaldo y Lionel Messi.
Aparte del fútbol, ha incursionado eventualmente en la actuación, la música y la política, aunque ninguna de esas tres actividades ha logrado enamorarlo.
Tampoco la dirección técnica o la dirigencia del fútbol. Nunca quiso exponer su prestigio y asumir nuevos retos en el mundo del balón.
Este viernes cumple 80 años en medio de homenajes y reconocimientos. Asegura que a pesar de algunos problemas en su cadera, está bien física y mentalmente, dispuesto a continuar en el trono. ¡Larga vida al rey Pelé!
En el Mundial de Suecia 1958, un jovencito de apenas 17 años sorprendió a los amantes del fútbol al llevar a la selección brasileña a la conquista de su primer título.
Desde entonces no ha pasado un día en el que no se hable de él en algún rincón del planeta. Su nombre es Edson Arantes do Nascimento, pero es más conocido como Pelé.
Nació el 23 de octubre de 1940 en la pequeña localidad de Tres Corazones, estado de Minas Gerais. Comenzó a jugar fútbol en las polvorientas calles de su barrio, hasta las que llegó Valdemar de Brito, un exjugador profesional alertado por los rumores de que había un niño que jugaba mejor que Leonidas y Ademir, los goleadores de los Mundiales de 1938 y 1950, respectivamente.
Fue él quien lo llevó al equipo infantil del Club Atlético de Baurú y luego al Santos de São Paulo, en donde hizo una exitosa carrera.
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Pelé no había cumplido 18 años cuando marcó dos espectaculares goles en la final de Suecia 1958. Fue la gran figura del triunfo 5-2, por encima de las otras estrellas del equipo, Garrincha y Vavá.
Estuvo en el plantel que logró el bicampeonato en Chile 1962, pero por una lesión solo pudo jugar los primeros dos partidos, ante México y Checoslovaquia. En 1966 sufrió los rigores de la ruda marca contra Bulgaria, Hungría y Portugal. Pelé no brilló y Brasil quedó eliminada en la primera ronda.
Pero tuvo su revancha cuatro años después, en México, cuando la canarinha ganó su tercer Mundial y se quedó para siempre con la Copa Jules Rimet.
En ese torneo, ya veterano, con 30 años y mucha experiencia, fue el jefe de orquesta del que es considerado uno de los mejores equipos de la historia. Con el número 10 en la espalda, ese que desde entonces llevan generalmente los más talentosos de cada plantel, se encargó de que la verdeamarilla no dejara dudas de su superioridad. Al punto que el triunfo 4-1 ante Italia en la final reflejó la inmensa capacidad de Pelé y compañía.
Aunque los éxitos con la selección lo hicieron famoso en todos los rincones del mundo, con el Santos también brilló. Ganó dos Copas Libertadores de América y dos Intercontinentales, además de seis campeonatos de Brasil y dos decenas de títulos regionales.
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Su última temporada como futbolista activo, la de 1977, la disputó con el Cosmos de Nueva York, de la Liga de Estados Unidos.
Los estadígrafos coinciden en que anotó 1.284 goles en 1.351 partidos, aunque muchos de esos fueron amistosos y de exhibición.
Pero aun después de su retiro Pelé siguió siendo un ícono del deporte y un excelente “vehículo” publicitario, comparable solamente con lo que han sido Michael Jordan y Tiger Woods para la industria. Firmó millonarios contratos con empresas multinacionales y fue, tal vez, uno de los primeros influenciadores en el ámbito del deporte.
Tanto, que cuatro décadas después de dejar las canchas sigue vigente. Su nombre aparece cada vez que se hacen listas de mejores goles, asistencias y jugadas. Está en el Olimpo del fútbol al lado de una exclusiva lista que incluye a Alfredo Di Stéfano, Franz Beckenbauer, Johan Cruyff, Diego Armando Maradona, Ronaldinho, Zinedine Zidane, Cristiano Ronaldo y Lionel Messi.
Aparte del fútbol, ha incursionado eventualmente en la actuación, la música y la política, aunque ninguna de esas tres actividades ha logrado enamorarlo.
Tampoco la dirección técnica o la dirigencia del fútbol. Nunca quiso exponer su prestigio y asumir nuevos retos en el mundo del balón.
Este viernes cumple 80 años en medio de homenajes y reconocimientos. Asegura que a pesar de algunos problemas en su cadera, está bien física y mentalmente, dispuesto a continuar en el trono. ¡Larga vida al rey Pelé!