Luis Sinisterra también jugará una final europea
El jugador colombiano disputará el duelo definitivo de la Conference League con Feyenoord.
El Feyenoord aguantó el 3-2 del choque de ida de las semifinales de la Conference League y eliminó al Olympique Marsella tras empatar 0-0 para alcanzar una final europea veinte años después. La Roma de José Murinho será su último obstáculo hacia el título. El 25 de mayo, en Albania, el colombiano Luis Sinisterra podría levantar el trofeo.
(Con gol de Santos Borré, Frankfurt clasifica a la final de la Europa League)
El equipo neerlandés no disputaba un título continental desde 2002, cuando perdió ante el Real Madrid la Supercopa de Europa. Justo ese mismo año, conquistó la Copa de la UEFA tras superar al Borussia Dortmund. Y, desde entonces, hasta este jueves, el vacío se mantuvo en el tiempo durante un par de décadas.
No lo tuvo fácil. El Feyenoord se las tuvo que ver con un ambiente infernal. El aspecto que presentó Stade Vélodromo dio continuidad a la tensión que precedió a un choque clave para ambos equipos, que con un título europeo podían salvar su errática temporada.
Si el día anterior hubo veinte detenidos en los enfrentamientos entre ambas aficiones, 24 horas después de los incidentes, parte de la grada del estadio del Marsella se tiñó de rojo por la enorme cantidad de bengalas que salieron de la nada.
También hubo enfrentamientos en las afueras del Velodrome antes del pitido inicial y, para culminar los prolegómenos del choque, un tifo con el mensaje "UEFA Mafia" lució a tamaño gigante antes de la salida de los jugadores al terreno de juego.
El Feyenoord, tercero en la Eredivisie sin opciones de ganar el título y con la Copa perdida hace tiempo, tenía una oportunidad de oro para sumar un éxito este curso. Y, además, europeo, aunque fuese en la competición menos importante. Sólo necesitaba aguantar el marcador de la ida.
Enfrente, el Olympique Marsella, hace dos semanas que cedió el título de la Ligue 1 al PSG. La Liga Conferencia era su única esperanza para no acabar la temporada de vacío. Tenía que remontar para intentar volver a una final continental tras perder la última que disputó, en 2018, frente al Atlético de Madrid para perder la Liga Europa.
Pronto, sufrió un varapalo. A la media hora, Payet, que pudo adelantar a su equipo con un disparo que se marchó cerca de un poste de la portería defendida por Marciano, tuvo que abandonar el partido lesionado.
Si hay un hombre importante en la plantilla del cuadro francés, ese no es otro que Payet. Sobre todo esta temporada. El medio del Olympique Marsella vive una segunda juventud, está en un gran estado de forma y sus datos avalaban su relevancia antes del duelo: 16 goles y 13 asistencias en 45 partidos para un jugador de 35 años que aún tiene mucho que decir.
Sin embargo, tras dar un pase aparentemente inofensivo, se lesionó solo. Su pierna derecha dijo basta y con una lesión muscular tuvo que ceder su sitio a Milik. El contratiempo, era gordo. Pero aún así, el Olympique Marsella tenía sus armas para intentar voltear la eliminatoria.
(La historia de Colombia en el Giro de Italia)
El Feyenoord, salvó el sobresalto con la ocasión de Payer, sobrevivió con comodidad hasta el descanso. Incluso después, justo en la reanudación, pudo adelantarse en el marcador con un cabezazo de Luis Sinisterra que salvó el guardameta Mandanda.
Ahí pudo acabar la eliminatoria. Mandanda, dio una vida extra a su equipo, que intentó por todos los medios marcar un gol con el que alargar las semifinales.
El conjunto neerlandés se defendió bien, con solvencia y sin muchos contratiempos. Apenas sufrió dos con las ocasiones de Saliba y de Pol Lirola. Ninguna tuvo éxito y el Olympique Marsella murió en la orilla del éxito. Por contra, el Feyenoord, celebró que veinte años después disputará una final europea.
El Feyenoord aguantó el 3-2 del choque de ida de las semifinales de la Conference League y eliminó al Olympique Marsella tras empatar 0-0 para alcanzar una final europea veinte años después. La Roma de José Murinho será su último obstáculo hacia el título. El 25 de mayo, en Albania, el colombiano Luis Sinisterra podría levantar el trofeo.
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El equipo neerlandés no disputaba un título continental desde 2002, cuando perdió ante el Real Madrid la Supercopa de Europa. Justo ese mismo año, conquistó la Copa de la UEFA tras superar al Borussia Dortmund. Y, desde entonces, hasta este jueves, el vacío se mantuvo en el tiempo durante un par de décadas.
No lo tuvo fácil. El Feyenoord se las tuvo que ver con un ambiente infernal. El aspecto que presentó Stade Vélodromo dio continuidad a la tensión que precedió a un choque clave para ambos equipos, que con un título europeo podían salvar su errática temporada.
Si el día anterior hubo veinte detenidos en los enfrentamientos entre ambas aficiones, 24 horas después de los incidentes, parte de la grada del estadio del Marsella se tiñó de rojo por la enorme cantidad de bengalas que salieron de la nada.
También hubo enfrentamientos en las afueras del Velodrome antes del pitido inicial y, para culminar los prolegómenos del choque, un tifo con el mensaje "UEFA Mafia" lució a tamaño gigante antes de la salida de los jugadores al terreno de juego.
El Feyenoord, tercero en la Eredivisie sin opciones de ganar el título y con la Copa perdida hace tiempo, tenía una oportunidad de oro para sumar un éxito este curso. Y, además, europeo, aunque fuese en la competición menos importante. Sólo necesitaba aguantar el marcador de la ida.
Enfrente, el Olympique Marsella, hace dos semanas que cedió el título de la Ligue 1 al PSG. La Liga Conferencia era su única esperanza para no acabar la temporada de vacío. Tenía que remontar para intentar volver a una final continental tras perder la última que disputó, en 2018, frente al Atlético de Madrid para perder la Liga Europa.
Pronto, sufrió un varapalo. A la media hora, Payet, que pudo adelantar a su equipo con un disparo que se marchó cerca de un poste de la portería defendida por Marciano, tuvo que abandonar el partido lesionado.
Si hay un hombre importante en la plantilla del cuadro francés, ese no es otro que Payet. Sobre todo esta temporada. El medio del Olympique Marsella vive una segunda juventud, está en un gran estado de forma y sus datos avalaban su relevancia antes del duelo: 16 goles y 13 asistencias en 45 partidos para un jugador de 35 años que aún tiene mucho que decir.
Sin embargo, tras dar un pase aparentemente inofensivo, se lesionó solo. Su pierna derecha dijo basta y con una lesión muscular tuvo que ceder su sitio a Milik. El contratiempo, era gordo. Pero aún así, el Olympique Marsella tenía sus armas para intentar voltear la eliminatoria.
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El Feyenoord, salvó el sobresalto con la ocasión de Payer, sobrevivió con comodidad hasta el descanso. Incluso después, justo en la reanudación, pudo adelantarse en el marcador con un cabezazo de Luis Sinisterra que salvó el guardameta Mandanda.
Ahí pudo acabar la eliminatoria. Mandanda, dio una vida extra a su equipo, que intentó por todos los medios marcar un gol con el que alargar las semifinales.
El conjunto neerlandés se defendió bien, con solvencia y sin muchos contratiempos. Apenas sufrió dos con las ocasiones de Saliba y de Pol Lirola. Ninguna tuvo éxito y el Olympique Marsella murió en la orilla del éxito. Por contra, el Feyenoord, celebró que veinte años después disputará una final europea.