El jueves, en la jornada de “descanso” de la selección de Argentina, Javier Mascherano trabajó más que nunca. Después de una doble sesión de prácticas con la selección sub-20 de Argentina, se sentó con sus colaboradores a analizar los partidos Brasil-Perú y Colombia-Paraguay, con los que comenzó el Suramericano Juvenil Masculino de Fútbol en Cali.
Tras un año como técnico del combinado albiceleste, el exjugador de apenas 38 años, que pasó por River Plate, Corinthians de Brasil, West Ham y Liverpool de Inglaterra, Barcelona de España, Hebei Fortuna de China y Estudiantes de la Plata, afronta su primer gran reto en el banquillo renovado por un título mundial que les pertenece tanto como a quienes lo conquistaron hace poco más de un mes en Catar.
Porque durante casi 20 años, entre 2001 y 2018, el Jefecito fue uno de los referentes de la albiceleste que se quedó muchas veces a las puertas de la gloria y que en el último tiempo levantó tres trofeos: la Copa América, la Finalissima y la Copa del Mundo.
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“Gracias eternas a los muchachos”, dijo emocionado luego de la dramática victoria por penaltis de Lionel Messi y compañía sobre Francia, en Doha.
Cuatro años antes, en Rusia, también frente al equipo de Didier Deschamps y Kylian Mbappé, Mascherano había jugado el último partido de sus 193 con la camiseta celeste y blanca.
Sin embargo, como se preveía por su liderazgo, don de gentes y carisma, siguió ligado a la Asociación del Fútbol Argentino y ante la ola de entrenadores jóvenes, liderada por Lionel Scaloni y Pablo Aimar, fue asignado como técnico de la sub-20 que en Colombia busca uno de los cuatro cupos al Mundial de Indonesia, desde el 20 de mayo, y uno de los tres tiquetes a los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile, en octubre, clasificatorios para los Olímpicos de París 2024.
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“Sí, por todo lo que pasó en Catar y lo que eso significa, podemos decir que venimos con viento en la camiseta, pero eso no es otra cosa que mayor responsabilidad y expectativa. Conformado un plantel muy bueno, entre otras cosas porque los clubes argentinos nos cedieron a todos los jugadores que pedimos. Hubo mucho compromiso de ellos con este proceso.
Aparte, hicimos una buena preparación, así que ahora solo queda demostrarlo acá”, aseguró Mascherano, siempre amable y abierto con la prensa, al igual que en su época de jugador, cuando sus compañeros de selección lo molestaban porque era el primero en asomarse a la zona mixta a dar declaraciones y el último en subirse al bus, entre el disgusto de sus amigos, ya cansados y con ganas de irse rápido al hotel.
La meta de Masche es darle a Argentina su sexta corona continental en la categoría, pues se consagró en las ediciones de 1967, 1997, 1999, 2003 (con él como jugador) y 2015.
“Estamos coordinando el trabajo con la selección mayor, claro. Hay que aprovechar el momento de efervescencia para consolidar esa identidad que por ahí se nos había perdido, ese ADN ganador. De aquí saldrá la base para el proceso olímpico y, sobre todo, para defender el título mundial en 2026”, agrega.
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En la nómina que maneja se destacan dos “europeos”, los centrocampistas Nicolás Paz, del Real Madrid español, y Facundo Buonanotte, del Brighton inglés. Los ausentes serán Matías Soulé (Juventus), Alejandro Garnacho (Manchester United), los hermanos Franco y Valentín Carboni (Cagliari e Inter Milán, respectivamente), Luka Romero (Lazio) y Tiago Geralnik (Villarreal), quienes no fueron facilitados por sus clubes.
Entre los futbolistas del medio local sobresale el arquero Federico Gomes Gerth, quien fue uno de los integrantes del equipo sparring de la mayor en Catar 2022.
Argentina se estrenará mañana ante Paraguay, desde las 4:00 p.m., por la segunda fecha del Grupo A. El lunes jugará contra Brasil, el miércoles ante Perú y el viernes contra Colombia. Todos esos duelos se disputarán en el estadio Pascual Guerrero.
El Grupo B arranca hoy con los partidos Bolivia-Venezuela (5:00 p.m.) y Ecuador-Chile (7:30 p.m.).
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