Maturana: “El fútbol suramericano es prisionero de la inmediatez”
El DT colombiano hizo parte de un conversatorio virtual convocado por la Asociación Uruguaya de Entrenadores de Fútbol.
EFE
El entrenador colombiano Francisco Maturana admitió que ya no disfruta como antes del fútbol suramericano porque, en su opinión, está prisionero de la inmediatez, de los esquemas y de los resultados
Maturana expresó su preocupación en el conversatorio ¿Hacia dónde va el fútbol sudamericano?, organizado por la Asociación Uruguaya de Entrenadores de Fútbol (Audef) la noche del jueves mediante una videoconferencia en la que estuvo acompañado por Gerardo Pelusso y Martín Lasarte, colegas suyos que hacen parte de esta entidad.
Campeón de la Copa América de 2001 con la selección de Colombia y de la Uncaf con la de Costa Rica en 1999, entre otros logros en su extensa carrera de entrenador, Maturana considera que el fútbol del continente necesita recuperar el protagonismo mundial.
“Para recuperarlo es muy importante saber dónde estás, cuál es nuestro presente y qué se necesita hacer más adelante. El presidente la Conmebol sabe lo que hay que hacer y en qué puesto estamos”, agregó el técnico.
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Maturana se ganó el reconocimiento internacional cuando dirigió a Colombia en la Copa América de 1987 y ocupó el tercer lugar, pero jugó el mejor fútbol de la competición con un equipo en el que brilló Carlos El Pibe Valderrama y con el que derrotó a la Argentina de Diego Maradona, que se estrenaba en casa como campeona del Mundial de México-86.
"Siempre fui un soñador que entendió la importancia del cómo. El cómo te habilita para después. Uno puede ganar en determinado momento un partido de cualquier forma, pero luego piensa: ¿y el siguiente cómo lo voy a ganar? En cambio hay partidos que se pierden y uno dice: ojalá venga rápido el siguiente, que ese lo gano”, sostuvo el técnico de 71 años.
Maturana, que en España dirigió al Real Valladolid entre 1990 y 1991 y a Atlético de Madrid en 1994, reiteró que uno de los grandes problemas del fútbol suramericano es que además de estar prisionero de los esquemas no existe el equilibrio que permita unir el orden y el desorden.
El entrenador colombiano Francisco Maturana admitió que ya no disfruta como antes del fútbol suramericano porque, en su opinión, está prisionero de la inmediatez, de los esquemas y de los resultados
Maturana expresó su preocupación en el conversatorio ¿Hacia dónde va el fútbol sudamericano?, organizado por la Asociación Uruguaya de Entrenadores de Fútbol (Audef) la noche del jueves mediante una videoconferencia en la que estuvo acompañado por Gerardo Pelusso y Martín Lasarte, colegas suyos que hacen parte de esta entidad.
Campeón de la Copa América de 2001 con la selección de Colombia y de la Uncaf con la de Costa Rica en 1999, entre otros logros en su extensa carrera de entrenador, Maturana considera que el fútbol del continente necesita recuperar el protagonismo mundial.
“Para recuperarlo es muy importante saber dónde estás, cuál es nuestro presente y qué se necesita hacer más adelante. El presidente la Conmebol sabe lo que hay que hacer y en qué puesto estamos”, agregó el técnico.
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Maturana se ganó el reconocimiento internacional cuando dirigió a Colombia en la Copa América de 1987 y ocupó el tercer lugar, pero jugó el mejor fútbol de la competición con un equipo en el que brilló Carlos El Pibe Valderrama y con el que derrotó a la Argentina de Diego Maradona, que se estrenaba en casa como campeona del Mundial de México-86.
"Siempre fui un soñador que entendió la importancia del cómo. El cómo te habilita para después. Uno puede ganar en determinado momento un partido de cualquier forma, pero luego piensa: ¿y el siguiente cómo lo voy a ganar? En cambio hay partidos que se pierden y uno dice: ojalá venga rápido el siguiente, que ese lo gano”, sostuvo el técnico de 71 años.
Maturana, que en España dirigió al Real Valladolid entre 1990 y 1991 y a Atlético de Madrid en 1994, reiteró que uno de los grandes problemas del fútbol suramericano es que además de estar prisionero de los esquemas no existe el equilibrio que permita unir el orden y el desorden.