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Mavys Álvarez Rego, una exnovia cubana del fallecido Diego Maradona, declaró este jueves en Argentina en una denuncia por presunta trata de personas, de la que ella habría sido víctima cuando era menor, contra allegados del legendario futbolista.
La mujer, que actualmente tiene 36 años, es madre de dos hijos y vive en Miami, llegó a Buenos Aires hace una semana para dar su testimonio en el marco de la causa, en la que no fue aceptada como querellante por la justicia argentina.
Según contó en una entrevista con Infobae, esta vez sí pudo conocer Puerto Madero y algo de Buenos Aires, pues en 2001, cuando viajó con Maradona, quien iba a disputar su partido homenaje, permaneció encerrada en un hotel y no le permitían salir.
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Como en 2001 Mavys Álvarez era menor de edad, necesitaba de un permiso especial para poder salir de Cuba y viajar con Maradona a Buenos Aires. El mismo Maradona, a quien en un principio se le habría ocurrido que Álvarez viajara en una caja, fue a pedirle ese permiso a su amigo Fidel Castro.
“Diego y yo fuimos a ver a Fidel porque se le había ocurrido anteriormente tratar de traerme en una caja. Yo probé la caja. O sea, yo entré a la caja. Estaba Omar Suárez presente, que él ya dio testimonio de eso. Él me hizo probar la caja, me dijo: ‘Le vamos a hacer unos agujeros, vamos a hacer un doble fondo y vas a ir abajo para que no te descubran’. Porque encima tenían que poner algo si no iban a descubrir lo que podía estar adentro. (…) A Diego se le ocurrió. Después dijeron: ‘Vamos a ver a Fidel’. Entramos y esperamos en el salón hasta que entra. Fidel se sienta del lado de acá (señala su derecha) y Diego del lado de acá (señala su izquierda) y entonces Fidel le dice: ‘Pero de dónde conseguiste esta chica tan bonita’, y le empieza a hablar de mí y me pasa la mano por arriba del brazo y Diego le dijo: ‘Bueno, dejando, dejando’, y le quitó el brazo”, agregó la mujer cubana, quien aseguró que en Argentina fue presionada por Maradona para realizarse una cirugía de aumento de busto.
(Maradona, el conspirador político)
“Diego quería que yo luciera con más senos. No le gustaban los pechos chiquitos. Él quería que me pusiera senos más grandes”, contó la mujer, que también afirmó que después de volverse adicta a la droga sufrió episodios de depresión e “incluso pensé en quitarme la vida en varias ocasiones”.
Mavys se conoció con Maradona en Cuba en 2001, luego de que el exfutbolista así lo deseara. El campeón del mundo en México 86 viajó a la isla para tratar su adicción a la cocaína. No obstante, según relató la mujer, la siguió consumiendo y hasta la obligó a ella a hacerlo.
“Él me fue metiendo en su mundo de la adicción. A mí no me interesaban las drogas, no fumaba, no me drogaba, no tomaba. Poco a poco me introdujo en el alcohol. Después insistió en que consumiera (…) Me gritaba. Me insultaba. Me decía que por qué razón no probaba, que eso realmente me iba a ayudar y que él quería que yo aguantara con él toda la madrugada. Y bueno... al final tanto insistió que la pruebo. Te puedo decir hoy que era de mala calidad porque la probé y no me pasó nada”, afirmó Álvarez, quien por entonces era menor de edad.
Otra de las afirmaciones de la cubana es que Maradona la violó en una habitación de la casa en la que vivían en Cuba, mientras del otro lado de la puerta estaba su madre. “Mi mamá vino a verme a la casa donde estábamos en La Habana y (Diego Maradona) no le quiso abrir la puerta. Mi mamá tocó la puerta de la habitación y él no quiso abrir. Él me tapó la boca para que yo no gritara, para que yo no dijera nada y abusó de mí. Me violó”.
Álvarez Rego aseguró que Maradona le decía: “Cállate la boca”. Y aseveró que el exentrenador fue violento “muchas veces” con ella. Un día llamó Claudia. Realmente no sé si era Claudia, pero me dijo: ‘Soy Claudia, pásame a Diego’. Él estaba dormido. Yo le paso el celular y le digo: ‘Es Claudia, te está llamando’. Me dice: ‘¡Qué tenés que hacer vos, que tenés que contestar mi teléfono, mi celular!’. Y agarra el celular y lo tira contra la pared. A mí me empieza a insultar, me agarra, me tira contra la cama, me pega una bofetada y me dice: ‘¡Nunca en tu vida vuelvas a tocar mi celular! ¡Nunca!’. Amenazándome con que me podía matar. Bueno, conclusión, fue violento en muchas ocasiones”.
Y continuó: “Una vez me arrastró por las escaleras de la casa hasta la habitación porque estábamos en una discoteca y, sin querer, le di un golpe en la nariz con la espalda. Bailando le doy un golpe sin intención. Y él se puso bien violento. Me sacó a empujones de la discoteca, me montó en el auto, me llevó para la casa, me subió las escaleras a rastras por los pelos. Fue duro”.
Ante la pregunta sobre si hubiera evitado conocer a Maradona, Álvarez respondió: “Lo hubiera evitado. Te soy sincera, lo hubiera evitado. Porque, a ver, dentro de la miseria que puede haber en Cuba, dentro de las cosas que te hacen falta, a mí nunca me faltó un plato de comida en la mesa. Mi mamá y mi abuela luchaban para que eso no faltara. Sí, la ropa era de mala calidad, o sea, mi mamá me la cosía en la casa, mi abuela me hacia las cosas, mi mamá cuando podía que le daban 10 dólares al mes cada tanto me compraba un par de zapatos de tenis básicos para la escuela. Pero yo era feliz dentro de eso. O sea, yo no conocía otro mundo”.
(El contraste entre Diego y Maradona)
Además, le envió un mensaje a los hijos e hijas de Maradona: “Me gustaría decirles que me disculpen si mi confesión les hace sentir mal. No lo hago con ese objetivo. Lamento que les pueda llegar a hacer daño con mis palabras. Pero fue lo que viví. Ojalá no lo hubiera tenido que vivir de esa manera. Es fuerte, entiendo eso. Estoy convencida de que debe haber sido un padre maravilloso con sus hijas. Pero esta es mi historia, lo que yo viví. No puedo decir otra cosa”.
Finalmente, Mavys Álvarez Rego expresó que Maradona “al principio me hizo feliz, pero llegó un punto en que ya no tanto”, y concluyó: “A mí me gustaría poder ayudar a otras mujeres para sobrepasar situaciones como estas, asistirlas con mis propias experiencias, me gustaría ayudar y poder transmitirles que, si pasan por una situación de este tipo, lo importante es pedir ayuda afuera del círculo en el que estén”.