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Mundial de Catar 2022: Tutorial de cómo “lavarse las manos”

La elección de Catar como sede del mundial 2022 sacó a la luz hechos de corrupción, denuncias por violaciones a derechos humanos y restricciones por parte del gobierno catarí. A pesar de las circunstancias, el Estado Árabe será la sede de la Copa del Mundo.

Daniel Bello
08 de marzo de 2022 - 06:24 p. m.
Gianni Infantino, presidente de la FIFA.
Gianni Infantino, presidente de la FIFA.
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A partir de 2010, desde el anuncio de Catar como organizador del próximo mundial, numerosos colectivos de derechos humanos, feministas y personas de la comunidad LGBTI han denunciado abusos y violaciones por parte del Gobierno de Tamim bin Hamad Al Zani.

Alrededor de la elección de los cataríes como sede hay una investigación extensa que todavía no ha concluido. Sin embargo, ese fue apenas el inicio de una serie de controversias que revelan cómo este Estado se salió con la suya para tener su mundial a toda costa.

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Paso 1: Conseguir el Mundial como sea

Catar sorprendió al mundo cuando ganó su derecho a ser sede de la Copa del Mundo un 2 de diciembre del 2010. Los cataríes consiguieron 14 de los 22 votos y lograron su anhelo de ser anfitriones de un Mundial.

Sin embargo, la sorpresa iba más allá de un asombro repentino. Que un país con tan pobre tradición futbolística y temperaturas tan altas, que de hecho obligaron a mover el mundial a noviembre, modificando los calendarios de todas las ligas del mundo, fuera escogido como sede dio paso a una serie de sospechas en varios actores del fútbol y entes de control.

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Esas dudas abrieron el llamado Qatargate, nombre que recibió el escándalo revelado por France Football en 2013, cuando la revista francesa publicó las irregularidades que cometió la FIFA al momento de adjudicar la sede. En su nota salpicaron al entonces presidente de la UEFA Michel Platini, junto con otros altos funcionarios del fútbol y el gobierno francés, y les acusaron de tener un encuentro con Al Zani para organizar el Mundial.

El propósito de esa reunión habría sido acordar el voto a favor de Catar como sede y que los árabes ayudaran a superar la grave crisis financiera que sufría el Paris Saint-Germain por aquel momento. La reunión habría ocurrido en noviembre del 2010. Semanas más tarde, los cataríes se quedaron con el mundial y el fondo Qatar Investment Authority adquirió el 70% de las acciones del PSG.

A estas investigaciones se sumó el informe realizado en 2014 por Michael García, entonces presidente de la sala de instrucción de la Comisión de Ética de la FIFA. En su investigación, García encontró cómo varios dirigentes cometieron actos de corrupción ligados, principalmente, a la recepción de sobornos, entre los que destacó la elección de Catar como sede. La FIFA se opuso a la publicación total del documento y García renunció.

Sin embargo, el informe se filtró y el gobierno estadounidense empezó una investigación donde acusó a un total de 45 personas y a varias empresas deportivas de más de 90 delitos y de pagar o aceptar más de 200 millones de dólares en sobornos. 22 de ellos fueron declarados culpables. Pese a que rodaron las cabezas de varios dirigentes en distintas federaciones de fútbol, la FIFA nunca puso en duda la elección de Catar.

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Paso 2: Minimizar las denuncias en contra de Catar 2022

Además de la polémica con respecto a la designación de la sede, también fueron foco de preocupación las denuncias por las condiciones de los trabajadores extranjeros que construyeron los estadios que utilizará el torneo. Los cataríes no sólo hicieron ocho estadios para acoger el torneo, también invirtieron en autopistas, vías férreas, un nuevo metro y la ampliación de su aeropuerto.

El periódico británico The Guardian reveló el año pasado que más de 6.500 trabajadores inmigrantes murieron en el país desde 2010. Años atrás, en 2016, Amnistía Internacional denunció que los obreros, que son en su mayoría inmigrantes provenientes de India, Bangladesh y Nepal, no solo tenían condiciones de vida paupérrimas sino que también les mintieron sobre el salario que recibirían, les incumplieron con los pagos y les restringieron su salida del país.

Por ese motivo, algunas selecciones europeas como Alemania, Noruega o Bélgica protestaron en la previa de algunos de sus partidos de eliminatoria con leyendas en sus camisetas que tenían frases como “derechos humanos” o “El fútbol apoya el cambio”. Y, aunque estos equipos mandaron un mensaje, los gestos se quedaron en eso.

La respuesta de la organización ante los cuestionamientos ha estado lejos de la autocrítica. Nasser Al-Khater, CEO de Catar 2022, dijo en una rueda de prensa que en el país “han fallecido tres trabajadores del Mundial”, y también acusó a los medios que han publicado las denuncias de tener intereses personales contra el gobierno.

Paso 3: Aparentar tolerancia sin practicarla

La sociedad árabe es más conservadora en comparación con la occidental. Países como Catar se rigen, en su sistema de justicia, por la sharía, un conjunto de leyes religiosas basadas en el Corán y la Sunna. Las prácticas de este código son muy restrictivas y algunas se consideran, en la visión occidental, graves violaciones de las libertades individuales. Sin embargo, la organización aseguró que iban a ser tolerantes con las culturas que visitarán el país.

Entre las prohibiciones de la ley islámica está el consumo de alcohol. Según la ley catarí no se puede beber alcohol, salvo en bares o restaurantes autorizados. Además, no está permitida la embriaguez en la vía pública. No obstante, las leyes de ese país son más abusivas y discriminatorias en otras materias como por ejemplo la sexualidad.

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Un caso que generó indignación fue el de la mexicana Paola Schietekat, que fue condenada luego de denunciar un caso de abuso sexual por parte de un compañero de trabajo. No obstante, cuando reportó ante las autoridades, estas se volvieron en su contra y la acusaron de “sexo extramarital”, un delito contemplado en la sharía. La condena por este delito puede ser de hasta 7 años de prisión y 100 latigazos.

Schietekat salió del país 20 días después de recibir la agresión gracias al apoyo del Comité Supremo de Entrega y Legado de la organización del Mundial. “Después de este proceso, caí en la cuenta de que, a pesar de mis grados académicos, preparación profesional, independencia financiera y, a pesar de trabajar para el gobierno qatarí, soy vulnerable a las violaciones de derechos humanos de instituciones arcaicas y abusivas”, concluyó en sus redes sociales.

El trato desigual también preocupa a otros colectivos como la comunidad LGBTI. Al Khater aseguró que las personas homosexuales serán bienvenidas pero que “las demostraciones públicas de afecto están mal vistas y esto se aplica a todos”.

Catar es uno de los más de setenta países del mundo que todavía consideran delito la homosexualidad, por lo que el mensaje de tolerancia entre la organización del mundial y el Gobierno son contradictorios.

Una situación similar se vivió en el pasado mundial de Rusia, donde, un año antes en Chechenia, hubo una persecución sistemática a los homosexuales. En ese país la ley prohíbe mostrar símbolos LGBTI a menores de 18 años. Entre los elementos prohibidos estaba la bandera del orgullo, usarla u ondearla tiene como consecuencia ir a prisión. Y por medidas legales como esa fue que organizaciones como la FARE (Fútbol contra el racismo en Europa), aconsejaron a las parejas gay no tomarse de las manos mientras estuvieran en territorio ruso. En Catar les va a tocar igual.

Paso 4: Catar, mostrar lo bueno y ocultar lo malo

Catar hizo lo que se conoce como Sportwashing, es decir, usaron el deporte para mejorar su reputación empañada. El Mundial y la infraestructura que construyeron en torno al campeonato les permitió vender una imagen moderna. De no ser relevantes en el plano internacional pasaron a ocupar portadas de los principales medios.

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La pequeña nación árabe no es la única que ha usado el deporte para lavarse la cara este año. China, que ha sido criticada por el trato a los uigures o por la represión en Hong Kong, organizó de manera exitosa los Olímpicos de Invierno en febrero pasado. Arabia Saudita, que también carga con denuncias por violación de derechos humanos, supo vender otra faceta al organizar torneos como la Supercopa de España o ser una de las sedes de la Formula 1.

Para el Estado catarí ha sido muy útil que figuras reconocidas dentro del mundo del deporte lo respalden en su intento de vender una imagen favorable. Un caso es Xavi Hernández, actual técnico de Barcelona, que pasó los últimos años de su carrera profesional, y los primeros como entrenador, viviendo en el país árabe.

Cuando fue cuestionado sobre las denuncias de explotación aseguró que las críticas al país eran infundadas. “No me sorprende en absoluto que muchas personas que nunca han estado en Catar den una opinión, pero los desafiaría a que vengan aquí primero para formarse una opinión informada y equilibrada” agregó.

Catar es un lugar donde es difícil encontrar opiniones distintas a los intereses de la Monarquía. Desde el 2020 entró en vigor una ley que permite encarcelar a cualquiera que emita afirmaciones o noticias que perjudiquen los intereses nacionales o afecten la imagen del Estado. De hecho, en noviembre pasado las autoridades del país detuvieron a dos periodistas noruegos que informaban sobre las condiciones de los trabajadores del mundial.

Paso 5: Celebrar el Mundial de Catar 2022

A la fecha, nada parece impedir que Catar acoja el Mundial. Pese a las acusaciones de distintas índoles, en poco más de 200 días se dará el pitazo inicial en el estadio Icónico de Lusail, edificado en medio de denuncias, muertes y abusos laborales.

Daniel Bello

Por Daniel Bello

Periodista de la Pontificia Universidad Javeriana. Fue practicante de Pacifista entre 2020 y 2021. Desde el 2019 escribe sobre fútbol, política e historia en El Espectador. Tiene experiencia cubriendo paz, mundo y medio ambiente.@daniel_eudosiodbello@elespectador.com

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Gabriel(ixpc5)08 de marzo de 2022 - 07:11 p. m.
La doble moral de la FIFA, dnde hay dinero se queda callada, a pesar de las violaciones a los derechos humanos de las mujeres en ese país y las demás denuncias realizadas, mira para el cielo y se hace la de las gafas
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