Neto, al momento de ser rescatado: “me quiero morir”
Estremecedor relato de dos de los encargados de las tareas de rescate, que revelaron las primeras declaraciones de uno de los futbolistas sobrevivientes al llegar al hospital.
Redacción Deportiva
El lunes en la noche el fútbol vivió una de las tragedias más grandes. El avión que transportaba al equipo Chapecoense de Brasil hacia Medellín se estrelló en Antioquia. 71 personas fallecieron. Dos personas que participaron de las tareas de rescate de los únicos seis sobrevivientes del accidente aéreo fueron Antonio Valencia y Luiz Alfonso. Ambos hablaron de la difícil noche que vivieron. (¿Qué pasará con la Copa Sudamericana?)
“Cuando nos comunicaron que se estrelló el avión no me lo creía”, expresó Valencia, del equipo de rescate del Aeropuerto. “Llegamos al hospital, nos identificamos y comunicamos que éramos el único contacto con los jugadores en Colombia. Nos dividimos en el hospital. El último en llegar fue Neto (jugador). Llegó en un estado lamentable, pero llegó lúcido y dijo que quería morir. Tenía muchas fracturas e hipotermia”, reveló. (Leonel Álvarez se habría ofrecido para dirigir Chapecoense)
A su vez, Antonio contó que de todos los heridos, los únicos que hablaron fueron él y Rafael (el periodista), “Rafael nos entregó la alianza y pidió que la entregáramos a su esposa”. Hasta el momento, el defensor Helio Neto es el que muestra una recuperación más favorable.
El que también habló con UOL Brasil fue Luiz Alfonso, miembro de la Cruz Roja. “Llegamos media hora después del accidente. La situación era muy crítica. El avión estaba muy destrozado pero se podía trabajar. El primer sobreviviente fue Alan Ruschel (futbolista)”, explicó. (Santa Fe entregó réplica de Copa Sudamericana a Chapecoense)
Luiz Alfonso también precisó que tuvieron que caminar 40 minutos desde donde podían quedarse hasta el lugar del accidente. “La mayoría de los cuerpos estaban irreconocibles. No hablamos del estado por respeto”, comentó el miembro de la Cruz Roja, quien también dijo que en ese momento llovía mucho y que tuvieron que parar porque la seguridad para trabajar era lo primero, también confesó que “las personas que trabajamos allí llevábamos mucha carga emocional así que tuvimos charlas con los psicólogos”.
El lunes en la noche el fútbol vivió una de las tragedias más grandes. El avión que transportaba al equipo Chapecoense de Brasil hacia Medellín se estrelló en Antioquia. 71 personas fallecieron. Dos personas que participaron de las tareas de rescate de los únicos seis sobrevivientes del accidente aéreo fueron Antonio Valencia y Luiz Alfonso. Ambos hablaron de la difícil noche que vivieron. (¿Qué pasará con la Copa Sudamericana?)
“Cuando nos comunicaron que se estrelló el avión no me lo creía”, expresó Valencia, del equipo de rescate del Aeropuerto. “Llegamos al hospital, nos identificamos y comunicamos que éramos el único contacto con los jugadores en Colombia. Nos dividimos en el hospital. El último en llegar fue Neto (jugador). Llegó en un estado lamentable, pero llegó lúcido y dijo que quería morir. Tenía muchas fracturas e hipotermia”, reveló. (Leonel Álvarez se habría ofrecido para dirigir Chapecoense)
A su vez, Antonio contó que de todos los heridos, los únicos que hablaron fueron él y Rafael (el periodista), “Rafael nos entregó la alianza y pidió que la entregáramos a su esposa”. Hasta el momento, el defensor Helio Neto es el que muestra una recuperación más favorable.
El que también habló con UOL Brasil fue Luiz Alfonso, miembro de la Cruz Roja. “Llegamos media hora después del accidente. La situación era muy crítica. El avión estaba muy destrozado pero se podía trabajar. El primer sobreviviente fue Alan Ruschel (futbolista)”, explicó. (Santa Fe entregó réplica de Copa Sudamericana a Chapecoense)
Luiz Alfonso también precisó que tuvieron que caminar 40 minutos desde donde podían quedarse hasta el lugar del accidente. “La mayoría de los cuerpos estaban irreconocibles. No hablamos del estado por respeto”, comentó el miembro de la Cruz Roja, quien también dijo que en ese momento llovía mucho y que tuvieron que parar porque la seguridad para trabajar era lo primero, también confesó que “las personas que trabajamos allí llevábamos mucha carga emocional así que tuvimos charlas con los psicólogos”.