Nicolás Benedetti, de un resbalón a la selección

El volante ofensivo del equipo colombiano es pieza clave en el esquema de Arturo Reyes en la búsqueda de la clasificación a Tokio 2020. La selección de Colombia jugará contra Venezuela a las 8:30 p.m. este lunes.

Felipe Raymond Fajardo
27 de enero de 2020 - 02:00 a. m.
Nicolás Benedetti ha jugado los dos partidos del combinado nacional en el Preolímpico y ha marcado un gol. / AFP
Nicolás Benedetti ha jugado los dos partidos del combinado nacional en el Preolímpico y ha marcado un gol. / AFP
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En el mundo del fútbol hay países que se distinguen por tener ciertas posiciones institucionalizadas, es decir: de Brasil salen los laterales; de Italia, los centrales, y de Argentina, los delanteros. En los últimos años, Colombia se ha especializado en sacar mediocampistas ofensivos, los que antes se conocían como volantes “10”. Desde la herencia de Carlos el Pibe Valderrama, pasando por James Rodríguez y actualmente con Juan Fernando Quintero. Otro de los nuevos talentos que llena esta posición, y que se perfila para asumir el número “10” en la selección, es Nicolás Benedetti.

Este jugador llegó al fútbol por casualidades de la vida. Cuando pequeño perdió tres dientes en un accidente con su bicicleta, desde ese momento le cogió miedo al pedal y se dedicó al balón por influencias de su padre, Eduardo. Como muchos pequeños adictos a la pecosa, su principal meta en el colegio era ser futbolista profesional. Siempre destacó entre sus compañeros y en 2014, luego de entrenar en varias escuelas de fútbol, entró al Deportivo Cali.

En 2016, bajo las órdenes de Fernando el Pecoso Castro, debutó en la Copa Colombia frente a La Equidad. Nicolás sabía que ese día era probable que jugara sus primeros minutos como profesional, así que invitó a toda su familia y a sus amigos. “Recuerdo que en la primera pelota que iba a tocar en el partido, Helibelton Palacios me dio la esférica desde un lateral”, asegura el ahora jugador del América de México. “Vi el balón acercarse a mí y, al momento de pararlo, me resbalé y sentí que todo el estadio hizo ‘uuu’”. Cualquiera se hubiera rendido luego de vivir una de las peores pesadillas de cualquier primíparo en un campo de fútbol profesional, pero Benedetti logró calmarse y anotar el gol de la victoria para su equipo.

Además de entregarlo todo en la grama de cada cancha que pisa, sus amigos del colegio Jefferson de Cali lo recuerdan como una persona entregada a sus seres queridos. A él lo recuerdan como una persona humilde, alguien que todos querían por su gran sonrisa que les transmitía a los demás y su humildad que lo distinguía de cualquier otro. Por eso mismo, cada vez que faltaba a sus clases para ir a entrenar, se turnaban para ayudarlo a entregar trabajos y cumplir con sus estudios antes que cualquier otra cosa.

“Siempre supimos que él iba a llegar lejos por su gran talento, ahora que está en México nos alegramos por él, pero lo extrañamos”, aseguran amigos del colegio que lo conocen desde preescolar. Hoy en día mantenerse al tanto de sus amigos cercanos es más difícil y pueden pasar semanas o meses en los que no se hablen, pero cuando tienen la oportunidad de recuperar el tiempo perdido, Nicolás se entrega a sus amigos para recordar de dónde es que viene su gran talento como persona.

Su paso por México no ha tenido los frutos que se esperaban, y menos lo que él quería. Varias lesiones lo han mantenido lejos de las canchas y no se ha logrado consolidar como titular en las “Águilas” del América. De todas formas, se ha ganado el cariño de la gente que lo pide cada vez más para que aporte con sus ganas y su fútbol al equipo. Miguel Herrera, su entrenador, ha decidido ponerlo un poco más adelante en el campo de juego, como media punta, y él ha entendido bien la posición.

Hoy, con la “10” en la espalda de la selección de fútbol de Colombia sub-23, buscará dar un pasó más hacia la clasificación al hexagonal final del Preolímpico que se disputa en el Eje Cafetero. Su labor de armador, y la buena conexión que ha demostrado con Jorge Carrascal, ponen a soñar al país con los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Por Felipe Raymond Fajardo

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