Pochettino, el hombre al que Bielsa le cambió el rumbo; Klopp, el Brian Epstein del Liverpool

El entrenador argentino y el alemán se enfrentarán el 1 de junio en la final de la Liga de Campeones. Sus historias.

Redacción Deportes - @DeportesEE / EFE
09 de mayo de 2019 - 01:28 a. m.
Mauricio Pochettino, entrenador argentino del Tottenham, y Jürgen Klopp, técnico alemán del Liverpool. / EFE y AFP
Mauricio Pochettino, entrenador argentino del Tottenham, y Jürgen Klopp, técnico alemán del Liverpool. / EFE y AFP
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Jorge Griffa es quizás el entrenador más importante en la historia de las categorías menores de Newell’s Old Boys. Llevó al club rosario a cientos de jugadores que después de formarlos con sabiduría se hicieron profesionales. La manera en que conoció a Mauricio Pochettino fue poco común. Junto a un tal Marcelo Bielsa escuchó hablar del joven futbolista cuando éste tenía 14 años y estaba a punto de ser fichado por Rosario Central, el rival eterno de Newell’s. (Lucas Moura, el niño que nadie elegía)

A las dos de la mañana, Griffa y Bielsa tocaron la puerta donde vivían Héctor y Amalia, los padres de Mauricio. Entraron, conversaron sobre la agricultura que desempeñaba la familia Pochettino y preguntaron si podían conocer al pequeño amante de la pelota. Le vieron las piernas y quedaron impresionados. “Son las piernas de un futbolista”. Se lo llevaron para Newell’s, club con el que debutaría en 1988 y con el que sería campeón de primera división en dos ocasiones (1991 y 1992) bajo las órdenes de Bielsa, quien también lo llevó al Mundial de Corea y Japón 2002.

Posteriormente, Pochettino partió al Espanyol de Barcelona, con el que ganó dos Copas del Rey. También jugó en el París Saint-Germain y el Bordeaux, de Francia. Durante su carrera como futbolista habló con varios entrenadores porque tenía claro que quería que esa fuera su profesión tras abandonar la de jugador. Y en 2009 cumplió con su objetivo. Asumió como director técnico de su querido Espanyol, club por el que guarda un enorme cariño, razón por la que, ha dicho, nunca dirigiría al Barcelona. En 2013, sin saber inglés, llegó al Southampton, lo salvó del descenso, lo convirtió en equipo revelación de la Premier y fue contratado por la institución con la que este martes hizo historia.

Mauricio Roberto Pochettino Trossero está a un encuentro de la gloria con el Tottenham. El 1 de junio disputará la final de la Champions, luego de que su equipo protagonizara una memorable remontada ante el destacado Ajax holandés. Tras la hazaña, solo pudo decir: “Gracias, fútbol”. Los hinchas de los Spurs esperan también decirle “gracias” después del compromiso definitivo frente al Liverpool que entrena un hombre que hace recordar a una influyente persona de la historia de la música.

En Liverpool hay dos figuras conocidas por manejar los hilos fuera de los escenarios, por estar en una segunda línea, no acaparar los focos y ser artífices en la sombra. Una es la de Brian Epstein, el malogrado mánager de los Beatles; el otro tiene el pelo rubio, lleva gafas y gorra, y responde al nombre de Jürgen Klopp. Instantes después de completar una de las mayores remontadas de los últimos tiempos, Klopp advertía a la prensa mundial. "De haber sabido que en Anfield había este ambiente, hubiera firmado dos contratos en vez de uno", expuso el alemán.

Para él, Liverpool, como para cualquier aficionado de fútbol que se aprecie un poco, no era desconocido cuando dirigía al Maguncia o al Borussia Dortmund. Para Epstein, la revelación de los Beatles fue mucho más sorprendente. El productor, propietario por entonces de una tienda de discos y columnista en un diario de Liverpool, acudió a ver a un grupo al Cavern. El club, situado en la escueta y magnífica Matthew Street de Liverpool, era uno de los sitios preferidos de unos Beatles que aquella noche actuaban, pero aún alejados de la gloria que les esperaría años después.

Epstein, seis años mayor que Lennon y fuera de lugar en un local casi juvenil como el Cavern, reservado a las greñas y al pisoteo, quedó impresionado por la interpretación del cuarteto, aún con Pete Best en la batería. Cuando Klopp llegó a Anfield, lo hizo a un equipo muy diferente al que hoy en día se pasea por Europa. Aterrizó tras la salida de Brendan Rodgers, con la marcha de una de las grandes esperanzas del club, Raheem Sterling, con una retahíla de jóvenes promesas con mucho que demostrar como Jordan Henderson, Roberto Firmino y Philippe Coutinho y con una defensa que, como los Beatles, pedía a gritos "Help!" (Ayuda).

Epstein quedó rápidamente encandilado por unos jóvenes de Liverpool que fumaban y mascaban chicle sobre el escenario, costumbres que el mánager erradicó. Kloppamarró un equipo situado más allá de la décima posición y lo llevó a la final de la Liga Europa y de la Copa de la Liga. Epstein le dio a Lennon, McCartney y compañía sus característicos trajes y los paseó en busca de una oportunidad discográfica. Klopp dio esperanza a una ciudad que no celebra una liga desde hace treinta años.

Virgil Van Dijk fue rechazado por el Ajax de Amsterdam cuando militaba en el Groningen, Mohamed Salah salió por la puerta de atrás del Chelsea. Los Beatles sufrieron rechazos en las grandes discográficas del país. Fue EMI la que recomendó al cuarteto probar fortuna en el pequeño sello Parlophone, dirigido por George Martin. Más de 600 millones de discos vendidos, 27 números uno y 21 gloriosos discos justificaron el riesgo de Parlophone.

Klopp trajo a Van Dijk por lo que pareció una burrada de millones a Anfield, firmó a Salah antes de que su precio se disparase, le dio la enésima oportunidad a Shaqiri, confió en Divock Origi cinco años después de que se le colocara el cartel de promesa. Dos finales de 'Champions', una de Europa League y quizás una Premier League justificaron el riesgo del germano. (Las grandes remontadas de la Liga de Campeones)

Genio del marketing en una época donde esa palabra ni existía, Epstein embarcó a los Beatles en la aventura estadounidense cuando ya eran más que unas estrellas. Meses después del lanzamiento de 'I Want to Hold Your Hand', The Beatles, ya con Ringo Starr y sin Best, pisaron territorio americano y Epstein les colocó delante de todos los televisores. El show de Ed Sullivan pagaba cerca de 75.000 dólares por actuación en el programa.

Epstein planificó tres actuaciones por un total de 10.000 dólares. El dinero daba igual, total, como ellos dirían, no se puede comprar amor con él. Los 'Fab Four', con una estrategia certera, se plantaron en las televisiones de más de 73 millones de personas. Incalculable es la gente que este martes vivió cómo el Liverpool de Klopp ensombreció al Barcelona clavándole un 'Twist & Shout' en forma de 4-0. No lo son las 54.000 gargantas que entonaron el 'You'll Never Walk Alone' como si se trataran de adolescentes inducidas por el encanto de John, Paul, George y Ringo cuando los primeros acordes de 'All My Loving' comienzan a puntear.

Epstein llevó de la mano a los Beatles camino de una gloria imborrable que de una manera u otra quedó marcada y quizás sentenciada cuando el mánager murió por sobredosis el 27 de agosto de 1967. Klopp tomó un Liverpool en las cavernas y lo sacó a la luz. "Si hay un quinto Beatle, ese es Brian", reconoció McCartney años atrás. Si hay un Brian en este Liverpool, ese es Klopp, reconoció Anfield.

Antes de que Jürgen llegara al club británico, revolucionó el fútbol alemán con su ofensivo Borussia Dortmund. En ese club hizo comprar una máquina para que los jugadores mejoraran su precisión en los pases. Conquistó dos Bundesligas, dos Supercopas de Alemania y una Copa de ese país, además de haber llegado a la final de la Champions, la cual perdió contra el Bayern Múnich, equipo que no le cae muy bien, en 2013. Eso fue después de haber dirigido al Mainz, entre 2001 y 2008, escuadra en la cual entrenó al colombiano Elkin Soto. En ese conjunto jugó como profesional de 1981 a 2001, siendo un defensor poco destacado.

Cristiano protestante, Klopp es un hombre paternal, que aprieta la mano fuerte, que le gusta bromear y que se hizo llamar “the normal one”, a diferencia de José Mourinho, conocido como “the special one”. Oriundo de Sttutgart, el estratega alemán cumplirá 52 años el próximo 16 de junio, 15 días después de la final de la Champions contra el Tottenham, el hecho en el que no deja de pensar un hombre que ama el fútbol, que se apasiona hablando de la pelota, que celebra cada gol con la mayor emoción, que no se guarda ningún sentimiento.

Por Redacción Deportes - @DeportesEE / EFE

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