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En mayo, Barcelona estaba en serios problemas porque registraba 451 millones de euros de patrimonio neto negativo. La liga española, consciente de la complicada situación económica del club, activó un protocolo para equilibrar sus finanzas.
Joan Laporta, presidente del Barcelona, se vio hace semanas entre la espada y la pared. Ahora, posa con Ousmane Dembelé, quien renovó tras lograr un acuerdo salarial con el equipo, y con Raphinha, talentoso jugador brasileño que hará parte de la institución tras desombolsarle 58 millones de euros al Leeds de la liga inglesa.
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No conformes con esos anuncios, el pasado viernes el club catalán cerró el fichaje del internacional polaco y leyenda del Bayern Múnich Robert Lewandoswski por una cifra que ronda los 40 millones. Las altas para la temporada 2022/23 contrastan con el arranque de la última, cuando varios jugadores redujeron sus sueldos y Lionel Messi salió del club tras no llegar a un acuerdo con la directiva.
Detrás hubo un movimiento clave que, aunque no apaga el incendio, lo mantiene a raya. La directiva blaugrana vendió el 10% de sus derechos televisivos al fondo Sixth Street, que desembolsó 207 millones de euros.
La forma en que se realizó el negocio hace que, a largo plazo, el conjunto catalán reciba menos dinero que el que se habría conseguido en instancias menos desesperadas.
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Sin embargo, las soluciones definitivas aún parecen. Si bien todavía pueden vender un mayor porcentaje de sus derechos televisivos, los dirigentes del Barcelona deben enfrentar la masa salarial de la nómina. Por eso Frenkie de Jong ha sido noticia en los últimos días.
El neerlandés tiene la intención de continuar con la institución pero para la dirigencia culé su venta sería un alivio, no solo por el valor del fichaje, sino también por su salario, que es de 10 millones de euros, uno de los más altos de toda la plantilla.
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Otro punto a tener en cuenta es que los fichajes suelen ser pagados en plazos. Ni Bayern ni Leeds van a recibir su dinero de contado. No obstante, si aceptaron vender es porque confían en que el equipo español cuenta, o contará, con los recursos para hacer efectivos los traspasos.
Para las finanzas del Barcelona la tormenta pasó pero la lluvia sigue. Sus dirigentes saben que los recortes no han terminado y que los sacrificios que deban hacer en nómina, como la posible salida de Frenkie de Jong, los dejan vulnerables ante la alta competencia que deben afrontar.
Cuando conoces a tus compañeros por primera vez 💙❤️ pic.twitter.com/4H1Yxkc2Lx
— FC Barcelona (@FCBarcelona_es) July 19, 2022
Los buenos resultados deportivos son claves para apaciguar las deudas. El nivel mostrado por el equipo al cierre de la temporada, con Xavi Hernández como entrenador, además de los nuevos nombres, permiten no solo a la hinchada culé, sino a los equipos que esperan ingresos del club, ilusionarse con triunfos que se traduzcan en réditos.
Lo cierto es que Barcelona arranca la temporada con una nómina fortalecida y con una mejoría financiara. En este último aspecto el reto aún es grande pero, por lo pronto, Laporta ha sabido mantener el barco en la superficie y en marcha. Si los resultados deportivos no lo acompañan, la situación puede volver a ser turbia.
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