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El Real Madrid se impuso por 2-0 este martes en el Estadio Olímpico romano contra la Roma y selló su tiquete como primer clasificado a los octavos de final de la Liga de Campeones, con una jornada de antelación.
Tras ser perdonado por la Roma en una primera mitad de gran dificultad, el Madrid consiguió su quinto triunfo en los seis partidos disputados en el Olímpico gracias a los goles en la reanudación del galés Gareth Bale y de Lucas Vázquez, a pase del francés Karim Benzema. (Lea aquí: Radamel Falcao García, emocionado por su regreso a Madrid)
"El Madrid cuando cae siempre se recupera, por esto es el más ganador de la historia del fútbol", recordaba el técnico madridista Santiago Solari en la víspera del cruce; y su equipo, aún lejos de su mejor versión y con graves inseguridades defensivas, supo hacerse con los tres puntos y conseguir su objetivo.
El duelo del Olímpico empezó con tres sorpresas: dos a nivel táctico, con Isco Alarcón descartado por Solari en el Real Madrid y el bosnio Edin Dzeko fuera por lesión en el Roma, y una agradable para ambos equipos, ya que la derrota del CSKA Moscú en casa contra el Viktoria Plzen (1-2) les entregó el pase matemático a octavos.
Para Isco fue la sexta ausencia consecutiva de un once titular del Real Madrid al que volvió Marcos Llorente, que hasta este momento solo había salido desde el comienzo en la Copa del Rey contra el Melilla y que solo había disputado 12 minutos en LaLiga, en septiembre contra el Espanyol y con Julen Lopetegui en el banquillo.
La inseguridad y la poca agresividad vista el sábado en la derrota 0-3 sufrida en Ipurúa volvió a registrarse este martes, en un comienzo de partido marcado por los muchos errores defensivos y una notable dificultad en fase de salida de balón.
Sin Casemiro y con el alemán Toni Kroos y el croata Luka Modric constantemente presionados por los volantes del cuadro local, el Real Madrid perdió muchos balones en su mitad de campo y concedió unas grandes oportunidades a un Roma que, sin embargo, pagó a caro precio su falta de pegada.
El equipo capitalino perdonó a los blancos en hasta tres ocasiones inmejorables en la primera mitad: solo una gran parada del meta belga Thibaut Courtois a disparo del checo Patrick Schick (m.34), segundos después de que Dani Carvajal negara en el área pequeño un gol al argentino Federico Fazio salvaron a los madridistas.
Se trataba de grandes ocasiones, pero la más clamorosa llegaría al borde del descanso. Carvajal perdió un balón en proximidad del área de penalti, Nicoló Zaniolo centró para el turco Cengiz Under y este, solo y a unos cinco metros de la portería, envió el cuero alto para la incredulidad de la hinchada del Olímpico y también de los propios madridistas.
Fue un error imperdonable para un Roma que pagaría caro otro grave fallo, esta vez defensivo, nada más empezar la reanudación. El meta sueco Robin Olsen sacó un balón alto y corto y Fazio, en el intento de devolverlo a su cancerbero, ofreció a Bale una cómoda oportunidad para adelantar al Madrid (1-0, m.47).
La ventaja madridista, tras el regalo de Fazio, sacudió a un Roma que de allí concedió unos enormes espacios al contragolpe al Madrid. Y tras un error en un mano a mano de Bale, los madridistas ampliaron distancias con una gran combinación de su tridente.
Bale centró y Benzema apoyó un cómodo balón en el centro del área con la cabeza para que Vázquez lo empujara con la pierna derecha entre las mallas y pusiera cuesta abajo la visita a la Ciudad Eterna.
Los remordimientos por las ocasiones perdidas, unidas al decepcionante rendimiento liguero, se apoderaron de un Roma que intentó atacar, pero sin recoger frutos, y que terminó concediendo unas grandes oportunidades al contragolpe al equipo de Solari.
El partido hasta pudo terminar en goleada a favor de los madridistas, de no perdonar Bale (m.48) un mano a mano con Olsen, al fallar con una tímida vaselina, y de no chocar Marcelo (m.61) y Benzema (m.64) contra el portero "giallorosso".
Finalmente, el Real Madrid gestionó su ventaja y la defendió hasta el pitido final para celebrar con una jornada de antelación su pase de ronda en la Copa de Europa, el ambiente en el que se encuentra más cómodo y en el que forjó su leyenda.
Por su parte, Roma se fue del césped ante una dura pitada de su afición, que no perdona a los jugadores un comienzo de temporada falto de brillantez y personalidad.