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Con 20 bajas por el coronavirus, un arquero improvisado lesionado y puros chicos de la reserva, River Plate venció 2-1 a Santa Fe por la quinta fecha de la fase de grupos Copa Libertadores. La hazaña internacional de uno y la enorme decepción del otro.
Todo se derrumbó a los seis minutos de partido, el equipo cardenal ya perdía 2-0 tras los goles de Angileri (3′) y Julián Álvarez (6′) en un coctel de errores defensivos que los argentinos, novatos y todo, no desaprovecharon.
Y llamó la atención la falta de generación de juego para penetrar y tener profundidad en el campo de River Plate. El equipo colombiano solo hizo dos disparos al arco en todo el partido. No probaron el arco defendido por Enzo Pérez, quien jugó el partido con una distensión muscular. El funcionamiento de juego de Santa Fe no fue bueno.
Un solitario gol de Kelvin Osorio, la única jugada clara que tejió Santa Fe, fue el único tanto de los colombianos (73′). No hubo más, salvo los chispazos individuales de Jhon Arias.
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Una mala imagen que dejó el equipo de Harold Rivera, que tras jugar una liga colombiana con un nivel muy sólido, se cayó en los últimos partidos del fútbol colombiano y ahora sufre la eliminación no solo de la Copa Libertadores sino también la puerta cerrada para meterse en la Sudamericana.
¿Qué viene? La reingeniería de un plantel que adoleció la ausencia de un delantero goleador. Las dudas por las posibles partidas de sus dos mejores jugadores: Jhon Arias, quien está en préstamo, y Daniel Giraldo. No será fácil que se queden en un proyecto sin fuerza económica que se derrumbó en el último mes.
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El futuro de Harold Rivera también quedó en entredicho.