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Se acerca el primer clásico de Kylian Mbappé con Real Madrid

Este sábado, Real Madrid se enfrentará a Barcelona en el Bernabéu. Será una oportunidad de oro para que Kylian Mbappé demuestre de qué está hecho.

Juan Diego Forero Vélez
26 de octubre de 2024 - 02:22 p. m.
El delantero francés del Real Madrid, Kylian Mbappé, celebra el segundo gol del equipo madridista durante el encuentro correspondiente a la séptima jornada de Laliga EA Sports que Real Madrid y Alavés disputan hoy martes en el estadio Santiago Bernabéu, en Madrid.
El delantero francés del Real Madrid, Kylian Mbappé, celebra el segundo gol del equipo madridista durante el encuentro correspondiente a la séptima jornada de Laliga EA Sports que Real Madrid y Alavés disputan hoy martes en el estadio Santiago Bernabéu, en Madrid.
Foto: EFE - JUANJO MARTIN

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Kylian Mbappé llegó a Real Madrid porque Florentino Pérez así lo quiso. Fue él quien insistió hasta el cansancio con su fichaje y quien le otorgó el perdón por el desplante del 2020. Los caprichos del presidente merengue casi siempre se cumplen, y Mbappé no fue la excepción.

Su traspaso fue manejado de forma casi enfermiza por Florentino, desde que se le escapó de las manos en 2017, cuando el francés aún jugaba en Mónaco, hasta cuando, en repetidas ocasiones, el jugador aceptó con regocijo las muchas ofertas de renovación que le ofrecía el PSG.

Algunos llegaron a pensar que ‘Donatello’ no era necesario para el equipo que Carlo Ancelotti había armado y amasado con tanta delicadeza y esfuerzo; creyeron que no le haría bien al grupo y que su naturaleza explosiva por la banda no era necesaria, pues ya estaba cubierta por Vinícius Júnior. Por esto, gran parte de los fanáticos del club blanco pedían a un 9 puro, por la apatía del francés, muy diferente a la actitud servil de Vini. Pero el presidente blanco no aceptó réplicas ni argumentos al respecto, y Mbappé terminó arribando al Madrid cuando su contrato con el PSG finalizó en junio.

De eso ya han pasado varios meses y varios partidos, pero el sábado será el momento en donde todo empezará a adquirir sentido o, por el contrario, cuando se destape por fin la verdad fútil detrás de la caprichosa mente de Florentino. Ha llegado el momento de encarar la realidad: el día en que Kylian Mbappé deberá dar validez a la fiebre con la que el presidente lo persiguió, como un paparazzi, hasta someterlo.

Se viene uno de los partidos más importantes de la temporada, el partido más importante para la hinchada merengue; un partido que puede alterar de muchas formas el rumbo actual de LALIGA y que puede destruir o ensanchar la autoestima de ambos equipos, dependiendo, claro, de cuál sea el resultado.

Kiki llega a su primer clásico como titular indiscutible, con todas las miradas apuntando a su fútbol. Sus participaciones aún no convencen del todo a la mayoría, y tanto la prensa como los fanáticos madridistas están listos para criticarlo por cualquier falla; listos para condenarlo por su falta de participación y por mostrarse como una muy pobre versión de sí mismo.

Sí, marcó gol en su primer partido con el Real Madrid, contra el Atalanta en la Supercopa de Europa, y sí, en este momento es el máximo goleador del equipo en la Liga, con 6 tantos, pero no es el que más participaciones en goles ha tenido: ese puesto se lo lleva Vini, y sí es el que más opciones claras de gol ha desperdiciado.

Será, sin duda, un momento especial, una revelación para bien o para mal. Es fácil decir que Kylian se siente muy cómodo jugando contra el Barcelona, porque le ha marcado 6 tantos en 4 encuentros. Pero este Barcelona es diferente, es un Barcelona renovado y muy enojado, que busca limpiar su imagen y sembrar, de paso, terror en toda Europa derrotando al vigente campeón. El francés tiene un promedio de 1,5 goles por partido contra el equipo catalán.

El desempeño de Mbappé con el Real Madrid ha sido sobresaliente; sin embargo, dista mucho de su mejor versión, de aquella faceta asesina y letal con la que encaraba cada partido con el PSG, donde alcanzó, por ejemplo, un promedio de ratio de goles por tiros a puerta de un 41%, superior al 28% que lleva en la actual temporada.

Está muy lejos de aquella faceta que mostró en muchas ocasiones con la selección de Francia, cuando destruía equipos enteros con una velocidad difícil de creer. Ancelotti lo niega, pero le pide liderazgo, no solo goles; le pide su mejor versión. Y lo hace porque sabe que la bestia está reprimida dentro de él, en algún lugar.

Aunque hay que decir que el Barcelona tampoco se tomará este primer clásico de Kylian Mbappé con desparpajo. Lo conoce. Sabe que a Kylian se le dan bien los derbis, es consciente de que en la Ligue 1, contra el Olympique de Marsella, siempre marcó la diferencia y que incluso quedó a tan solo 1 tanto de la marca goleadora registrada por Zlatan Ibrahimović en dicho enfrentamiento. Donatello, tanto en su selección como en su club, siempre ha tenido la tendencia a marcar a equipos poderosos; veremos si continúa así.

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Por Juan Diego Forero Vélez

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