Se nos derritió el fútbol: Colombia no pudo con Chile en casa
La falta de generación de juego es un problema que no le está permitiendo a la selección seguir sumando en la eliminatoria a Rusia 2018. Este jueves, ninguno de los delanteros que jugaron se vio alimentado por los volantes. Ahora viene Argentina y la situación es preocupante.
Luis Guillermo Montenegro, enviado especial Barranquilla
Sin generación de fútbol no hay goles. Esa frase que se ha dicho tantas veces y ya suena como un refrán más, se pudo comprobar otra vez este jueves en la cancha del estadio Metropolitano de Barranquilla, en el 0-0 entre Colombia y Chile. El técnico José Pékerman sorprendió con una nómina diferente, sobre todo en la zona ofensiva. Apostó con dos hombres que nunca habían sido titulares: Orlando Berrío y Miguel Ángel Borja. Y el invento le salió mal. Sobre todo por Berrío, pues no contó con suerte, se vio ansioso y cada vez que quiso encarar, perdió. Quedará en el aire la pregunta de si es el extremo de Atlético Nacional un jugador de selección.
Se esperaba que con el regreso de James Rodríguez Colombia recuperara las ideas, la alegría y el fútbol que la han llevado a destacarse en los últimos años. No obstante, James de entrada no solucionó nada. Incluso se vio perdido y por momentos se le vio con los brazos abajo, algo extraño en él, pues siempre ha sido aquel que nunca se rinde. Pero es que el desespero de James es una muestra del momento de la selección. Claro que hay que reconocer que en el segundo tiempo fue de los que más insistieron, y corrió, pero no brilló.
Edwin Cardona, por su parte, fue otro de los encargados de crear juego; no obstante, no se encontró con su fútbol. Se vio lento en sus movimientos y no se entendió con James. No se vio que, por virtud de los hombres de armado de Colombia, quedara un delantero mano a mano con los arqueros chilenos (Claudio Bravo salió por lesión).
Y Macnelly Torres, que entró en los minutos finales. Tampoco fue mucho lo que aportó. Nunca dejó de cara al gol a los hombres de ataque y su aporte fue más en la tenencia de la pelota, algo en lo que Colombia se sintió cómodo, pues a Chile no le interesó hacerse con el balón.
El pronóstico de lluvia en Barranquilla falló y el calor fue extremo. La sensación térmica fue de más de 40 grados y por eso fue necesario que los jugadores se hidrataran en varias oportunidades, con permiso del árbitro Wilton Pereira Sampaio. Pareciera que el calor ya no fuera un arma para Colombia, porque muchos de los jugadores de la tricolor hacían jarras al igual que los chilenos.
La situación es preocupante para Colombia, pues la fórmula para ir a Rusia es no ceder puntos en casa y en los dos últimos juegos que ha disputado no ha podido ganar las tres unidades. Y lo que es aún más difícil de afrontar es el nivel de juego. Se ve actitud, que es algo que hay que abonar, pero no fútbol. Y las matemáticas para ir a Rusia se comienzan a enredar. Aún faltan 21 puntos por jugar y eso es mucho, pero el problema es que cada vez se ve más desarmada a Colombia y a Pékerman más confundido.
Chile no jugó como el bicampeón de América, se metió atrás al mejor estilo de Venezuela o Bolivia. No obstante, esa no puede ser una excusa para Pékerman, pues es obligación suya buscar variantes para cuando un juego es enredado y este jueves el argentino nunca las encontró. Falcao entró y contagió con su actitud, pero en el área pueden estar él, Carlos Bacca, Luis Fernando Muriel, Miguel Ángel Borja, Roger Martínez o cualquier otro delantero colombiano y no pasa nada, pues el problema es que no les crean opciones.
Hay mucho por mejorar y el problema es que la cuenta en esta fecha doble, para que rinda, es sumar mínimo cuatro puntos. Es decir, que vencer a Argentina el próximo martes es una obligación. Algo bastante complicado, pues este es un rival al que Pékerman nunca ha podido vencer. La tricolor se quedó con 18 puntos, por debajo de la media necesaria para ir al Mundial.
El gran objetivo de 2016 es terminar el año en posiciones de clasificación y para eso sólo sirve ganar. Claro que lo que le resta a la selección el próximo año es menos complicado: Bolivia, Brasil y Paraguay en casa. Y Ecuador, Venezuela y Perú, en condición de visitante.
Sin generación de fútbol no hay goles. Esa frase que se ha dicho tantas veces y ya suena como un refrán más, se pudo comprobar otra vez este jueves en la cancha del estadio Metropolitano de Barranquilla, en el 0-0 entre Colombia y Chile. El técnico José Pékerman sorprendió con una nómina diferente, sobre todo en la zona ofensiva. Apostó con dos hombres que nunca habían sido titulares: Orlando Berrío y Miguel Ángel Borja. Y el invento le salió mal. Sobre todo por Berrío, pues no contó con suerte, se vio ansioso y cada vez que quiso encarar, perdió. Quedará en el aire la pregunta de si es el extremo de Atlético Nacional un jugador de selección.
Se esperaba que con el regreso de James Rodríguez Colombia recuperara las ideas, la alegría y el fútbol que la han llevado a destacarse en los últimos años. No obstante, James de entrada no solucionó nada. Incluso se vio perdido y por momentos se le vio con los brazos abajo, algo extraño en él, pues siempre ha sido aquel que nunca se rinde. Pero es que el desespero de James es una muestra del momento de la selección. Claro que hay que reconocer que en el segundo tiempo fue de los que más insistieron, y corrió, pero no brilló.
Edwin Cardona, por su parte, fue otro de los encargados de crear juego; no obstante, no se encontró con su fútbol. Se vio lento en sus movimientos y no se entendió con James. No se vio que, por virtud de los hombres de armado de Colombia, quedara un delantero mano a mano con los arqueros chilenos (Claudio Bravo salió por lesión).
Y Macnelly Torres, que entró en los minutos finales. Tampoco fue mucho lo que aportó. Nunca dejó de cara al gol a los hombres de ataque y su aporte fue más en la tenencia de la pelota, algo en lo que Colombia se sintió cómodo, pues a Chile no le interesó hacerse con el balón.
El pronóstico de lluvia en Barranquilla falló y el calor fue extremo. La sensación térmica fue de más de 40 grados y por eso fue necesario que los jugadores se hidrataran en varias oportunidades, con permiso del árbitro Wilton Pereira Sampaio. Pareciera que el calor ya no fuera un arma para Colombia, porque muchos de los jugadores de la tricolor hacían jarras al igual que los chilenos.
La situación es preocupante para Colombia, pues la fórmula para ir a Rusia es no ceder puntos en casa y en los dos últimos juegos que ha disputado no ha podido ganar las tres unidades. Y lo que es aún más difícil de afrontar es el nivel de juego. Se ve actitud, que es algo que hay que abonar, pero no fútbol. Y las matemáticas para ir a Rusia se comienzan a enredar. Aún faltan 21 puntos por jugar y eso es mucho, pero el problema es que cada vez se ve más desarmada a Colombia y a Pékerman más confundido.
Chile no jugó como el bicampeón de América, se metió atrás al mejor estilo de Venezuela o Bolivia. No obstante, esa no puede ser una excusa para Pékerman, pues es obligación suya buscar variantes para cuando un juego es enredado y este jueves el argentino nunca las encontró. Falcao entró y contagió con su actitud, pero en el área pueden estar él, Carlos Bacca, Luis Fernando Muriel, Miguel Ángel Borja, Roger Martínez o cualquier otro delantero colombiano y no pasa nada, pues el problema es que no les crean opciones.
Hay mucho por mejorar y el problema es que la cuenta en esta fecha doble, para que rinda, es sumar mínimo cuatro puntos. Es decir, que vencer a Argentina el próximo martes es una obligación. Algo bastante complicado, pues este es un rival al que Pékerman nunca ha podido vencer. La tricolor se quedó con 18 puntos, por debajo de la media necesaria para ir al Mundial.
El gran objetivo de 2016 es terminar el año en posiciones de clasificación y para eso sólo sirve ganar. Claro que lo que le resta a la selección el próximo año es menos complicado: Bolivia, Brasil y Paraguay en casa. Y Ecuador, Venezuela y Perú, en condición de visitante.