Todo empezó en Varsovia, Polonia, hace 34 años, en un hospital frío y abarrotado de gente. Mudo, observado y lleno de dudas, así comenzó su historia el mejor arquero del mundo. Desnudo y expuesto a la intemperie del tiempo y, a su futuro, que, como el resto de mortales, ignoraba. Antes de poder caminar o hablar, e incluso antes de poder llorar con propiedad, Wojciech Szczesny estuvo rodeado de pelotas de fútbol. Así lo dictó el destino, al que él obedeció con resignación.
Su papá nació en 1965 en Varsovia, un lugar mágico que también dio vida a Marie Curie, la primera mujer en ganar un premio Nobel y la primera persona en la historia en hacer méritos para recibir dos de ellos. Maciej Szczesny, padre de nuestro protagonista, dedicó su vida al fútbol con tanta gallardía y pasión que logró convertirse en el único futbolista en ganar la Copa de Polonia con cuatro clubes distintos, y lo hizo con la simpleza de quien ama el fútbol sin pretensión.
El 18 de abril de 1990 nació el mejor arquero de la historia, aunque en ese entonces no era más que el hijo de un guardameta polaco poco conocido fuera de su tierra natal. Ese día su padre lo abrazó con las mismas manos temblorosas que otras veces sirvieron de prisión a millones de balones y lo cargó con una pizca de miedo y toneladas de orgullo y vehemencia, sin saber aún que aquel retoño algún día conquistaría Italia. Que se convertiría en el mejor arquero de la Serie A del año 2020, y que conseguiría tres Scudettos, una Copa de Italia, dos Supercopas de Italia, dos FA Cup y una Community Shield.
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— JuventusFC (@juventusfc) August 27, 2024
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Y ¿cómo termina esto? Con una sola decisión, tal vez, precipitada. Wojciech Szczesny anunció en sus redes sociales que ya no jugaría más fútbol, que la hora de acabar había llegado y que nada podía hacer para luchar contra lo inevitable. Tal como aceptó en su momento ser el mejor arquero de la historia, así mismo aceptó con gallardía el final de su etapa como futbolista.
“Le di al fútbol todo lo que tenía. Le di al fútbol 18 años de mi vida, cada día, sin excusas. Hoy, aunque mi cuerpo aún se siente preparado para afrontar los retos que este deporte impone, mi corazón pide otra cosa. Siento que ahora mismo es momento de dedicar toda mi atención a mi familia, a mi adorable esposa Marina y a nuestros dos hermosos hijos, Liam y Noelia. He decidido retirarme del fútbol profesional”, escribió una carta en donde, el que fuera portero de Arsenal, Brentford, la Roma y la Juventus, trató de plasmar su más sincera gratitud.
Pasaron 15 años desde su debut con el Arsenal, 84 partidos con la selección de Polonia y 542 juegos como profesional para que decidiera, de una vez por todas, acabar con su carrera. Lo de mejor arquero de la historia se lo atribuyó él mismo, en un momento de jocosidad e introspección, cuando se dio cuenta de que había sido titular por encima de Allison Becker en la Roma, mejor arquero para él del 2019 tras conseguir la Champions League con el Liverpool; y que había sido, a su vez, titular por encima de Gianluigi Buffon, que para él, era uno de los mejores arqueros de la historia.
Lo dijo entre risas, casi sin creerlo, aunque asumiendo, por dentro, con humildad, que había rozado la perfección con sus atajadas. Se retira hoy, luego de muchas batallas perdidas y de muchos trofeos levantados.
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