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La fórmula para tener una eliminatoria exitosa y clasificar al Mundial de Fútbol es ganar en casa y arañar puntos fuera de ella. Y en esta fecha doble hacia Rusia 2018, Colombia cumplió por el hecho de hacer respetar la localía en el estadio Metropolitano de Barranquilla, ganándole 2-0 a Venezuela. Lo de este martes en la noche, contra Brasil en Manaos, fue un resultado lógico: el 2-1 fue apenas justo y coherente, premio al equipo local, que fue el que más opciones generó y por eso sumó los tres puntos. Las derrotas siempre dejan enseñanzas y una vez más la experiencia seguramente le servirá al cuerpo técnico tricolor para corregir el planteamiento que haga en los partidos fuera de casa y buscar en condición de visita ganarle a alguno de los rivales directos. Lo positivo es que, luego de ocho fechas, Colombia está en posiciones de clasificación al Mundial, con 13 puntos. Y lo que viene en las jornadas 9 y 10, que se disputarán el 6 y el 11 de octubre, son Paraguay en Asunción y Uruguay en Barranquilla. Además, la mayoría de los resultados favorecieron a la tricolor.
El juego en el estadio Arena Amazonia de Manaos fue parecido en el inicio al que se disputó en los cuartos de final del Mundial de Brasil 2014. Aquella noche en Fortaleza, Thiago Silva puso a ganar a Brasil en los primeros minutos tras una desconcentración de la defensa tricolor. Y luego fue remar contra la corriente. Este martes, el planteamiento de José Pékerman perdió todo su valor en el primer minuto, porque desde un tiro de esquina los pentacampeones cobraron nuevamente con la pelota quieta y vencieron el arco de David Ospina. Miranda aprovechó una desconcentración de Carlos Bacca y le dio la ventaja a la verdeamarela.
La idea de Pékerman al mantener el mismo once que le ganó el jueves a Venezuela en Barranquilla era hacerse fuerte con la pelota y ganarle la mitad de la cancha a Brasil. Les apostó a la sociedad entre Macnelly Torres y James Rodríguez para generar fútbol y a la velocidad de Luis Fernando Muriel para ganarles las espaldas a los volantes y filtrarle balones a Carlos Bacca en el área, pero nada de eso salió. En defensa prefirió a Stefan Medina como lateral por derecha, en lugar de Santiago Arias, con la idea de tener más marca que ataque, y en la mitad de la cancha se la jugó por Wílmar Barrios en lugar del suspendido Daniel Torres. Pero una vez más cobró la falta de jerarquía ante los grandes y por eso el juego pasó a ser uno de mucho sufrimiento, en el cual la figura, por lo menos en la primera parte, fue el arquero David Ospina, que salvó en varias oportunidades el arco colombiano.
El tanto del empate llegó luego de un gran cobro de tiro libre de James Rodríguez, quien lanzó el balón al centro del área, y Marquinhos lo envió al fondo de su propio arco. Ya con el juego igualado 1-1, Colombia se sintió mejor en la cancha y pudo comenzar a hacer el juego que planificó el técnico. Incluso hubo opciones de irse de largo, pero se falló en la definición. Y cuando mejor se jugaba, tras el ingreso de Juan Guillermo Cuadrado por Macnelly Torres y dominar en la mitad del campo con buenas recuperaciones de balón de Carlos Sánchez y Wílmar Barrios, Neymar aprovechó un error en retroceso de Colombia y decretó el 2-1 final.
Sin embargo, hay que pensar en lo que viene. Perder ante Brasil y en condición de visitante es apenas normal. Esta vez, a diferencia de aquella derrota 3-0 ante Uruguay en Montevideo, la única que había sufrido Colombia en esta eliminatoria fuera de casa, no se vio un equipo vapuleado sino fortalecido, que incluso pudo arañar un punto. Esta derrota dejará enseñanzas a los jugadores y al cuerpo técnico, sobre todo pensando en el partido que viene, que es en casa de Paraguay.
Los grandes del continente son Brasil, Argentina y Uruguay, y ante esos tres rivales Colombia ha cedido los puntos, pero se podría decir que la clasificación al Mundial se consigue sin ceder ante Chile, Ecuador, Perú, Paraguay, Venezuela y Bolivia. Y así ha sido la eliminatoria para Colombia. Justamente, el reto de sacarle puntos a Paraguay en Asunción, el próximo 6 de octubre, debe ser un objetivo mayor para el cuerpo técnico tricolor.
En esta fecha doble, Colombia también mostró factores positivos a tener en cuenta, como la mejoría en la generación de fútbol, un problema de los últimos juegos de la Copa América Centenario. Nuevamente los delanteros de Colombia fueron alimentados, y si no marcaron fue por falta de definición, no por falta de oportunidades. Carlos Bacca tuvo una mala fecha doble, pero es de destacar lo hecho por Luis Fernando Muriel, quien se convierte en una variante muy significativa que Pékerman podrá tener en cuenta para lo que viene.
Luego del juego del 9 contra Paraguay en Asunción, el 11 de octubre en Barranquilla se recibirá a la selección uruguaya, juego en el que sí se tiene la obligación de sumar de a tres, pues para ir al Mundial, la casa habrá que hacer respetar. “Tenemos jugadores que saben asimilar este tipo de derrotas”, dijo José Pékerman al final del juego, como reconociendo que hay que levantar la cabeza y seguir en la lucha, porque Colombia va bien y, a pesar de la derrota, se ve fuerte para lo que viene.