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Aunque el tablero diga que fue un partido entre Suiza y Serbia, el juego del viernes fue mucho más allá. Dentro y fuera de la cancha, fue un choque entre kosovares y serbios.
Para Xherdan Shaqiri y Granit Xhaka el juego fue algo más que un partido de fútbol. Para ellos fue un encuentro político, un momento de revancha, una declaración de independencia. Los dos, al igual que otros suizos, tienen raíces en Kosovo, territorio en conflicto con la República de Serbia. Tras convertirle al conjunto serbio, Shaqiri y Xhaka celebraron haciendo referencia al águila que posa en la bandera albanesa, desatando la molestia de sus rivales.
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La zona de Kosovo, de mayoría albanesa, era una provincia serbia que hacía parte de un estado mayor llamado Yugoslavia, disuelto en 2003. En la década de 1980, la muerte del jefe de Estado, Tito (Josip Broz), condujo a una crisis política en el territorio yugoslavo y a una serie de guerras que afectaron en gran medida a Kosovo.
Pronto en todo el territorio, las guerrillas independentistas comenzaron a instar a la separación. El conflicto escaló a nivel internacional con la intervención de la OTAN, que dio lugar a una ola de desplazamientos en la población. Tras la ruptura yugoslava, todo el territorio se reorganizó y se formaron nuevas naciones. Los kosovares, que sufrieron de primera mano los golpes de la crisis, reclamaron su independencia, que no se dio sino hasta 2008 y que, por supuesto, no fue reconocida por los serbios quienes buscaban su adhesión.
Por ese desplazamiento brusco de la población de la antigua Yugoslavia se explica que muchos jugadores del conjunto suizo provengan de otros territorios. Valon Behrami y Xherdan Shaquiri son kosovares, mientras que Blerim Dzemaili y Valon Behrami tienen raíces albanas. Por otro lado, el padre de Xhaka fue prisionero de guerra del régimen yugoslavo. Para todos ellos, además de las guerras del pasado, el desconocimiento por parte de los serbios de Kosovo como un estado oficial es motivo de una rivalidad personal con Serbia.
Previo al partido, el ánimo ya se iba calentado. Un portal albano de fútbol instó a que ellos les iban a mostrar a los serbios que la derrota es parte de su ADN. La disputa, cabe aclararlo, no tiene que ver con los neutrales suizos, sino con los jugadores con herencia albana en específico. Un mes atrás, Shaquiri publicó una foto que exhibía sus botines con las banderas de Suiza y Kosovo. La instantánea disparó la polémica en internet con los serbios que no demoraron en recriminarle por su publicación.
Pero en el partido de este viernes los kosovares volvieron a provocar. Los serbios se fueron adelante con un gol de Aleksander Mitrovic, pero los suizos empataron con un gol de Granit Xhaka y más tarde lo remontaron con un tanto de Shaqiri. Las celebraciones de Xhaka y Shaqiri, un homenaje a la bandera albanesa, solo se encargaron de reavivar las tensiones. Evocar sus raíces y mostrar de qué lado están es recordarle a los serbios que Kosovo ya no les pertenece.
Sin embargo, no es la primera vez que sucede un enfrentamiento político dentro de la cancha. En octubre de 2014, durante un encuentro entre Serbia y Albania, el partido fue interrumpido porque los aficionados y jugadores se golpearon dentro del campo. Minutos antes de que estallara la trifulca, un dron con una bandera de la Gran Albaina, proyecto nacionalista que quiere reagrupar en un mismo país a todos los albaneses de los Balcanes, recorrió el estadio.
Después del partido de este viernes, el técnico suizo, Vladimir Petkovic, aseguró que no se debía mezclar política y fútbol. “Es importante mantenerse al margen de la política. Estamos aquí para vivir emociones y disfrutar del ambiente alrededor", dijo el seleccionador tras el encuentro. "En el fútbol siempre hay emociones y pueden ver que lo hice es emocional. Simplemente estaba muy feliz de marcar un gol, nada más. No creo que haya que hablar de eso ahora", añadió. Tampoco el estratega serbio, Mladen Krstajic, quiso hacer ningún comentario: "Como dije, no me ocupa de estas cosas. Soy un deportista".
El delantero serbio, Aleksandar Mitrovic, hizo una pregunta que todos debieron hacerse tras conocer el hecho: y si son tan patriotas ¿por qué no juegan con Kosovo en vez de Suiza?. La respuesta es sencilla, la selección de fútbol de Kosovo se integró hasta hace poco a los países miembros de la FIFA. En 2016 se convirtió en el integrante número 210 de la organización, y por eso los jugadores kosovares preferían jugar para otro país, como le sucedió a Shaqiri y Xhaka.
Shaqiri y Xhaka han sido muy cercanos a sus raíces kosovares. Se han integrado con las fundaciones de esa nación y han celebrado sus fiestas patrias, como lo han dejado ver desde sus redes sociales. Pero tanto patriotismo les puede traer problemas. La presentación de hoy podría generarles castigos por parte de la FIFA, que ha sido muy quisquillosa con las combinaciones entre política y fútbol. Mientras se espera el pronunciamiento del ente regulador del fútbol mundial sobre las celebraciones, los dos jugadores con origen en Kosovo celebran haber puesto al borde de la eliminación al país que no reconoce a su nación de origen.
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Reviva aquí el gol de Suiza, 2-1: