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El Sheriff Tiráspol protagonizó este miércoles el debut soñado en la Liga de Campeones al derrotar al Shaktar (2-0) con dos goles, uno en cada tiempo, que sorprendieron a un frágil equipo ucraniano.
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Dos delanteros africanos, Traoré y Yansane, dieron la victoria al equipo moldavo tras sendos pases medidos del lateral brasileño Cristiano, el mejor jugador del partido.
Lo moldavos, con los colombianos Danilo Arboleda y Frank Castañeda como titulares, demostraron que su histórica clasificación para la Champions no fue casual. Con esta victoria, suman ya nueve partidos sin perder, con siete victorias y dos empates, desde la fase preliminar de la competición.
A final de mes, Sheriff Tiráspol viajará al Santiago Bernabeu para enfrentarse a Real Madrid.
El Sheriff saltó al campo sin futbolistas moldavos en el once inicial, ya que el brasileño nacionalizado, Luvannor Henrique, abandonó el equipo rumbo a la liga saudí justo después de clasificarse brillantemente para la fase de grupos de la Champions.
Mientras, el italiano Roberto de Zerbi, técnico de los mineros ucranianos, alineó a ocho brasileños y al africano Lassina Traore como jugador más adelantado.
Los visitantes dominaron el partido desde el pitido inicial. Los moldavos resistían todas las acometidas e intentaban coger la espalda a la defensa ucraniana con pases largos.
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De esa forma, al cuarto de hora el lateral zurdo Cristiano aprovechó un balón suelto para recorrer toda la banda y centrar al corazón del área, donde el maliense Adama Traoré remató de manera acrobática con la pierna izquierda superando a Pyatov, que pudo hacer más.
El Sheriff desenfundó y marcó primero. El Shakhtar parecía noqueado. Otro Traoré, Lassina, tuvo en sus botas el empate a la media hora. Recibió el balón dentro del área y disparó con potencia, pero el griego Athnasiadis acertó a despejar a córner.
Los moldavos no se limitaban a defender. De hecho, de no ser por un par de malos controles, podían haber marcado un segundo gol.
Los brasileños del Shakhtar ponían la técnica y los futbolistas del Sheriff la presión en toda la cancha y las transiciones rápidas. La primera parte se la llevaron los locales por la mínima.
En la segunda parte los mineros salieron a por todas. El recién entrado Marlos pudo empatar con un disparo colocado a los cinco minutos de la reanudación, pero el guardameta griego del Sheriff estuvo de nuevo impecable.
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Fernando también lo intentó desde fuera del área con un disparo de rosca tras recortar a Thill, pero se le fue alto. El asedio continuaba. Dulanto y Arboleta seguían de pie.
Se sucedían las ocasiones. Athanasiadis volvió a volar al palo izquierdo para despejar un disparo raso de Pedrinho. Dodo cabeceó fuera a la salida de un córner. El Shakhtar creó más oportunidades en los primeros minutos de la segunda mitad que en la primera parte. El empate parecía cuestión de tiempo.
Pero la regla de oro del fútbol se cumplió una vez más: El que no los hace, los ve hacer.
Como en la primera parte, Cristiano apareció por la banda izquierda, levantó la mirada y colocó la pelota como con un guante en la frente del guineano Yasmane, que marcó un gran gol de cabeza (min.62).
El resto del encuentro fue un ejercicio de impotencia del Shakhtar. La afición de Tiráspol, capital de la república separatista moldava de Transnistria, no se lo creía. El final del partido fue una fiesta.
El capitán del equipo, el colombiano Castañeda, quiso sumarse a la fiesta, pero su disparo tras un contraataque de libro fue despejado por Pyatov con la yema de los dedos.
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Tras esta victoria, el Sheriff tiene licencia para soñar.