Josep Puyol jamás había ido a un estadio de fútbol, hasta aquel día, el 17 de mayo de 2006, cuando el Fútbol Club Barcelona ganó la segunda Champions League de su historia. La pelota nunca le interesó y, más bien, fue un hombre dedicado enteramente al trabajo. Era un campesino laborioso que sacó a su familia adelante. Serio, callado y a veces tosco, pero siempre dedicado. Tanto que Carles Puyol recuerda el día en el que fue a decirle que se iba a probar en el Barça, que le iban a hacer pruebas para llegar al primer equipo y su papá apaciguó...
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