Adiós a un maestro: Toni Kroos, el genio que conquistó al mundo del fútbol
El jugador alemán se despidió de Real Madrid luego de conquistar la decimoquinta corona del club en la Champions League tras derrotar a Borussia Dortmund en la final.
Kevin Stiven Ramírez Quintero
Toni Kroos lo hizo todo bien. No solo descifró el significado de vestir la camiseta merengue, sino que también fue preciso para ponerle punto final a su idilio con Real Madrid; el alemán se despidió como una auténtica leyenda madridista.
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Toni Kroos lo hizo todo bien. No solo descifró el significado de vestir la camiseta merengue, sino que también fue preciso para ponerle punto final a su idilio con Real Madrid; el alemán se despidió como una auténtica leyenda madridista.
Con sus míticos guayos blancos y su peinado de niño bueno, Kroos se marchó del club más grande del mundo dejando su mejor imagen sobre el campo de juego: siempre al mando del equipo, siempre imponiendo su elegancia y por siempre ganando, como el ADN del rey eterno de la Champions League.
En una noche en la que brillaba más el amarillo y el negro de Borussia Dortmund en el estadio de Wembley, Toni Kroos puso orden desde un tiro de esquina. El alemán cobró y ubicó la pelota en la cabeza de Dani Carvajal, el de menor estatura de la cancha, quien les ganó en el aire a los espigados alemanes para poner en ventaja al merengue.
Dortmund se acordó tarde de que al Madrid nunca hay que dejarlo con vida y, minutos después, tuvo que lamentar el gol de Vinícius Júnior, que puso el 2-0 final y le concedió la decimoquinta corona de Europa a Real Madrid, que ya aventaja por ocho trofeos a su principal perseguidor: A.C. Milan.
Con el trabajo hecho, Kroos salió de la cancha por Luka Modric al minuto 85 entre aplausos, abrazos y ovaciones. El alemán, frío y de pocas palabras, dejó ver su lado más humano y ambicioso: levantó los puños, besó el escudo y se aguantó las lágrimas al ver cómo se convertía en uno de los cinco jugadores con más Champions League ganadas en la historia de la competición.
En la línea del campo, Carlo Ancelotti lo recibió con un fuerte abrazo y unas palabras al oído. Uno por uno, sus compañeros lo felicitaron, como líder silencioso del camerino que siempre ha sido.
Con su sexta medalla de campeón de Europa en el cuello, Kross se subió a una de las vallas del fondo de la afición madridista, que coreó su nombre y lo alentó en el final de su carrera de clubes a sus 34 años.
“Lo que he vivido estos diez años es inolvidable. Lo voy a echar de menos. Al final he tomado esta decisión porque tengo ganas de vivir otra vida, pero momentos como estos con mis compañeros y los partidos los voy a echar de menos, seguro. Me voy muy feliz”, confesó Kroos al final del partido.
Una década después de su llegada silenciosa a la capital de Madrid, el alemán se marcha por todo lo alto y con un palmarés en el club que engrandeció su carrera: 23 títulos conquistados, 464 partidos jugados, 300 victorias, 89 empates y 75 derrotas, 28 goles y 94 asistencias.
La leyenda de Toni Kroos vivirá por siempre en la historia de Real Madrid, que extrañará su seguridad en el pase, su tranquilidad con el balón cuando el equipo se sentía agobiado por la presión del rival, su precisión en el lanzamiento de contragolpes, su visión para sacar al equipo desde atrás y, por supuesto, su increíble disparo que conquistó al madridismo.
A Toni Kroos le queda un último reto: la Eurocopa con la selección de Alemania, que será el fin para una estrella que se hizo majestuosa por hacer brillar a otras sobre el campo de juego.
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