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Triunfo agónico del líder: Arsenal logró remontar un partido clave en la Premier

Los dirigidos por Mikel Arteta lograron voltear el marcador y mantenerse en la punta del fútbol inglés a cinco puntos de Manchester City.

04 de marzo de 2023 - 05:28 p. m.
 Benjamin White, del Arsenal, celebra el segundo gol de su equipo con su compañero Oleksandr Zinchenko.
Benjamin White, del Arsenal, celebra el segundo gol de su equipo con su compañero Oleksandr Zinchenko.
Foto: EFE - Daniel Hambury

Superado ya el minuto 96, el tiempo añadido establecido en un primer momento, al borde del 97, quizá en el último córner, llevado al límite por el Bournemouth, con dos goles de desventaja a la hora de encuentro, el Arsenal sólo fue por delante en el marcador unos segundos a lo largo de más de hora y media de vibrante duelo, en los últimos instante, con el gol agónico de Reiss Nelson que puede valer una Premier.

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El Arsenal perdía por 0-1 casi desde la caseta. Un instante es decisivo en el fútbol. Nueve segundos lo son aún más. Del saque de centro, en la primera jugada del encuentro, a través de siete toques entre tres jugadores, el Bournemouth, el penúltimo de la clasificación al inicio de la jornada, trasladó el balón del círculo central hasta la red de la portería de Aaron Ramsdale, con un gol culminado dentro del área por Billing, indetectable en esa acción.

El 0-1. Sorprendente. Nada improvisada la jugada. No fue fruto de la casualidad, por más que hubiera un toque final crucial para terminar la acción en el gol, sino de la estrategia, de la preparación exhaustiva de cualquier momento de cualquier encuentro. Los movimientos de los futbolistas del Bournemouth, la salida veloz, el desarrollo y el desenlace, componen una preparación en la pizarra que, esta vez, salió de manera incontestable.

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Primero más intensa, con Neto vestido de superhéroe para contener el 0-1 a los tres minutos y 19 segundos, con dos paradas extraordinarias a Odegaard, al que sacó una mano izquierda magnífica, y a Saka, al que opuso su cuerpo, con el que repelió el remate de su oponente a apenas un metro; después más intermitente, entre otras cosas porque el Bournemouth defendió bien en los minutos posteriores. Al descanso, aguantaba el 0-1.

No sólo eso, sino que, aparte de que tampoco sufría en exceso para conservar la renta, salía al contragolpe. De hecho, no anotó el 0-2 en el minuto 20 porque Ramsdale se cruzó salvador en el remate de Ouattara. El contraataque fue perfecto, con la conducción de Solanke, el desmarque de Billing y el pase al medio hacia Ouattara.

Sin Gabriel Jesús y sin Nketiah, indisponibles aún, sin Trossard, lesionado al minuto 22, el líder necesitaba goles. Pero también ocasiones. No había creado tantas como debería. No había sido un ciclón insoportable para el Bournemouth. Ni mucho menos. No había resurgido aún el Arsenal a la afrenta del gol tan rápido. El marcador seguía inmóvil 50 y tantos minutos después, en el 0-1, entre la urgencia que ya sentía el equipo de Mikel Arteta.

De repente, en el 57, en un córner, un testarazo de Marco Senesi dinamitó aún más el partido, disparó el desafío para el Arsenal y destrozó todos los pronósticos. Como comprobó el Bournemouth en el 70, cuando Ben White marcó el 2-2 que desató la apoteosis en la grada del Arsenal, reanimado al límite y reactivado en la carrera contra el crono, de la que salió ganador en el último instante, con la volea de Reiss Nelson en la penúltima jugada.

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